Dom 26.01.2003

SOCIEDAD  › LOS MISTERIOS DEL ASESINATO DE MARIA MARTA GARCIA BELSUNCE

4 preguntas a 4 especialistas

Entre contradicciones, pactos de silencio y torpezas de los investigadores, el caso sigue sin avanzar. ¿Crimen pasional, venganza o robo? Cuatro especialistas analizaron con Página/12 el asesinato en el country y explicaron qué piensan de la actuación policial, del fiscal, los móviles y ¿las razones del fracaso de la investigación?

Por Raúl Kollmann y
Horacio Cecchi

Crimen pasional, venganza por cuestiones de dinero o robo. Pacto de silencio de los familiares o sólo una sucesión de torpezas. Investigar las contradicciones de los allegados, echar a todos los encargados de la pesquisa o estudiar a fondo la vida de la víctima. Todas estas discrepancias aparecen a la hora del análisis del caso García Belsunce por parte de cuatro de los criminalistas de mayor reputación de la Argentina. Hay un solo punto en el que están todos de acuerdo: que la actuación del fiscal Diego Molina Pico y la policía fue –y sigue siendo– muy mala. Alguno le adjudica ese comportamiento clave al hecho de que se trata de una familia de dinero, otros creen que es sólo torpeza y no falta el que considera que hoy por hoy no hay capacidad de investigación en fiscales y policías.
Página/12 convocó para que den sus puntos de vista a los siguientes especialistas:
- Comandante retirado de la Gendarmería Osvaldo Laborda, que actuó como criminalista en el atentado contra la Embajada de Israel, en el ataque contra la AMIA y en una serie interminable de casos de gran repercusión.
- Doctor Mariano Castex, profesor de medicina legal de la Universidad de Buenos Aires y ex titular de la cátedra en la Facultad de Derecho. Además, está a cargo de los cursos para médicos legistas.
- Doctor Elías Neumann, criminólogo, docente de grado y posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
- Comandante retirado de la Gendarmería Eduardo Frigerio, que actuó en casos como el de Menem junior, el brigadier Echegoyen, la explosión en el Shooting Baires, el caso Rodrigo y el incendio en la discoteca Kheyvis. A ellos se les hicieron cuatro preguntas centrales sobre el asesinato de María Marta.

1 ¿Por qué no se encontró hasta ahora al asesino?

Eduardo Frigerio: Porque hay un complot de encubrimiento y un pacto de silencio. Estoy convencido de que el homicida es un integrante del entorno. La actitud de la familia demuestra que se preocuparon más por la imagen que por el hecho. A ninguno se le ocurriría hacer las cosas que hicieron: la enterraron con el jogging que tenía puesto, ni siquiera le cambiaron la ropa mugrienta y le pusieron un camisón. Eso significa que evitaron todo contacto de cualquiera con el cuerpo. Tengo la convicción de que en el cuero cabelludo había pegamento, La Gotita, para evitar que se vean los cinco orificios. Seguramente eso se verá en la pericia del cuero cabelludo. Cuando se apoya el arma sobre un cráneo y se dispara, como este caso, se produce el efecto de un cañón apoyado, es un fenómeno que se conoce como golpe de mina: el proyectil sale del cañón, perfora el cuero cabelludo y la masa muscular que viene debajo y se introduce en el cráneo, pero lo que sucede con los gases es que algunos entran y la mayoría rebota y sale hacia fuera. Por eso se produce algo que se llama labios evertidos, como si estallara una pequeña mina. Son heridas grandes, toda esa parte del cráneo debía estar reventada. No es concebible que se le haya pasado por alto a un médico que lleva seis años en emergencias. Tiene que ser imputado procesalmente.

Osvaldo Laborda: Porque todo lo que se hizo, se hizo mal. Todo fue un desastre desde el momento en que se encontró a la persona, la reacción de la familia, la actuación de los médicos, la seguridad del country, la resucitación. Si todo se hizo mal, obviamente es imposible determinar con velocidad razonable quién es el asesino. Desde ya que no creo en la intencionalidad de tanta gente para tapar el crimen. No veo de ninguna manera que se hayan juntado familiares, amigos, policía, médicos y elfiscal para urdir el encubrimiento. Acá hay torpeza y alguno de los protagonistas sí debe saber la verdadera historia y eso de por sí ya significa un desvío del caso. Pero lo central es que se produjo error tras error.

