Sáb 19.03.2011

SOCIEDAD  › UN GRUPO DE JAPONESES SE REUNIO PARA ENVIAR SU SOLIDARIDAD A TRAVES DE LA TELEVISION

Desde el Obelisco, para todo Japón

Miembros de la colectividad nipona y argentinos que adhirieron se juntaron en la Plaza de la República para gritar “Fuerza Japón”. La idea es enviar el video a la televisión de ese país. Los chicos se pintaron la cara con la bandera japonesa.

En el anochecer de ayer, frente al Obelisco, una bandera nacional con un círculo rojo en el centro simbolizó la unión de dos pueblos en la distancia. La colectividad japonesa que vive en Argentina se reunió allí para grabar un video y tomar fotos en las que dio su apoyo a los habitantes de Japón, azotados en la última semana por terremotos, un tsunami y un accidente nuclear. “Fuerza Japón”, fue el grito de cientos de personas que se sintió en la Plaza de la República y que a través de una filmación llegará a la televisión japonesa.

Entre los concurrentes había gran cantidad de niñas y niños, muchos con sus caras pintadas con la bandera japonesa. Los pequeños estuvieron encargados de repartir grullas –pájaro replicado en papel con la técnica origami– hechas en miniatura a las personas que se acercaban a la plaza. “Se hacen mil grullas para cuando alguien está enfermo y se le quiere dar fuerza para que se cure”, explicó Gabriela Occhionero, coordinadora de japonés del Centro Universitario de Idiomas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En este caso, las grullas sirvieron para que el pueblo japonés mejore su situación tras las múltiples catástrofes sufridas.

A Occhionero la acompañaba un grupo importante de jóvenes, alumnos suyos, que no tenían ascendencia japonesa. Lo que sucede, comentó la profesora, es que los chicos argentinos “están atraídos por las artes marciales como el aikido o por los dibujos de animé”. A partir de esos canales se han interesado por la cultura y el idioma de Japón, y ese interés los llevó a sentir “de cerca” la tragedia en la isla. Para la docente, “la cultura japonesa tiene muy arraigado pensar en el otro”, y eso movilizó a estos jóvenes a organizarse para este acto.

La plaza estaba llena de historias de viajes entre Japón y la Argentina. Desde exilios causados por la guerra hasta una escapatoria a la crisis argentina de 2001. Más allá de la variedad de los relatos, todos tuvieron como hilo conductor la unión de estos dos países. Por ejemplo, la familia de Shiorio Nakasone (20) llegó a la Argentina en su intento por escapar de la Segunda Guerra Mundial. Unos cuantos años después algunos familiares, como el tío de Shiorio, todavía viven en la isla. “Al principio no lo ubicábamos, pero ya sabemos que está bien”, contó. En el caso de Miguel Niizawa, secretario de la Federación de Asociaciones Japonesas de Argentina, son su hijo y su nuera las personas que tiene a la distancia. “Se fue a Japón en la época de la crisis del 2001, para trabajar y juntar dinero para terminar su casa acá en Argentina.” El hombre sabe que su hijo se encuentra en una zona alejada del desastre nuclear, sin embargo quiere, sin suerte, que éste regrese.

Alrededor de las 19.30, Delia Mitsui, directora del Centro Cultural Nichiaguakin, dio inicio formal al acto. La mujer se encargó de coordinar al grupo de personas que alzaron los tres carteles que tenían el mensaje, escrito en nikkei y castellano, para el pueblo japonés: “Fuerza Japón. Nuestros corazones están junto a vos. Desde Sudamérica, Argentina”. Desde un edificio ubicado en Carlos Pellegrini y Diagonal Norte se tomaban fotos y grababan videos para subir a Internet y enviar a la televisión japonesa.

En diálogo con Página/12, Mitsui indicó que el objetivo de la reunión fue “mandarles fuerza y aliento a los japoneses, y a los argentinos que también viven allá”. “Como no se pueden enviar cosas materiales enseguida hicimos esto”, porque “la parte humana y sentimental es muy importante”, dijo emocionada.

Durante el encuentro se realizó un minuto de silencio, que fue pedido por el venerable Senpo Oshiro, monje budista zen. El referente espiritual dijo al público: “Hay que pensar en el sufrimiento del pueblo japonés y enviarle nuestro apoyo”. Tras ese instante en que los rostros mostraron tensión, se dio paso a alzar la voz con un grito colectivo: “Fuerza Japón”. La frase se dijo dos veces en japonés y una en castellano por pedido de Mitsui. De todas formas las lenguas se entremezclaron, pero no importó porque el objetivo era otro.

Informe: Leonardo Rossi.

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