SOCIEDAD › OPINIóN
› Por Eduardo López *
Lo primero que hay que destacar de la respuesta del gobierno macrista a nuestra crítica publicada en este medio sobre la posición del Ministro de Educación de la Ciudad, Esteban Bullrich, en relación con la capacitación docente, es la voluntad de debatir públicamente la cuestión educativa. Decimos esto porque sea cual fuere el funcionario que elija el gobierno de la ciudad para contestarnos –en este caso el director operativo de Investigación y Estadística, Augusto Trombetta–, participamos del debate en la convicción de que cuando se discute sobre el destino de la educación pública lo peor es rehuir al intercambio de ideas. No obstante, debemos advertir que le tocó a Trombetta defender dos de los aspectos más débiles de una gestión educativa que resulta hasta el momento una de las más pobres de la historia democrática porteña. Esto es, el esfuerzo presupuestario en inversión educativa y la política de capacitación docente.
En relación con el primer aspecto, el Ministerio de Educación, a través de Trombetta, nos acusa de ligereza analítica y acomoda los números. Suma los porcentajes de los presupuestos de educación y cultura de la ciudad y los compara con los de educación y cultura, también sumados, de la provincia de Buenos Aires. Vale aclarar que la ciudad desde el año ’83 invierte mucho en cultura y al sumarle el presupuesto de cultura al de educación, pícaramente, infla el presupuesto educativo de la ciudad en relación con el de provincia. En realidad, debemos hacer exactamente al revés: restar cultura de ambos presupuestos educativos y comparar el presupuesto educativo de la ciudad con el presupuesto educativo de la provincia. Así los datos son claros: la provincia asigna el 37,5 de su presupuesto a la educación mientras que la ciudad sólo asigna el 26,2 de su presupuesto para la Educación (fuente: www.me.gov.ar/cgecse/geducacion.html).
Posteriormente, Trombetta plantea que la ciudad invierte más por alumno que la provincia. Y es rigurosamente cierto. No es una novedad que la ciudad de Buenos Aires tenga un gasto por alumno más alto que el de la provincia homónima. Esto es de larga data y no es mérito de la actual gestión. Aun así, el verdadero interés por la inversión en la educación pública no se puede medir con un solo indicador, y menos con el del gasto por alumno. Si el gobierno pretende tomar la inversión por alumno, ese monto debe relacionarse con los recursos fiscales que ambas jurisdicciones disponen (por ejemplo: a Macri comprar un BMW le cuesta en proporción a sus ingresos mucho menos que a cualquier docente porteño la adquisición de un Fitito: claro que Macri gastó más en su automóvil que el maestro, pero el mayor esfuerzo –el porcentaje de su salario destinado al auto– sigue siendo el que realiza el docente). La ciudad tiene más recursos fiscales por habitante que la provincia. Por eso, aun cuando su gasto por alumno es más alto en ciudad, si lo comparamos con los ingresos fiscales per cápita, el esfuerzo que realiza la ciudad es de sólo 1,83 por alumno contra 2,14 que realiza la provincia (fuente: ídem anterior).
Luego Trombetta intenta la ímproba tarea de defender la política macrista respecto de la Escuela de Capacitación Docente de la Ciudad. Aquí Trombetta se refugia en un tecnicismo, al afirmar que algunos postítulos de la Escuela de Capacitación no se “cierran” sino que “finalizan”. Aclaremos: cada vez que se dicta un postítulo, en cada cohorte, el postítulo “finaliza” y vuelve a comenzar en la siguiente cohorte. Sin embargo, el postítulo en Matemática “finalizó” cuando su equipo se negó a aceptar peores condiciones de trabajo que las de años anteriores (los docentes tenían contrato de planta transitoria y el Ministerio de Educación pretendía pasarlos a contratos de locación de servicios).
También el prestigioso postítulo en Literatura Infantil y Juvenil “finalizó” el año pasado. Este postítulo se creó en 2002 y desde entonces se dictó en cinco cohortes que sucesivamente fueron profundizando su impacto en el sistema educativo de la ciudad, en todos sus niveles y modalidades, en todos los barrios. Y hasta en el exterior del país: según la especialista Evelyn Arizpe, ha sido tomado como modelo del programa de formación docente en lectura que implementa la Universidad de Glasgow. En cada convocatoria, además, la inscripción superó la cantidad de vacantes y fue necesario ir a sorteo. Sin embargo, poco antes de que terminara la quinta cohorte, el gobierno comunicó la “no continuidad” del postítulo sin especificar en qué “necesidades educativas” o “cambios sociales” basó su decisión. También “finalizaron” muchos cursos con temáticas ligadas a derechos humanos, memoria e historia argentina reciente.
Sin embargo, no todo “finaliza” en la Escuela de Capacitación Docente. En estos años de gobierno macrista se empezaron a dar cursos como “Medios de comunicación y valores” dictados por la Fundación Noble y como “El docente actual frente al fenómeno de la drogadicción”, dictado por la Policía Federal Argentina, dejando de lado a especialistas que pueden abordar estos temas desde una óptica educativa.
Es muy importante destacar que la Escuela de Capacitación Docente, pese a los intentos macristas, sigue brindando actividades destinadas a mejorar y actualizar la calidad académica docente de manera estatal pública y gratuita. Los docentes valoramos la Escuela de Capacitación y no permitiremos su vaciamiento.
Por último, el gobierno de Macri, a través de Trombetta, no dice una sola palabra de lo que motivó nuestra crítica al ministro de Educación: la idea, retomada del discurso de los nefastos años ’90, de premiar a los docentes que se capaciten utilizándola como moneda de cambio en la negociación salarial. En este sentido, reafirmamos nuestra posición de que la formación continua de los trabajadores de la educación debe ser una política de Estado que llegue al conjunto de la población docente, y sea, fundamentalmente, estatal, gratuita y en servicio.
De todas maneras, saludamos que el ministro Bullrich quiera llevar a la discusión paritaria temas que excedan lo salarial. De hecho, los docentes venimos reclamando desde hace muchos años incluir en las paritarias el aumento del presupuesto educativo en la ciudad que garantice desde la creación de nuevas escuelas hasta la mejora de las condiciones de enseñar y aprender.
* Secretario general UTE-Ctera.
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