SOCIEDAD › APOCALIPSIS > OPINIóN
› Por Martín Granovsky
Nicholas Kristof, el periodista de The New York Times que fue jefe de la corresponsalía en Tokio, dice que los japoneses tienen una palabra intraducible, gaman. Significaría algo así como sobreponerse a la dificultad. Kristof relaciona gaman con el estoicismo y con un tejido social sólido que aparece en las peores situaciones. Dice haber visto extraordinarios gestos de solidaridad y respeto por el otro después del terremoto de Kobe, el último gran desastre sísmico que soportó Japón antes de la catástrofe de Sendai, con seis mil muertos y 300 mil personas sin techo. Pero más allá del indecible sufrimiento de millones de japoneses estos días, y lejos de todo pronóstico fácil, ¿cuáles son los datos duros que convendría considerar? Aquí van diez claves.
Comercio argentino. La exposición directa de la Argentina frente a la crisis japonesa es baja. En 2010 Japón representó el 1,2 por ciento del total de las exportaciones argentinas. Vendió el 2,1 por ciento de las importaciones. Como destino, los Estados Unidos representan el 5,2 de las exportaciones; China, el 8,6 y Brasil, el 21,3 por ciento. En importaciones, los Estados Unidos ocupan el 10,7 por ciento; China, el 13,5 y Brasil, el 31,2 por ciento.
Impacto económico. La Bolsa de Tokio cayó ayer un 6 por ciento a pesar de que el Banco Central inyectó 183 mil millones de dólares en el sistema financiero. Sheila Smith, especialista en Japón del Council on Foreign Relations de los Estados Unidos, escribió que en 1995 el costo del terremoto de Kobe fue de 132 mil millones de dólares en daños y fue “el desastre natural más caro del mundo”. El pronóstico de Smith después del tsunami de Sendai es que “el impacto será devastador”. Y agrega: “Será significativo el perjuicio a largo plazo para un país que ya estaba peleando para bajar su déficit fiscal, situado en el 10 por ciento del Producto Bruto Interno”. También señala Smith que el actual gobierno japonés reaccionó con mayor fuerza y velocidad que el de 1995.
Parate industrial. Toyota y Nissan ya anunciaron que detendrían la producción en 20 fábricas ubicadas en Japón. Toyota incluso evacuó a los trabajadores de dos plantas en las regiones más perjudicadas por el sismo. Las plantas producen 420 mil autos chicos por año, sobre todo con destino a la exportación. El diario inglés The Guardian informa que están cerradas dos de las tres plantas de Honda. También interrumpieron sus operaciones, por daños, Kirin Holdings, Fuji Heavy Industries, Glaxo y Nestlé. Sony suspendió la producción en ocho plantas.
Recesión. Japón es una economía exportadora. El desafío para el Estado consiste en reabrir las plantas industriales con la mayor velocidad posible. El banco japonés Daiwa Capital Markets, que aguardaba un leve crecimiento del 0,3 por ciento para este trimestre, ahora pronostica recesión.
Petróleo. El parate en un gran importador de petróleo como Japón, el tercero del mundo, hizo que el precio del barril medido por el índice europeo Brent se ubicara ayer en 111,64 dólares, con un descenso de 2,3 dólares. La caída revierte parcialmente un alza anterior producida por estímulo de las crisis de Egipto y Libia.
Deuda. La deuda pública de Japón ya equivalía, antes de la tragedia, al 200 por ciento del PBI.
Energía nuclear. Las plantas nucleares producen un tercio de la electricidad que consume Japón.
Discusión atómica. El mundo vuelve a la discusión sobre los riesgos y ventajas de la energía nuclear. Christian Parenti entrevistó, para el semanario norteamericano The Nation, a Peter Bradford, ex jefe de la Comisión de Regulación Nuclear de los Estados Unidos. Hay 23 reactores diseñados por General Electric como el de Fukushima número uno. También existen plantas nucleares en líneas de falla geológica, por ejemplo en el Cañón del Diablo, en Santa Barbara, y en las afueras de San Clemente. Según Bradford, lo peor no es el estado de los reactores sino el exceso de autoconfianza de los reguladores y gerentes. “La frase Acá no puede pasar es una invitación al desastre”, dice el ex funcionario. El periodista escribe que la combinación de arrogancia tecnológica y espíritu de lucro lleva a “mala administración y mentiras”. Recuerda que en su campaña electoral Barack Obama dijo que el organismo regulador RNC “está moribundo y cautivo de las industrias que debe controlar”. Pero añade que luego Obama no hizo nada concreto para mejorar la RNC desde la presidencia.
Poderío chino. El 13 de febrero China superó a Japón en magnitud económica y quedó como la segunda economía mundial detrás de los Estados Unidos. Resignado, el primer ministro japonés Naoto Kan había celebrado el sorpasso. La política exterior japonesa venía oscilando entre la continuidad de su alianza de posguerra con los Estados Unidos y una diplomacia compensada por visiones más “nacionalistas” o de compromiso con la situación de Asia. El gobernante Partido Democrático, que en 2009 reemplazó el predominio de 55 años del Partido Liberal Democrático, no es ciertamente antinorteamericano, pero tampoco pregona el alineamiento automático con Washington.
Política interna. En abril habrá elecciones locales en Japón. Será un test para el Partido Democrático.
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