Una chica de 17 años sufrió abuso sexual en una plaza de Villa Pueyrredón cuando, a las siete y media de la mañana, estaba por tomar el colectivo para ir al colegio. El atacante la amenazó con un cuchillo, la obligó a simular que eran una pareja y así la condujo hasta un rincón oscuro, donde abusó de ella aunque sin llegar a la violación. La joven fue trasladada al hospital Pirovano, donde la atendieron médicos y psicólogos. Sería la tercera violación que se produce en la zona en el último mes.

La chica había salido de su casa, en Condarco al 5400, cerca de las 7.30 de la mañana de ayer para ir al colegio. Caminó unos 150 metros hacia la parada del colectivo. En la esquina de Condarco y Obispo San Alberto se abre una plaza, adyacente a la estación de trenes Villa Pueyrredón. Cuando cruzaba ese espacio verde se le acercó un hombre de unos treinta años, que vestía bermudas y una camiseta similar a la de la selección argentina de fútbol.

El desconocido la amenazó con un cuchillo y le ordenó que no gritara. La obligó a fingir que eran una pareja; así, sin despertar sospechas, el extraño la condujo hasta una zona apartada de la plaza, junto a un árbol. Allí –según precisaron después especialistas del hospital Pirovano– sufrió “manoseos en sus partes íntimas por parte del hombre y, por ende, un fuerte shock emocional”.

La agresión duró unos cinco minutos. El desconocido no llegó a violarla y se limitó a tocamientos, mientras aparentemente se masturbaba. Después, la soltó y escapó. La chica volvió a su casa corriendo y, llorando, les contó a sus padres lo que había sucedido. La madre llamó al 911. Un patrullero de la seccional 47ª recibió la denuncia y profesionales del SAME brindaron la asistencia inicial y derivaron a la joven al hospital Pirovano.

En el hospital se confirmó que no había sido violada y se efectuó el protocolo de asistencia habitual para estos casos, que incluye el aporte de psicólogos. También se procuró determinar si habían quedado en las ropas de la joven rastros de semen de su agresor, a fin de elaborar un ADN que eventualmente pudiera servir como elemento probatorio. En la tarde de ayer, los investigadores procuraban también establecer si alguna cámara de seguridad cercana había registrado imágenes del agresor. Interviene la fiscalía de instrucción Nº 47, a cargo de Liliana Guzzi. La carátula de la causa es “Delito contra la integridad sexual”.

Según fuentes policiales de la zona, se trata del tercer episodio de abuso sexual en el último mes en la misma zona, aunque no se trataría del mismo agresor. “Se investigan los tres casos, pero por la metodología no sería un único abusador –explicó una fuente policial–: en los dos casos anteriores, el agresor decía que tenía un arma de fuego en la cintura, aunque nunca la mostró. En este caso, utilizó un arma blanca y se la puso en el cuello a su víctima.” Además, en principio, las descripciones físicas aportadas por las víctimas tampoco coinciden.

Isabel Yaconis, integrante de la agrupación Madres del Dolor (su hija Lucila fue violada y asesinada junto a las vías del tren en el barrio de Núñez), pidió mayor seguridad en las cercanías de las estaciones: “No es en el andén donde ocurren estas cosas, porque hay mucha gente. El problema es en los alrededores, que muchas veces están muy oscuros o tienen calles que se cortan junto a las vías y allí se generan sitios de peligro”, afirmó. Agregó que, después del crimen de su hija y gracias a la acción de Madres del Dolor, se consiguió que todas las estaciones del Ferrocarril Mitre, ramal Retiro-Tigre, cuenten con cámaras de seguridad.