SOCIEDAD › UN MéDICO DIJO QUE LE ADVIRTIó A BáRTOLI QUE LA MUERTE DE MARíA MARTA NO FUE UN ACCIDENTE
El segundo médico que acudió al country el día del crimen comprometió al cuñado, al primer médico en llegar, a la masajista y al propio Carrascosa. Hubo careos y pedidos de procesamiento por falso testimonio para el declarante.
› Por Carlos Rodríguez
El médico Santiago Biasi, el segundo que concurrió a la casa del country El Carmel el día que asesinaron a María Marta García Belsunce, tiró con munición gruesa sobre Carlos Carrascosa y su cuñado, Guillermo Bártoli, al asegurar ayer ante el Tribunal Oral 1 de San Isidro que a los dos les advirtió ese día que se trataba de “una muerte violenta”, no de un “accidente”, y que era necesario llamar “a un forense de la policía bonaerense” para determinar fehacientemente las causas de la muerte. Biasi dijo que la respuesta que le dieron fue la siguiente: “No se preocupe, nosotros nos vamos a arreglar. Eso me hizo pensar que el único preocupado por la situación era yo”. Biasi, que hasta hoy sólo había acusado a Carrascosa y ahora sumó a Bártoli, sostuvo que después de su advertencia “ellos se reunieron con el otro médico (Juan Gauvry Gordon), se separaron de mí unos dos metros y comenzaron a hablar entre ellos, en voz baja”. Con eso dio a entender que de esa forma convencieron a Gauvry Gordon para que firmara el certificado de defunción de María Marta, sin dar intervención a la policía, haciendo pasar el homicidio como si hubiera sido un accidente. Biasi hizo un relato impactante sobre el estado en que encontró a María Marta, tirada en el piso, entre el baño y la habitación. “El cadáver tenía un aspecto espantoso que me hizo acordar a la época de la guerrilla y el terrorismo de Estado. Me sorprendió el aspecto dantesco que tenía el rostro, como el de las personas que sabían que las iban a matar. Yo me pregunté ¿quién fue el monstruo, el salvaje que hizo esto”. Dijo que de inmediato desechó la versión del “accidente al caerse en la bañera” que le comentaron su colega Gauvry Gordon y los miembros de la familia, dado que “a simple vista podía verse que tenía tres agujeros en la cabeza que de ninguna manera podían haber sido causados por haberse golpeado la cabeza contra los grifos de la ducha”. Biasi, ante preguntas del tribunal, afirmó que introdujo su dedo índice de la mano izquierda “dentro de uno de los agujeros” hasta llegar a la primera falange. De ese modo se dio cuenta de que “tenía fracturados los huesos” de la cabeza.
El médico, que llegó al country cerca de las 19.30 del 27 de octubre de 2002, declaró también que cuando se retiraba, acompañado por el chofer de la ambulancia en la que había llegado, Antonio Cachi, se cruzó con dos policías que llegaban en un patrullero. “En una casa del country hubo un hecho violento”, dijo que les comentó. Los agentes le respondieron: “Sí, ya nos avisaron, vamos para allá”. Días después, según los dichos del médico, los volvió a cruzar en una estación de servicio de la zona y cuando les preguntó sobre el crimen de la mujer en el country le contestaron con ironía: “Arreglamos todo, nos pagaron con una pizza”. Luego de su declaración, los defensores de Bártoli, Gauvry Gordon y Beatriz Michelini, tres de los seis imputados por el encubrimiento del crimen, solicitaron al tribunal que imputara al médico Biasi por “falso testimonio”.
El médico también complicó a Beatriz Michelini, porque señaló que –como ella misma reconoció en el juicio– fue la que “limpió el baño y modificó la escena del crimen”. En el caso de Michelini hay un punto central, dado que la masajista sostuvo que fue Biasi el primero que le pidió que limpiara, mientras que el testigo de ayer aseguró que esa solicitud la hizo el otro médico, Gauvry Gordon. Aunque Biasi sólo está como testigo, por ahora, la fiscalía lo tenía en la mira y seguramente ahora revisará con lupa sus declaraciones. Ayer hubo careos, el más duro con el médico Gauvry Gordon, quien en un momento dado le gritó a su colega: “Estás mancillando mi apellido para salvar tu pellejo, cobarde”. Biasi, que no hizo denuncia policial como correspondía, se justificó diciendo que uno de sus jefes en la empresa Emernort le aconsejó que se quedara “quieto y no denunciar a la fiscalía el hecho pensado”, en alusión al crimen.
Biasi había dicho que él confeccionó, en la noche del 27 de octubre de 2002, una historia clínica de María Marta García Belsunce. “El formulario lo llené en un sillón de la casa, donde dejé asentado lo que había comprobado esa noche.” El testigo, ante un pedido del tribunal, leyó el texto, donde se deja sentado que el cuerpo tenía “tres heridas punzantes, de dos centímetros” en la cabeza “con pérdida de masa encefálica y hemorragia”.
Biasi dijo que cuando llegó a la casa de María Marta fue recibido por alguien que, cree, era el vecino del country Sergio Binello –otro de los imputados por el encubrimiento– y que ya estaba allí su colega Gauvry Gordon. “El médico me dijo que había sido una muerte absurda, que la señora se había caído en la bañera, pero el aspecto del cadáver hizo que no creyera en nada de lo que me decía.” Biasi criticó, incluso, las maniobras de reanimación y el electroshock que le habían practicado a María Marta para tratar de reanimarla. “Ella tenía todo el pecho mojado y con el shock eléctrico le dejaron una marca muy fea.” El testigo recalcó que de inmediato se dio cuenta de que lo que había ocurrido “no era un accidente doméstico”.
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