Sáb 22.02.2003

SOCIEDAD

La Corte provincial decidió que Gimena se quede con sus hermanos

Tras el pedido de Abuelas y la difusión del caso en Página/12, el tribunal dio vuelta un fallo propio de hace diez días. Así, la nena que reclama un ex guardia del SPF seguirá con su familia.

› Por Mariana Carbajal

Finalmente, Gimena seguirá viviendo con sus dos hermanos y sus tíos maternos. A raíz de la presión ejercida por las Abuelas de Plaza de Mayo y tras la difusión del caso en este diario, ayer la Suprema Corte de Justicia bonaerense dio marcha atrás y dictó una nueva resolución que anula el fallo de apenas diez días atrás por el cual había ordenado que la niña, de 6 años, fuera arrancada del seno de su familia de sangre y volviera a vivir con un matrimonio integrado por un ex guardiacárcel de la última dictadura militar que la crió desde pequeña, en el marco de la disputa legal por la tutela de Gimena. El plazo para la entrega de la niña vencía ayer.
La actitud de los miembros del máximo tribunal de la provincia resulta inédita y pondría de manifiesto lo poco empapados en el tema que estaban al dictar la sentencia que ordenó la separación de los hermanos. En un hecho poco habitual, la Suprema Corte citó ayer de urgencia al juez de menores Nº 1 de San Martín, Gabriel Peñañori, que entiende en la causa, a un acuerdo extraordinario del tribunal para que realizara un informe pormenorizado del expediente y de la integración de Gimena a su familia biológica, con la que empezó a vivir en abril de 2002. En su exposición, Peñañori recomendó que la niña permaneciera con sus tíos maternos, Susana y Daniel Guerra, hasta que se resuelva con quién se quedará finalmente Gimena. La posición del magistrado fue el fundamento que tomó ahora la Corte bonaerense para desdecirse.
La niña es reclamada por el matrimonio de Carlos Mancuso y Dora Ignacia Giménez, a quien el padre de la nena –un hombre con alteraciones mentales denunciado de abusar sexualmente a los otros dos niños– se la entregó cuando murió su esposa en 1996. Tal como informó ayer Página/12 al dar cuenta de la decisión de la Suprema Corte que separaba nuevamente a los hermanos, según denuncias recibidas en Abuelas, Mancuso es un ex integrante del Servicio Penitenciario Federal que se habría desempeñado en el centro clandestino de detención conocido como “El Vesubio”. Las Abuelas están investigando. además, si tiene como propio un hijo de desaparecidos. Con el argumento de que la convivencia con sus tíos y sus hermanos –los Guerra tienen la tenencia de los otros dos chicos– estaba poniendo en “peligro” la salud psíquica de la nena, la Suprema Corte dictó el 12 de febrero su polémica resolución que ordenó que “provisoriamente” volviera a vivir con los Mancuso. Tal afirmación se basaba en una serie de pericias incluidas en el expediente, pero correspondientes a los primeros meses después de la restitución de la niña con su familia de sangre. Según Carlotto, que apoya la batalla que están dando los tíos maternos por la tutela de Gimena, aquellos informes no reflejaban la realidad actual: una muy buena integración de la niña a la familia.
Al enterarse de aquella sentencia, Carlotto pidió una entrevista con el presidente de la Suprema Corte, Eduardo Pettigiani, quien la recibió el lunes. Carlotto le entregó un informe elaborado por las Abuelas donde están plasmados los antecedentes de Mancuso. Una fuente del máximo tribunal confió anoche a este diario que ese encuentro, junto a las críticas al fallo de Carlotto publicadas ayer por este diario, llevaron a Pettigiani a convocar a un acuerdo extraordinario para rever la orden dictada diez días atrás.
El caso judicial es muy complejo. Gimena quedó huérfana de madre a los pocos días de nacer. Según denunciaron en la Justicia, los otros dos chicos –hoy de 16 y 9 años– comenzaron a sufrir abusos sexuales de su padre, Julio M., quien tenía “personalidad borderline”. Ante esta situación, los tíos paternos comenzaron a reclamar la guarda de los tres hermanos. La causa quedó en manos del juez de menores Nº 2 de San Martín, Bernardo Mogaburu. El magistrado les entregó primero la tenencia del mayor –que en realidad, no era hijo biológico de Julio M.– y tras otra ardua pelea judicial, consiguieron en 1999 la tutela del segundo. Paradójicamente, Gimena siguió con su padre. Pero el hombre la entregó a unos vecinos, los Mancuso. Mientras los tíos maternos seguían reclamando a la nena para reunirla con sus hermanos, Mogaburu decidió darle la guarda al ex guardiacárcel y convalidó la separación familiar. Esto fue el 28 de diciembre de 1998, cuando Gimena tenía 2 años. Recién en abril de 2002, los Guerra obtuvieron la tutela de la nena y la chiquita empezó a vivir con sus hermanos. Pero los Mancuso apelaron y recibieron en agosto un fallo favorable de cámara que revocó esa medida. Los Guerra presentaron entonces un recurso extraordinario en la Corte provincial, que todavía no fue resuelto. El caso sigue abierto.

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