Por una decisión del Banco Ciudad, que asignó una única sucursal para el retiro de 22 mil tarjetas para el cobro del Programa de Becas para estudiantes secundarios de escuelas porteñas, el ejercicio de ese derecho se convirtió en una odisea. Largas colas de hasta seis cuadras, beneficiarios que comienzan su espera para ingresar al banco desde la cuatro de la madrugada, cerca de 700 personas que cada día quedan excluidas de realizar el trámite y la intervención de la policía para calmar los ánimos ante semejante desorganización fueron algunas de las escenas vividas en la sede bancaria ubicada en el Centro de Gestión y Participación 4, ubicado en Avenida Centenera 2906, en Pompeya, durante la última semana. La situación pone en evidencia que “lo que es un derecho para alumnos en situación socioeconómica vulnerable, parece concebirse como una dádiva” por parte de la gestión macrista, dijo a Página/12 Gustavo Lesbegueris, responsable del Area Educación de la Defensoría del Pueblo porteño. Desde el Ministerio de Educación asumieron el “inconveniente”, responsabilizaron a la entidad bancaria, y aseguraron que tomarán medidas para aliviar la situación.

El trámite para la entrega de tarjetas de plástico y pines comenzó el jueves de la semana pasada. A diferencia del año anterior, en el que hubo siete sucursales del Banco Ciudad para realizar este trámite, en 2011 el banco decidió centralizar todo en un solo lugar, que se vio colapsado.

Según reveló a este diario un empleado del Programa de Becas del ministerio, el Banco Ciudad había garantizado la atención de “2500 personas por día” con motivo de la reducción de bocas de tramitación. Sin embargo, durante estos días “se entregaron sólo 800 números” diarios y sólo ayer “llegaron a mil turnos”. Con este ritmo de atención, la fecha de finalización de este trámite, que estaba estipulada para el 22 de este mes, debió extenderse dos semanas más, con la consecuente demora en el cobro de la beca. Por ahora, según el empleado del ministerio, sólo alcanzaron a recibir su tarjeta “cerca de 4000 personas”.

La decisión del banco derivó en “inmensas colas, de más de mil personas”, y hubo casos de beneficiarios que hicieron “fila para ingresar desde las cuatro de la madrugada”, dijo Lesbegueris.

Llegó a haber “seis cuadras de cola”, debido a que se alcanzaron a presentar más de 2000 personas de forma diaria, agregó el empleado del ministerio. “Todos los días van 1500 personas, de las 700 que no pueden hacer el trámite 200 se van para su casa y las demás se quedan haciendo reclamos”, relató.

Ante esa situación, contó Lesbegueris, los trabajadores del banco “se ven totalmente desbordados, y dos o tres veces llamaron a la policía”. “Que no los atiendan es grave, pero encima terminan corridos por la policía”, agregó el empleado consultado por este diario.

La subsecretaria de Educación, Ana Ravaglia, le dijo a Página/12 que “la estrategia de reparto de las tarjetas la fija el Banco Ciudad”, y aseguró que desconoce el motivo por el cual centralizaron la entrega en una única sede. “Reconocemos el inconveniente y se lo hemos planteado al banco”, asumió la funcionaria. Para revertir el panorama, indicó que en su cartera están “dispuestos a buscar una solución”. En ese sentido, sostuvo que la semana próxima planean abrir una sede para la entrega de pines en una escuela media. “Estamos viviendo una situación que no nos gusta, pero es algo coyuntural, que es perfectible”, consideró.

A la dificultad de tramitar la beca, para Lesbegueris, se suma el problema de que éstas “se entregan tarde sistemáticamente, lo que desvirtúa la ley de becas”. “El estudiante necesita adquirir materiales a principio de año y no a mitad del ciclo lectivo, que es cuando el gobierno porteño se las entrega cada año”, remarcó. Y concluyó: “Todo este destrato muestra que para la gestión educativa actual la entrega de becas no tiene el sentido de garantizar un derecho sino que es una dádiva. Lo piensan como si realizaran una concesión”.

Informe: Leonardo Rossi.