Tras dos meses de campaña iniciada, y organizada, gracias a redes sociales como Facebook y Twitter, ayer varias saudíes que viven en Riad se pusieron al volante de sus autos para reclamar un cambio: Arabia Saudita es el único país del mundo en el que las autoridades prohíben a las mujeres manejar. Cuántas de ellas se animaron a participar en la campaña Women2Drive era, anoche, difícil de precisar, pero los mensajes en Internet daban cuenta de varias aventuras de reclamo, en muchos casos emprendidos en compañía de varones, ya fueran hermanos, amigos o maridos.

“Volvemos del supermercado. Mi mujer ha decidido comenzar el día tomando el volante a la ida y a la vuelta”, twitteó en la mañana el editorialista Tawfiq Alsaif. El presidente de la asociación saudí de derechos cívicos y políticos, Mohamad al Qahatani, también twitteó la rebelión en su familia: “Mi esposa, Maha, y yo volvemos de una vuelta en auto de 45 minutos. Ella ha conducido en las calles de Riad”. En el perfil que Women2Drive tiene en Facebook, varias mujeres dejaron mensajes para contar que también habían desafiado la prohibición.

La campaña, iniciada hace dos meses por Internet, propone continuar con esta desobediencia callejera “hasta la publicación de un decreto real que autorice a las mujeres a conducir”, explican las organizadoras en Facebook. Hace un mes, una conductora fue detenida por manejar su auto y alentar a otras mujeres a imitarla.

“Las autoridades deben dejar de tratar a las mujeres como a ciudadanos de segunda categoría y abrir las carreteras del reino a las mujeres conductoras”, señaló Amnistía Internacional en un comunicado de apoyo a la campaña. No hacerlo “es un inmenso obstáculo a su libertad de movimiento”.

Ninguna ley prohíbe a las mujeres manejar: las autoridades se fundan en un edicto religioso (fatua) promulgado en el reino, cuyas leyes se inspiran en una interpretación rigorista del Islam.