A partir del martes próximo, el gobierno porteño pondrá en marcha el operativo Buenos Aires Limpia, con el que se propone concentrar todos los recursos y el personal disponibles para limpiar uno a uno todos los puntos de la ciudad: para ello, durante un año, una cuadrilla recorrerá un radio de no más de 18 cuadras por día para lavarle la cara al barrio. Más allá de la limpieza, el programa apunta a un objetivo bastante más ambicioso: la concientización de los vecinos. Para esto, con cada cambio de imagen habrá contacto puerta a puerta para escuchar reclamos, quejas y consejos de los porteños.
El programa está en manos de la Secretaría de Medio Ambiente y Planeamiento Urbano y su ejecución no tiene costos adicionales, según explicó ayer Aníbal Ibarra, ya que se hará con todos los recursos ya disponibles y con el personal que hoy trabaja en las distintas áreas de limpieza y mantenimiento: las empresas de recolección de basura, personal de la Dirección de Higiene Urbana y de la Unidad de Inspección y beneficiarios de los planes Jefes y Jefas de Hogar Desocupados.
En líneas generales, el equipo de trabajo dedicará una jornada a cada zona predeterminada en un radio aproximado de 18 cuadras. El operativo consiste, entre otras actividades, en la recolección puerta a puerta de residuos domiciliarios y comerciales voluminosos y restos de verde, el barrido intensivo manual y mecánico de cordones, el lavado de calzadas y veredas, la reparación y reposición de cestos papeleros, la desobstrucción de sumideros, la plantación de árboles y la limpieza de frentes de edificios públicos.
El operativo llegará a todos los barrios de la ciudad y está previsto que termine a fin de año. “Siempre se dice que la ciudad más limpia no es la que más se limpia sino la que menos se ensucia, y por eso apelamos al compromiso vecinal en esto porque por más esfuerzos que haga el gobierno, por más esfuerzos que haga una empresa, por más que se utilicen medios humanos y mecánicos, si no hay un compromiso del vecino es muy difícil obtener resultados”, dijo ayer Ibarra, en el lanzamiento del operativo. Y explicó que el principal objetivo es la educación y concientización de los porteños “porque los recursos no son infinitos y cada gasto extra lo paga el vecino con sus impuestos”.
En este sentido, el secretario de Medio Ambiente, Eduardo Epszteyn, señaló el altísimo costo de una de las principales tareas del programa, que es la reposición de los cestos papeleros de toda la ciudad: “Entre el 24 y el 31 de diciembre del año pasado, sólo por petardos, se rompieron 1300 cestos y cada uno tiene un costo de entre 40 y 50 pesos”. Así también, recientemente, fueron repuestos cerca de 30 mil sólo en las zonas de macro y microcentro.
Otro de los objetivos que se pretende lograr con esta campaña puerta a puerta es convencer a los vecinos de la importancia del respeto de los horarios establecidos para sacar la basura. La violación a esa norma es una vieja costumbre que el año pasado representó el 85 por ciento de las multas hechas en la ciudad.
Buenos Aires Limpia se complementa con el programa de separación de papeles y cartones y con el reciente plan de limpieza de parques y plazas que comenzó en enero y en el que los domingos trabajan 500 titulares de planes Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, bajo la coordinación de funcionarios de Espacios Verdes.
“Nosotros vamos a ir una vez por día a limpiar una cantidad de cuadras de la ciudad, para que la gente vea cómo luce Buenos Aires cuando está limpia, la valore más y esto contribuya al proceso educativo del vecino en materia de higiene urbana”, dijo Ibarra tras el lanzamiento.