SOCIEDAD
› UNA NENA DE 12 AÑOS MUERTA A LOS GOLPES EN MONTE
Cuando la casa es el infierno
En San Miguel del Monte, una nena de 12 años murió el jueves a la noche, aunque la noticia se conoció recién ayer, a causa de los golpes que, según la policía, le propinó el concubino de su hermana, con los que la pequeña estaba conviviendo al momento de su muerte. Indignados, los vecinos trataron de linchar al presunto asesino, quien corrió a refugiarse en la comisaría, mientras veía cómo su casa entraba en llamas. La nena había llegado hace no más de 15 días de Entre Ríos, donde su familia la obligaba a ejercer la prostitución.
Eran principios de febrero cuando la pequeña llegó por primera vez a la casa de su hermana, a pocos kilómetros de la localidad de San Miguel del Monte, escapando de su propia familia, quien la obligaba a ejercer la prostitución en su Entre Ríos natal. Se la veía contenta y hasta había comenzado a adaptarse a su nuevo hogar.
Sin embargo, no todos estaban de acuerdo con la mudanza. El concubino de su hermana no soportaba la presencia de la nena en su casa, al punto de que el jueves a la noche –de acuerdo con la acusación que pesa en su contra–, en un ataque de ira la golpeó casi hasta matarla. Cuando finalmente se serenó e intentó llevarla hasta el hospital, ya era tarde. La autopsia confirmó que la pequeña había muerto a causa del estallido de su hígado, la fractura de su maxilar y los diversos hematomas que le habían producido la golpiza. Se dijo que también la había violado, pero finalmente se supo que no fue así, aunque la nena tenía signos de haber sido abusada sexualmente semanas atrás.
Al conocerse la noticia, los vecinos corrieron indignados a linchar al culpable del crimen, quien se les escapó por un pelo y fue a refugiarse en la comisaría, al reparo de la furia popular. “La nena se autoflagelaba y no pudimos pararla antes de que se haga daño”, fue la insólita defensa que esgrimió el hombre ante la pregunta de la policía, pero no logró convencer a los investigadores y quedó detenido junto con su pareja, la hermana de la víctima. Afuera, su casa ardía bajo la atenta mirada de sus ex vecinos, quienes una y otra vez ponderaban la tranquilidad del barrio, que ayer vivió su día de furia.