SOCIEDAD
› ESCUPITAJOS AL EMPRESARIO ACUSADO DE ABUSO
Furia salteña contra Hoyos
Hoyos se negó a declarar ante el juez. En su casa encontraron prendas de la nena de ocho años que estaba con él en un hotel. El fiscal sospecha que la madre pudo actuar como entregadora.
En medio de silbidos y escupitajos, el abogado Simón Hoyos, quien fuera un miembro reconocido de la sociedad salteña, amante de las artes y amigo del poder, ingresó ayer a los tribunales con la cabeza cubierta, tras haber sido encontrado el viernes último con una nena de ocho años en un hotel alojamiento. Si bien se negó a declarar, cada vez son más los elementos que se acumulan en su contra. Además del testimonio de los testigos del hecho, el juez encontró, luego de sendos allanamientos realizados en la finca y en el estudio del abogado, ropas y un broche de pelo de la nena. La fiscalía, por su parte, pidió que la menor quede bajo la tutela de la Justicia, ya que tiene algunas sospechas sobre una posible vinculación de la madre con lo sucedido.
En la madrugada de ayer, el juez Luis María Agüero Molina decidió allanar el estudio y la finca que el abogado y empresario Simón Hoyos, de 54 años, posee en la localidad de Cerrillos, ubicada a 13 kilómetros de la capital provincial, buscando conocer más a fondo los movimientos y costumbres del acusado. “Se concentró sobre todo en determinar si Hoyos tenía material pornográfico vinculado a menores”, comentó uno de los oficiales que acompañó al juez en las diligencias. Sin embargo, el resultado de las pesquisas fue aún más estremecedor, ya que se encontraron un broche de pelo y algunas prendas que pertenecen a la niña.
Luego de los allanamientos, el juez escuchó atentamente cómo la empleada y los responsables del hotel “Las Palmeras” recreaban ante él la escena que se vivió en ese establecimiento el último viernes. Según estos relatos, Hoyos, quien está casado y tiene dos hijas adolescentes, habría ingresado cerca del mediodía al hotel junto con la pequeña, aunque los testigos afirman no haber notado la presencia de la menor. “Esto no es de extrañar, ya que es bastante común que entre un hombre solo en el auto al hotel, porque en verdad la mujer está oculta para que no la vean”, reconoció una fuente vinculada con el caso.
Ya instalado en la habitación 23, el abogado llamó al servicio de cuarto y pidió una cerveza y dos gaseosas, además de solicitar que le activaran el jacuzzi para poder tomar un baño. Minutos después, una de las mucamas comenzó a escuchar los gritos y lamentos de la pequeña, por lo que se comunicó de inmediato con recepción, desde donde llamaron a la policía. Mientras esperaban su llegada, los empleados del hotel entraron en el cuarto y se enfrentaron a una visión desgarradora. La nena, semidesnuda y con unas monedas en sus manos, lloraba desconsoladamente sobre la cama, mientras Hoyos la observaba, tapado apenas por unas pocas prendas.
Esta intromisión en su intimidad puso de muy mal humor al empresario, quien rápidamente emprendió la retirada. Sin embargo, no llegó muy lejos y fue atrapado por la policía en la puerta del motel. Lo primero que atinó a decir fue que se había detenido un momento en el hotel para tomar un baño, pero nadie le creyó.
Luego de estos testimonios, llegó el turno de declarar de la madre de la nena, quien trabajaba como empleada doméstica de Hoyos, que reconoció haber sido reacia a radicar la denuncia no sólo por miedo a perder el trabajo sino porque ya en una ocasión anterior otra de sus hijas había sido violada, y la Justicia no había hecho nada por atrapar al responsable del hecho. Sin embargo, este argumento no convenció a la fiscalía, la cual pidió que la pequeña quede bajo la tutela del juez de menores, ya que, según trascendió, los fiscales tendrían sospechas de la participación de la madre, como entregadora, en el hecho.
Finalmente, por la tarde, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, llegó a los tribunales el acusado. Silbado y escupido por la muchedumbre, logró escabullirse hacia el interior del edificio donde lo esperaba el juez. Hoyos, conocido por sus fuertes contactos con el PJ local, prefirió no declarar y volvió a prisión. La nena, aún sin poder superar el trauma, continúa en el hospital.
Producción: Damián Paikin.