Una semana después de mudarse, el hombre decidió perforar el piso de su nueva casa en el barrio porteño de Núñez para instalar una computadora, pero se encontró con que debajo del parquet no había un contrapiso, como él esperaba y como en casi todas las casas suele haber. El piso era falso y el verdadero estaba unos diez o quince centímetros más abajo. En el medio, cerca de diez granadas y más de una docena de cartuchos de fusiles FAL y FAP permanecían perfectamente acomodados junto a un mecanismo de bomba oxidado por la humedad y el paso de los años. Entre la sorpresa y el miedo, el hombre llamó a su abogado y luego a la policía, que levantó lo que quedaba del falso piso y secuestró el arsenal que, a simple vista y según los peritos, podía haber estado allí durante casi dos décadas.
El edificio de Montañeses 2937 fue terminado y habitado entre 1983 y 1984 y son pocos los que recuerdan quiénes pasaron por el departamento C del tercer piso. Allí fue donde anteanoche fue hallado el arsenal que, según estimaron los investigadores y peritos de la Policía Federal, pertenecería –según sus palabras– “a la época de la subversión”. Los vecinos, en tanto, descreen de esa versión y hablan de un militar que habría vivido allí alguna vez. “Encontramos granadas argentinas de Fabricaciones Militares y otras de España y Estados Unidos, los cartuchos de FAL y FAP y un mecanismo de explosivo con pilas oxidadas. Todo indica que son de hace muchos años y que llevan mucho tiempo escondidos ahí”, explicó una fuente cercana a la investigación.
Muchos inquilinos y propietarios pasaron por los departamentos vecinos y por las casas cercanas y son muy pocos los que recuerdan quién vivió allí, ya que el departamento estuvo mucho tiempo desocupado. “Los que se acuerdan dicen que ahí vivía un tipo al que le decían ‘El cordobés’, pero unos dicen que era un mafioso y otros que era un militar. Yo tenía el negocio acá pero no lo conocía. Lo que me parece es que todos hablan de la misma persona”, contó a Página/12 Elena, la dueña del quiosco de Montañeses y Quesada, a apenas 20 metros del edificio.
El 3º C llevaba más de diez años desocupado cuando cerca de 2000 se resolvió su venta judicial. El nuevo propietario nunca lo ocupó y en 2002 fue nuevamente vendido. El nuevo inquilino llegó una semana atrás.
“Ese piso estaba muy bien hecho, perfecto, porque pasaron años sin que nadie se diera cuenta o sospechara que estaba más elevado que el piso verdadero”, señaló el comisario Carlos Sidras, a cargo del operativo realizado anteanoche. Y remarcó que incluso la vivienda había sido restaurada luego de su venta judicial y que no se había detectado el falso piso.
La versión sobre la que ahora trabaja la policía es la de la portera del edificio, Nina, que trabaja allí desde que fue inaugurado y que recuerda al hombre que habitaba el 3º C como una persona hosca, introvertida y que casi no se relacionaba con el resto. La mujer declaró que hace unos doce o quince años ya había habido un allanamiento allí en el que se secuestraron uniformes militares y la policía cree que el supuesto “Cordobés”, mafioso o militar –según las diferentes versiones–, escapó luego de eso. “Son hechos muy difíciles de comprobar porque las causas casi no se guardan después de cinco años y no hay registro”, señaló una fuente policial que admitió que la incógnita sobre el dueño del arsenal puede no ser descubierta y que el hombre puede estar muerto porque, según los testigos, se trataría de “un señor al que hace diez años ya se lo veía como una persona mayor”.