Casi 1000 pasajeros viajaron gratis en tren de Necochea a Capital pero llegaron furiosos a Constitución. La aparente contradicción no es tal: el tren de la concesionaria Ferrobaires que debía realizar su recorrido en 10 horas, tardó 20. Sin agua, alimentos y con mucho calor, los pasajeros soportaron continuos retrasos por desperfectos en la locomotora y por la utilización de ramales que sólo recorren trenes de carga. En Constitución, Ferrobaires devolvió el dinero de los pasajes y ofreció taxis gratis para que los viajeros agotados llegaran “más rápido a su casa”, pero no logró aplacar la furia que hacía hervir a los pasajeros.
El tren 356 salió ayer a las 19.05 de Quequén, cerca de Necochea, con 600 pasajeros para llegar a las 4.40 a Constitución, pero el descarrilamiento de otro ferrocarril de cargas en Balcarce provocó que se tomara un desvío por una ruta alternativa a través de Tandil. Esta ruta fue ofrecida por Ferrosur –concesionaria a cargo de ese ramal– y, según Ferrobaires, los rieles tenían arena y no se usaban desde hacía seis años. Sin embargo, Gustavo Romera, ingeniero de Ferrosur, negó a Página/12 la acusación: “Es una vía de baja velocidad donde se circula a no más de 30 kilómetros; el ramal está en condiciones pero lo utilizan en general trenes de carga”.
Ferrobaires informó a los pasajeros antes de salir de Quequén que habría una demora de dos horas y que iban a llegar a Constitución a las 6, ya que se utilizaría la vía de Tandil y no la original –y más rápida– a través de Balcarce. Pero la diferencia de recorrido entre una y otra hasta llegar a Maipú –donde se juntan los dos ramales– es de cuatro horas, según confirmó Romera. “Ibamos a 15 kilómetros y nos dimos cuenta de que se iba a demorar mucho más que dos horas”, dijo una pasajera.
En el trayecto hacia Tandil, la locomotora se rompió a la medianoche cerca de Fulton y los pasajeros debieron esperar que llegase otra locomotora para continuar con el viaje. Según el vocero de Ferrobaires, Sergio Levit, “se les proveyó a los clientes de un servicio especial de refrigerio”, pero varios pasajeros lo desmintieron: “Estábamos a la noche, en medio del campo, sin luz, ni agua ni comida y con todos los baños sucios”, comentó una mujer. “Sólo a unos 40 boyscouts les dieron unos sandwiches, pero nos enteramos después, al resto no se les dio nada y a cada rato pasaba un vendedor que ofrecía una gaseosa sin enfriar y un sandwich a cuatro pesos”, agregó la pasajera, quien además dijo que pidieron agua caliente para el mate y para los bebés pero no obtuvieron respuesta.
Ferrobaires envió una locomotora para buscar el convoy varado; correspondía al tren 332 que partía a las 0.35 de Tandil hacia Capital, pero que finalmente salió cinco horas más tarde, demorando a otros 300 pasajeros en la estación. A las 5.35 salió la locomotora con los dos trenes y casi 1000 pasajeros que tenían la esperanza de llegar a Constitución poco después del mediodía, según había informado Ferrobaires. Pero en Maipú el tren volvió a demorarse: “Nos dijeron que teníamos 20 minutos para comprar algo, sin embargo esperamos más de una hora porque venía otro tren desde Mar del Plata al que se le dio prioridad”, explicó un pasajero.
Con camisas mojadas, hambre y los nervios a flor de piel, los pasajeros llegaron a las 14.45 a Constitución, luego de 10 horas de demora, y fueron directamente a las boleterías para reclamar la devolución de los pasajes. La empresa les dio los 25 pesos del boleto y pagó taxis para “llevar a los pasajeros a sus casas”, contó el vocero de la empresa.
Esta es la segunda vez en menos de una semana que Ferrobaires envía vehículos para transportar a los pasajeros de sus trenes: el jueves pasado más de 400 personas habían quedado varadas durante 15 horas luego de que un tren que iba de la capital a Bahía Blanca descarrilara.