Mariano Castex: Porque se ha hecho todo lo posible para ponerle niebla. De ninguna manera puedo creer que en el country no hay un registro exacto de quién entra y quién sale. No lo creo, habitualmente resulta más fácil entrar a una cárcel que a un country. Si se sabe quién entra y quién sale, el registro de sospechosos es muy pequeño y no debería ser difícil detectar al culpable. Pero se ha hecho lo indecible por taparlo. La instrucción se embarró y eso es intolerable en una familia de médicos y abogados. Encima metieron otra gente a tapar, como los dos médicos que llegaron y la kinesióloga.

Elías Neuman: Por cuatro razones elementales. La primera: se dejó pasar el tiempo esencial y no se levantó el cadáver. Con muy pocos elementos, hoy la criminalística permite saber de dónde vinieron los tiros, con un vello se hace hasta el ADN del atacante, se puede determinar si la atacaron por sorpresa o hubo lucha. La segunda razón es que no hubo testigos. La tercera es que no se encontró el arma. Y la cuarta, que el entorno, que tiene alguna responsabilidad, está bien asesorado judicialmente.

2¿Tiene una hipótesis del móvil del crimen?

Neuman: Tengo que creer que el móvil del crimen está en el entorno de María Marta, porque el asesinato se produjo en un enclave de seguridad y nunca se supo que haya entrado alguien extraño al country. Es un hecho, además, que el asesino conocía a la víctima. Cabe descartar un homicidio por encargo, porque ese tipo de hechos se consuman con un arma de otro calibre y a lo sumo con uno o dos tiros, pero no con cinco o seis. No tengo una hipótesis definitiva, pero así como aparecen las cosas, debe ser pasional o emocional o por una venganza, actuando el victimario en estado de emoción violenta.

Frigerio: La hipótesis es que hay un factor de orden emotivo importante. Si ese factor es odio, despecho, bronca por amores contrariados o bronca por una estafa, no lo puedo definir, pero sí creo que hay un elemento emotivo decisivo desencadenante. Ese tipo de revólveres tiene seis alveolos, lo que implica que el asesino disparó hasta agotar la totalidad del tambor y en el momento de bronca seguramente siguió percutando el arma, cayendo el percutor sobre vainas ya disparadas. No condice con el modus operandi habitual de un asesino profesional. Ese hombre tendría que haber ingresado al country, lo que es complejo. Después matar y después salir, lo que también es complejo. Mucho más fácil para un profesional, más certero y con menos chances de ser descubierto hubiera sido esperarla en otro lado. O sea que tiene que ser del country, que entró con ella a la casa o la estaba esperando adentro y hay un decisivo aspecto emotivo.

Laborda: El único diagnóstico, el único móvil serio que me aparece, es el robo. El problema más habitual que se vive en la Argentina es que gente que no tiene le robe a gente que tiene. Y a esto agregaría que nadie sabe bien qué había en esa casa en cuanto a dinero o bienes. No confío en ese terreno en nada de lo que haya declarado el marido. Entonces, si yo tengo un homicidio, de entrada me inclino por la razón más habitual, el robo. Después, si aparece otro elemento, alguna foto que hable de una relación de ella o de él, ya veremos. En la hipótesis del robo incluyo a vecinos del country, personal de seguridad, personal de limpieza, mucamas, gente que haya estado en esa casa, conozca los movimientos y seguramente laconocía a ella. Por ahora, no encuentro nada que me hable de otro móvil con fundamento. ¿Qué le dispararon seis tiros? Es cierto que el ladrón no suele matar así, pero si es descubierto y es alguien conocido, puede tener esa reacción violenta. Pregunto: ¿hay una investigación seria sobre la gente con antecedentes en ese country? ¿Sobre el personal de seguridad? ¿Las estadísticas de robo dentro del Carmel? Tengo la sensación de que no se investigó nada de nada y que no es un country seguro. Si hubiera sido seguro, todos los movimientos estarían registrados y a esta hora, con sólo ir a la seguridad, se agotaban de inmediato todas las hipótesis de quién pudo ser.

