Miles de familiares de residentes en Japón siguen minuto a minuto las imágenes de la televisión nipona tras el terremoto y el devastador tsunami. En Internet, las redes sociales y hasta en YouTube se reproducen las historias de aquellos que pudieron sobrevivir a la catástrofe y restablecieron el contacto con sus familias. “Mandan mensajes diciendo ‘estoy vivo’. Eso es lo más importante”, sintetizó Akira Ikegaki, vicepresidente de la Asociación Japonesa en la Argentina (AJA). A pesar de la gran distancia, las familias buscan ayudar a los millones de damnificados por la catástrofe. Por eso, este viernes a las 19, la AJA hará una concentración en el Obelisco para recibir donaciones para los pobladores del archipiélago. Por su parte, la Cruz Roja Argentina habilitó una cuenta bancaria para canalizar la ayuda económica.

Muchas personas tienen a sus familias allá. En los primeros minutos reinaron el temor y la incertidumbre. Luego, a medida que se escuchaba la voz de sus familias, todo volvía a la calma. “Mi hermana estaba viendo la televisión y me llamó para avisarme que había un desastre en Japón. No podíamos comunicarnos con mi otra hermana, que vive allá. Una hora después confirmó que estaba bien”, contó Ikegaki. Entre los miembros de la colectividad aparecen las historias de reencuentro. Después del paso del temblor, una joven que enseñaba danza japonesa en el país escribió a sus amigos: “Hasta un kilómetro de mi casa vino el tsunami, pero me salvé”.

Alrededor de cuatro mil personas debieron abandonar sus hogares y están viviendo en centros de refugiados, que suelen ser escuelas, templos, hospitales y gimnasios, construidas especialmente para soportar la violencia de un terremoto. Allí, diferentes entidades “pusieron teléfonos satelitales” para poder comunicarse con familiares en el exterior porque, según contaron, el sistema de comunicación “está colapsado”. En ese sentido, la Cruz Roja Japonesa alienta a los residentes de otros países a utilizar la página de búsqueda de familiares: www.icrc.org/familylinks.

La tecnología se transformó en una herramienta clave para llevar tranquilidad de un punto a otro del globo. Televisión, Internet, satélites, celulares, que la mayoría de los japoneses tienen en sus hogares. “Yo me mantengo en comunicación por Internet, hablé con mi hija vía Twitter. Todo el día miramos televisión japonesa”, contó Ikegaki. Con el paso de las horas se arman las redes para canalizar la ayuda. Cada entidad japonesa está organizando lo que considera conveniente para poder aportar su granito de arena a la asistencia humanitaria.

La AJA convocó este viernes a las 19 una concentración en el Obelisco para dar fuerza a sus compatriotas del otro lado del mundo. Además abrieron una cuenta para recibir donaciones de dinero. La Cruz Roja Argentina también habilitó una cuenta en Banco Nación: 91344/97. Quienes puedan colaborar pueden comunicarse al 4952-7200 para mayor información.

Desde la colectividad señalaron que “Japón ya está acostumbrado a sobrevivir a los desastres”. Los chicos, en el jardín de infantes, tienen dos veces al año un simulacro por catástrofes y apenas viene un alerta, los niños y los adultos saben qué hacer y a qué refugio acudir. En la sociedad nipona, son comunes “la solidaridad y estar unidos” frente a las adversidades, subrayó el vicepresidente de la AJA.

Informe: Soledad Arréguez Manozzo.