Ayer, los cuerpos de socorro de Colombia culminaron con el rescate de los últimos 7 de los 21 cadáveres de los mineros que fallecieron luego de registrarse, el miércoles pasado, una explosión en un yacimiento del departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela. Los últimos cuatro cuerpos en ser retirados fueron hallados a más de mil metros de la boca del yacimiento, en dos puntos distintos, según indicó un coordinador del Comité Local de Prevención y Atención de Desastres. La recuperación de los cadáveres se dio en el mismo momento en que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunciaba en el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, que su gobierno revisará los mecanismos de control a las minas para hacer algunas correcciones. El accidente, que además dejó seis heridos, se produjo por una acumulación de gases en la mina La Preciosa, situada en un sector rural de la población de Sardinata. “Pienso viajar a Cúcuta, ir directamente a la mina, hacer acto de presencia allá, acompañar a las familias de las víctimas y, sobre todo, iniciar un proceso de revisión de toda la regulación y los controles que tenemos sobre esas minas, para que estos accidentes no vuelvan a suceder”, dijo Santos. El ministro de Minas y Energía, Carlos Rodado, dijo que el yacimiento será cerrado para evitar nuevas tragedias. En 2007 habían muerto 40 mineros allí en accidentes similares.