Lun 27.01.2003

SOCIEDAD  › LA PROPIA VICTIMA LO RECONOCIO ANTES DE MORIR

Más datos en contra de Conzi

Horacio Conzi, el empresario prófugo, dueño del complejo Dallas de Martínez, fue reconocido por el joven Marcos Schenone antes de morir de tres disparos 9 milímetros. Schenone viajaba en un remís junto a dos amigas y otro joven, y fueron perseguidos por Conzi quien vació el cargador de una pistola 9 milímetros contra el remís. El arma, una Beretta, será periciada nuevamente ya que los peritos hallaron dos tipos de proyectiles en el lugar: algunas balas de punta hueca y otras encamisadas. Durante la reconstrucción, los fiscales Hernán Collantes y Mario Kohan supieron que cuando la Jeep Cherokee del empresario se puso a la par del remís, Schenone preguntó a sus acompañantes: “¿Esa no es la camioneta del dueño de Dallas?”. Después, siguieron los disparos.
El relato fue coincidente. Tanto el remisero, como las dos chicas y el amigo de Schenone, mencionaron que el joven reconoció a la camioneta por una insignia en la parrilla del vehículo. En ese momento, el remisero preguntó a sus pasajeros si querían que detuviera el auto. “No, seguí adelante”, le pidieron las dos chicas. Cuando la camioneta Jeep Cherokee, con la ventanilla del acompañante baja, se puso a la par del remís, pudieron confirmar la duda. “Ese es Horacio, el dueño de Dallas”, insistió Schenone. Después, el empresario vació el cargador de su arma sobre el remís. Tres disparos impactaron en Schenone provocándole la muerte.
En la reconstrucción, los fiscales también supieron que los dos amigos conocían desde antes a las dos chicas. En la madrugada del jueves 16, los dos amigos no pudieron entrar a Dallas porque las puertas del local cierran a la una de la madrugada. En la puerta, reconocieron a las dos chicas, de quienes sabían que tenían contacto con el dueño. Les pidieron entonces que los ayudaran a entrar. De hecho, lo hicieron. Una de las chicas dijo que los dos jóvenes las acompañaban, y así pudieron ingresar. En el interior se separaron, pero luego volvieron a juntarse, lo que aparentemente desató los celos de Conzi, quien ordenó a la guardia que echara a los dos amigos. Ante esa situación, las dos chicas se solidarizaron y se retiraron con ellos. Después siguió la persecución.
Hoy, los peritos realizarán otra pericia sobre la Beretta secuestrada de la casa de Horacio Conzi, que se determinó que había sido el arma utilizada. Buscan comprobar si las balas de punta hueca y los proyectiles encamisados hallados en el lugar corresponden a la misma arma.

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