Castex: Insisto en que la clave está en el entorno y las razones pueden ser tres. Primero: las relaciones de ella, amistades, celos pasionales. Segundo, las obras que ella hacía, que tal vez eran intolerables para otros de su entorno. Ella pertenecía a un estrato de la sociedad donde hay cierta reacción de intolerancia frente a obras como la búsqueda de chicos desaparecidos. Tercero, los intereses económicos, un choque por cuestiones de dinero. Lo que me parece descabellado es el robo.

3¿Qué medidas propondría hoy en día?

Laborda: Lo primero que haría es seleccionar dos o tres policías que sepan investigar, que algunos policías de ese estilo todavía quedan. A ellos les agregaría un adjunto de confianza del fiscal y ese sólo equipo trabajaría en el caso. Ahora la investigación está en manos del fiscal, por aquella reforma de León Arslanian, y los fiscales se creen que se pueden llevar el mundo por delante. A investigar se aprende, lleva mucho tiempo, mucho estudio, mucha práctica y años para agarrarle la mano. Por ejemplo, supongamos que en la causa aparece una mujer. El fiscal desde el escritorio le ordena a la policía chequear la existencia de la mujer, pero lo concreto es que allí se necesita mucha iniciativa para preguntarle a los vecinos, a informantes, a ver cuáles son las relaciones de esa mujer. Todo eso no lo resuelve el fiscal desde el escritorio. Por lo tanto yo armaría ese grupo con dos o tres policías y alguien del fiscal que, estoy seguro, en quince días resuelven el caso. Revisaría todos los datos desde lo técnico, pero no con pruebas ridículas como la de analizar una huella en un lugar donde hubo 250 personas en el velatorio.

Frigerio: El fiscal tiene que explotar al máximo las contradicciones en los testimonios, presionar, meter presa gente, tenerlos cinco días incomunicados. La prueba indiciaria, las pericias, ya está muy débil porque nada se hizo a tiempo. Ir ahora a buscar elementos para hacer peritajes no tiene ningún sentido. Y tampoco creo que aparezca el arma, porque eso que hicieron en el caso Cabezas, que un hombre aplicó la rabdomancia y sacó la pistola de un arroyo, no me lo creo.

Neumann: Así como están las cosas, propondría olvidar todo, no darle más espacio en los medios porque el caso constituye una cortina de niebla que tapa los verdaderos dramas que ocurren en el país. ¿Qué el crimen va a quedar impune? Es que va a quedar impune, salvo en caso de que se quiebre el victimario, pero lo dudo mucho porque están bien asesorados y saben la pena que les correspondería.

Castex: Creo mucho en la investigación sobre la base de las tres hipótesis, es decir mirando atentamente la vida de María Marta. Hay que encontrar en serio si la mujer tenía relaciones pasionales o las tenía su marido, si existen deben saltar a la luz situaciones de celos; hay que estudiar la actividad social de María Marta y las aprobaciones y rechazos que esa actividad producía en la gente cercana a ella. En ese terrenotambién todo lo que tenga que ver con envidias o competencia. Y por último, es imprescindible buscar elementos que tengan que ver con lo económico: deudas, negocios, préstamos, personas que estén mal de dinero en el entorno y situaciones similares. No se puede descartar tampoco una venganza contra el marido y esa variante también debe investigarse. La variante que me parece más absurda es la del robo.

4¿Cómo calificaría la
actuación del fiscal y de la policía?

