Por Horacio Cecchi
y Raúl Kollmann

“¡Beatriz! ¡No bajes más nada! ¡María Marta tuvo un accidente!”, gritó “el Gordo” Carlos Carrascosa a través de la ventana de la planta alta. Beatriz es Michelini, la masajista, que el 27 de octubre pasado bajaba sus bolsos del auto para trabajar con María Marta García Belsunce como lo venía haciendo desde hacía dos años y medio. Según fuentes confiables aseguraron a Página/12, ésa es la versión que la masajista declarará ante la fiscalía en los próximos días y que, de ser comprobada, desmoronará aún más la teoría de que fue el médico Gauvry Gordon quien instaló la idea del accidente (como sugirió Carrascosa). También reconocerá que fue Gordon quien la instó a limpiar la sangre. Al subir al primer piso, aseguró la misma fuente, la mujer vio una gran mancha junto al inodoro y también en la bañera, pero no se representó un crimen. Entre tanto, el fiscal estudia la realización de careos para trabajar sobre las contradicciones. Aunque aseguran que a casi tres meses del hecho esa medida no llevará a resultados positivos, es probable que Gordon sea careado con Carrascosa, Santiago Biasi (el segundo médico) y Michelini. El caso sigue estirándose: la apelación a las eximiciones de prisión fue trasladada a la Cámara de Apelaciones de San Martín: nada indica que surja de allí una resolución hasta febrero, cuando la apelación vuelva a la Cámara de San Isidro, hoy de feria.
Beatriz Michelini, la masajista que atendía a María Marta y a buena parte de los vecinos del Carmel, se enteró de que el fiscal Molina Pico había pedido su detención a través de los medios, el jueves 16 de enero.
Al día siguiente debía presentarse a declarar, acusada de encubrimiento agravado junto a Carlos “el Gordo” Carrascosa, Horacio “Horacito” García Belsunce (h), Guillermo Bártoli, Juan “John” y Constantino “Dino” Hurtig, Nora “Pichi” Burgues de Taylor, Sergio Binello y Juan Ramón Gauvry Gordon. Fue la única de los nueve imputados que se negó a declarar y todo indica que lo hizo por cuestiones de tiempo y estratégicas: con un solo día para leer alrededor de 800 fojas, difícilmente podría tener asesoramiento técnico.
Todo indica también que Michelini está dispuesta a presentarse a declarar en los próximos días. Página/12 pudo saber cuáles serán los términos de esa presentación:
u Michelini aguardó durante varios minutos hasta que la guardia del acceso la habilitó a entrar. En ese ínterin, Carrascosa ya había entrado al chalet.
u Cuando pudo entrar, se dirigió hacia el chalet. Cuando ya había bajado uno de sus dos bolsos y hacía lo mismo con su camilla de trabajo, desde una ventana del piso superior Carrascosa le gritó: “¡Beatriz! ¡No bajes más nada! ¡María Marta tuvo un accidente!”. Ese relato contradice la versión de Carrascosa, quien en principio descargó parte de la responsabilidad de la teoría del accidente en el médico Gauvry Gordon.
u Al subir sólo vio sangre en el baño, una gran mancha junto al inodoro y también dentro de la bañera. “En ningún momento se representó un homicidio”, citó la fuente.
u Limpió espuma que salía de la boca de María Marta y comenzó a hacerle respiración boca a boca. En ese tiempo, Carrascosa estaba del lado izquierdo, donde María Marta había recibido los disparos, y ella del lado derecho.
u Le pidió a gritos a Carrascosa que llamara a un médico y escuchó que el marido marcaba números pero desconoce cuáles.
u Fue Gauvry Gordon quien le sugirió que limpiara las manchas de sangre. “No fue con lavandina, sino con agua y un trapito verde que alguien le dio”.
Mientras se aguarda la presentación de Michelini, Molina Pico ayer se dedicó a analizar las contradicciones del caso. Durante varias horas estuvo reunido con Orlando Díaz, juez de Garantías subrogante de DiegoBarroetaveña. Según fuentes judiciales, analiza la realización de careos. Es muy probable que Gauvry Gordon sea careado con Carrascosa, Biasi y Michelini. También, algunos testigos con Carrascosa, para confirmar la versión de que el marido ya estaba preocupado por la autopsia y la presencia policial. De todos modos, diferentes penalistas confiaron a este diario que después de tanto tiempo de ocurrido el hecho (casi tres meses) los careos carecen de sentido. Todos coincidieron: “Los imputados se mantienen en su tesitura, ya tuvieron a su alcance las declaraciones del otro. Uno dice que el otro miente y el careo se cierra”.
Ayer, el abogado Julio Scelzi aseguró que Horacio García Belsunce declinó tomar las vacaciones que había solicitado al juez Díaz. Pidió incorporar diferentes medidas: testimonios de amigos de Horacito que asistieron al velorio, los peajes de la autopista para demostrar que no estaba cuando llegó Gauvry Gordon (para correrse de la teoría del accidente) y diferentes documentos que demuestren que no sabe diferenciar entre el plomo de una bala y un vulgar “pituto”. Al mismo tiempo, la Cámara de Apelaciones de San Martín, que reemplaza a la de San Isidro en esta feria judicial, recibió las apelaciones a las eximiciones de prisión presentadas por Molina Pico. Según aseguraron fuentes judiciales a este diario, todo indica que aguardarán hasta el final de la feria para que las apelaciones vuelvan a la Cámara de origen.