SOCIEDAD
Maximiliano y una muerte en las vías de la que nadie sabe nada
La novia lo vio subir al tren que iba a Bahía Blanca. Más tarde lo encontraron golpeado y en coma. Pero nadie vio nada.
› Por Carlos Rodríguez
La novia de Maximiliano Ernesto Farina, de 28 años, lo acompañó hasta la estación Constitución, lo vio subir al tren con destino a Bahía Blanca y le quedó la última imagen, cuando desde el estribo la saludó con la mano. La última sonrisa de Maxi se perdió en la noche. Eran las 21.10 del miércoles 18 de diciembre de 2002. La próxima noticia llegó a las 23 de ese día, con un llamado de la guardia médica del Hospital Santamarina de Monte Grande. El joven estaba en coma profundo. Lo habían encontrado tirado en la estación ferroviaria de Monte Grande, con golpes en la cabeza, en la espalda y en las rodillas. Nadie había visto nada. Los bomberos recibieron una llamada anónima procedente de un teléfono que pertenecería a una empresa ferroviaria. Maximiliano falleció el 27 de diciembre sin haber recuperado el conocimiento. “Se cayó del tren”, fue la obvia información que brindó a la familia un vocero de la empresa Ferrobaires. Nadie parece saber qué pasó, aunque los trenes hacia Bahía Blanca, de lunes a viernes, van siempre llenos.
Antonio Farina, el papá de Maximiliano, cree que pudo haber sufrido un robo en el tren. La mochila que llevaba el joven, que tenía ropa y una bolsa de dormir, desapareció. Maximiliano viajaba a Bahía Blanca para acompañar a su abuela materna, que quedó viuda hace poco tiempo. Cuando lo encontraron tirado, en un extremo de la estación Monte Grande, le faltaban las zapatillas, un objetivo clásico de los robos menores. En el caso intervino el cuartel de bomberos de Monte Grande. El encargado, Abel Giuliani, confirmó a este diario que actuaron por un llamado anónimo que fue realizado “desde el número 4018-0768, según quedó asentado en el identificador de llamados que tenemos en el cuartel”.
El número corresponde a un abonado de la empresa Techtel, pero todavía no se ha precisado a nombre de quien está la línea. Se presume que sería de otra empresa ferroviaria que opera en la estación de Monte Grande. Con Ferrobaires fue imposible comunicarse porque nunca atienden los teléfonos registrados en la guía telefónica domiciliaria y en el servicio 110. Tampoco atiende nadie en el misterioso “4018-0768”.
Giuliani precisó que Maximiliano “estaba inconsciente, en el hueco que hay debajo de la estación, cuyo andén tuvo que ser elevado un metro y medio para que pudieran operar los trenes eléctricos”. Por eso quedó un hueco, notorio cuando pasan los trenes viejos, como el que va a Bahía. El padre de Maximiliano cree que fue empujado y que “es imposible que haya ido viajando en el estribo”. El tren a Bahía Blanca no para en Monte Grande y no lo hizo esa noche. El cuerpo estaba en la punta del andén más cercana a la Capital Federal.
El caso es investigado por el fiscal de Lomas de Zamora Lorenzo Latorre, quien indaga sobre un “presunto accidente”. Durante la feria judicial prestó declaración Andrea, la novia de Maximiliano. Ella lo acompañó desde su casa en San Telmo hasta Constitución. Sacaron juntos el boleto y lo vio subir al tren. Fuentes del juzgado dijeron que de las pericias surge que el joven esa noche había consumido alcohol. Lo confirmó su padre: “Bebió un poco de cerveza, no estaba ebrio”. Ahora, como la mochila de la víctima desapareció, tampoco pueden encontrar el boleto. “Si no aparece el boleto, para Ferrobaires es como si nunca hubiera viajado”.
En el hospital Santamarina, un médico de apellido Breglia informó sobre el estado de Maximiliano. “Nos dijo que estaba en coma profundo porque se había caído del tren, pero lo extraño era que tenía muy golpeadas las rodillas, pero las manos muy limpias, sin lastimar; si se hubiera golpeado las rodillas al caer, tendría que haber intentado poner las manos.” Uno de los médicos “no descartó que lo hubieran golpeado antes, pero fue imposible saber si hubo testigos”.
En la fiscalía de Lomas de Zamora tienen previsto llamar a los empleados de Ferrobaires que iban en el tren. Voceros de la oficina de Ferrobaires en Olavarría dijeron que de lunes a viernes “los trenes a Bahía van llenoso casi llenos, de manera que es muy raro que nadie haya visto nada”. En ese servicio “los miércoles y jueves hay un solo guarda, mientras que en los demás días hay dos”. En cuanto al personal de seguridad “no hay nadie identificado con uniforme, pero suben hombres de civil de la que están contratados”. La fuente insistió en que los trenes van llenos “porque hay descuentos para estudiantes y la diferencia con el ómnibus es grande: el pullman cuesta 8 pesos contra los 32 que sale el pasaje en micro”.