Frigerio: El fiscal tuvo muchas presiones, pecó por un exceso de discreción por la gente que se trataba. De entrada debió ordenar la detención de los que ahora tiene imputados por encubrimiento y debió mantenerlos incomunicados. Sobre la actuación de la policía quedan enormes incógnitas: que le avisaron, que fue un patrullero y no entró, el diálogo con un comisario y otros elementos. Si un patrullero llega a la puerta y no lo dejan entrar, debió conseguir de inmediato una orden de allanamiento y entrar igual.
Sin ninguna duda las fallas del fiscal y de la policía permitieron que se mantenga el pacto de silencio y que se pusieran en marcha todas las maniobras, indiscutibles, de encubrimiento. El caso García Belsunce también puso de manifiesto las maniobras increíbles que se hacen con los certificados de defunción y la ausencia absoluta del Estado en el papel de controlador de todas estas cosas.

Laborda: La actuación del fiscal y la policía me parecieron un horror. La policía prácticamente ni actuó. Sólo tomó conocimiento del caso y no hizo más que diligenciar lo que pedía el fiscal. No tuvo la menor iniciativa. Verificar cosas que pide el fiscal no es investigar. Insisto en que aquí no se ha buscado prácticamente nada.
Sé que el fiscal es hoy el jefe de una estructura que no tiene capacidad para investigar nada. No porque sea mala gente ni creo que se trate de una estructura corrupta. Acá es obvio que debieron detener e incomunicar a los que ahora acusa de encubrimiento porque todos los elementos que tiene ahora estaban hace 40 o 50 días. Ahora ya se perdió la oportunidad, todo está teñido de dudas y cada persona tiene armado su discurso. Yo no creo que en una reunión como la del Sheraton de Pilar se arme todo un encubrimiento, porque un secreto así no dura, pero alguno tiene armada su historia y la defiende. No estamos ante un caso en que la víctima era una persona odiada por la familia sino todo lo contrario, era la más querida. Y tampoco veo el tema de que el drama se desató por una vergüenza familiar: esa es una familia donde hay numerosos casos de separación, vuelta a casar y así sucesivamente. Empezando por los propios padres de María Marta. O sea que la clave puede estar en una o dos personas del country, pero a esas personas el fiscal les dio el tiempo que necesitaban. No por maniobra sino por torpeza.

Neumann: La actuación del fiscal y la policía me merecen muchos interrogantes, pero tengo muy en claro que no estamos frente a los delincuentes habituales de extracción humilde sino en personas bien situadas económicamente. El caso entra en la antología delictiva de nuestro país en tiempos democráticos, porque se evidencia que una cosa es investigar y juzgar a los de abajo y otra cosa es hacerlo con la llamada “gente como uno”. En el caso de los pobres, se supone que son culpables y el propio imputado empieza a argumentar que cometió tal otro delito anteriormente y tal otro, pero que éste no lo cometió. En cambio, el rico industrializa la inocencia: somos inocentes, siempre fuimos inocentes, personas respetables y otros cuentos de ese estilo. Es más, la estima social les es más importante que la autoestima y las cosas se tapan. Acá hay un hecho claro: cuando llegaron a la casa de los García Belsunce, sepresumió de entrada la inocencia. Todo lo contrario de lo que hubiera pasado en el caso de una persona de pocos recursos.

Castex: El fiscal y la policía actúan cada por su lado. También ocurrió lo mismo con el fiscal y el juez de turno, Juan Mackintach. Lamentablemente no actuaron juntos sino como perros y gatos. No está claro el papel del fiscal Juan Romero Victorica, que estuvo en el velatorio cuando llegaron el fiscal y la policía y de allí salió la decisión de inhumar el cuerpo, lo que diluyó enormemente la investigación. De la misma manera no está clara la actuación de la policía: aparecen todos contradiciéndose. Con todos estos elementos a la vista no puedo sino decir que me quedan enormes dudas respecto de la actuación de todos los protagonistas. Quiero decir una palabra final sobre los médicos. Es difícil aceptar la teoría de que confundieron un accidente con un asesinato con cinco balazos en la cabeza, buena parte de ellos disparados de cerca y que producen el efecto mina. Presumo que intervinieron en el caso presionados inconscientemente por la teoría del accidente de los familiares o puede haber ocurrido que fueron tocados. De lo que estoy seguro es que no se puede aceptar la teoría de la confusión.

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