“Retrógradas, discriminatorias y oportunistas.” Así calificó la senadora nacional Diana Conti a las críticas formuladas contra el convenio que el Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes de la ciudad de Buenos Aires firmó con la Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina (Sigla). El acuerdo apunta a que Sigla “capacite a los profesionales del Consejo en la atención de casos de jóvenes que asumen otra identidad sexual”, explicó María Elena Naddeo, titular del Consejo. Pero antes de ponerse en marcha, comenzó a ser bombardeado por sectores conservadores: Gustavo Beliz, de Nueva Dirigencia, el radical Jorge Enríquez y Ricardo Busacca, del Partido Popular Cristiano.
Para la senadora Conti, Sigla es “una organización civil ejemplar en cuanto a la difusión de derechos fundamentales y lucha contra la discriminación, por lo que su asesoramiento es de inocultable valor por la experiencia e inobjetable por su racionalidad”.
En cambio, el diputado porteño Enríquez puso el grito en el cielo al sostener que “no puede ser que se pretenda educar a un chico para que sea homosexual”. Y Busacca presentó un recurso de amparo para impedir que se cumpla el convenio, al que consideró “violatorio de la moral y las buenas costumbres”. Busacca es vicepresidente tercero de la Legislatura.
La titular del Consejo aclaró que Sigla “no dará charlas en colegios sino que capacitará a los profesionales del Consejo, especialmente en los casos que tenemos de chicos travestis que ejercen la prostitución, que son detenidos por la policía. Queremos generar condiciones para su reinserción en la sociedad”, afirmó.