Desde Salta

El doble crimen ocurrido en un hermoso paseo turístico salteño, a escasos 12 kilómetros de la capital de la provincia, sigue envuelto en una nebulosa y mantiene en vilo a la población, que en cada expresión cotidiana, pública o privada, se manifiesta con un sentimiento de dolor e impotencia que podría resumirse en una sola frase: “¡Cómo pudo pasar esto en Salta!”. Marcelo Báez, vocero del juez de la causa, Martín Pérez, coincidió en que hay un “sentimiento de desazón en la gente” por el suceso, “sobre todo por tratarse de dos turistas, cuando acá siempre se les da un trato preferencial a todos los turistas y en especial a los que llegan de otros países”. En lo que respecta a la investigación del doble crimen de Houria Moumni (23) y Cassandre Bouvier (29), el vocero judicial admitió que el nuevo detenido, un hombre llamado Daniel Vilte, podría ser cuando mucho “un partícipe necesario”, pero no hay elementos, por ahora, que lo vinculen en forma directa con la violación y la muerte de las mujeres francesas. La nueva detención coincidió con la llegada a esta ciudad de familiares de las dos víctimas, quienes se reunieron en un lugar secreto, lejos de la prensa, con el gobernador Juan Manuel Urtubey (ver aparte).

“En 24 o 48 horas se va a determinar la vinculación que esta persona (por Daniel Vilte) pudo haber tenido con el arma calibre 22 que fue utilizada en el crimen. En su declaración ante el juez, el detenido dejó abierta una ventana que es la que se está aprovechando para tratar de avanzar en una causa muy compleja”, afirmó Báez en diálogo con este diario. Ayer por la mañana, el juez Martín Pérez confirmó a la prensa que había un nuevo detenido, Daniel Vilte, mientras que el puestero que había sido apresado y liberado el lunes, Francisco Ariel Tejada, salió ayer a denunciar ante los medios de prensa que fue objeto de “apremios ilegales” por parte de los policías que lo detuvieron en su domicilio (ver aparte). Sobre Vilte, el juez Pérez dijo que fue indagado y seguirá preso “hasta tanto se realicen algunas tareas investigativas”.

“Estamos tratando de llegar al esclarecimiento del hecho”, dijo Pérez sin abrir mucho el juego a las preguntas y respuestas. Vilte no vive en la zona de la Quebrada de San Lorenzo, donde desaparecieron por diez días y luego fueron encontradas asesinadas las dos turistas francesas. El nuevo detenido suele visitar el lugar porque allí reside una de sus abuelas. El juez afirmó que Vilte sigue preso por su presunta vinculación con los hechos, a partir de la posible compra-venta del arma utilizada para asesinar a las dos mujeres. El arma, hasta ahora, no ha podido ser hallada, pero Vilte podría dar pistas respecto de ese punto. “Estamos tratando de investigar la procedencia del arma o algún dato que nos oriente hacia ella, y esta persona aparentemente habría participado en alguna circunstancia relacionada con el arma, probablemente en la compra o en la venta”, dijo el juez.

Varios testigos fueron los que señalaron a Vilte como una persona cuya actividad era la venta ilegal de armas, aunque el propio vocero del Poder Judicial, Marcelo Báez, reconoció que no tiene antecedentes judiciales que terminen de acreditar esa sospecha. “Lo que se tiene es que él habría proporcionado el arma o, de lo contrario, tendría conocimiento de quién fue el que la entregó a los responsables” del doble crimen.

Houria Moumni y Cassandre Bouvier fueron halladas asesinadas a balazos el viernes pasado en la zona de El Mirador, de la Quebrada de San Lorenzo, una reserva natural privada, en la que se realizan caminatas, expediciones, paseos a caballo y otras actividades deportivas. La empresa concesionaria se llama Puma Expeditions y su dueño es Nicolás Olaciregui, de 35 años.

Dada la situación planteada a partir de la aparición de los cuerpos en un lugar del predio cercano a uno de los senderos principales, Olaciregui se presentó en estos días ante las autoridades del Ministerio de Turismo de Salta, para brindar la información que tenía sobre las dos turistas. Ambas estuvieron el día 15 de julio recorriendo la reserva natural y pagaron la entrada que se cobra en el lugar. De acuerdo con lo que se supo después de la reunión, el empresario recalcó que si bien se cobra una entrada, no se hace un registro de ingresos y egresos con los nombres de los visitantes. Se sabe que las chicas entraron, porque hay varios testigos que las vieron. La Justicia cree que las mataron en el lugar donde aparecieron los cuerpos.

En la zona, según estimaciones policiales, viven unas diez mil personas, aunque buena parte de ellas tienen allí sus casas de fin de semana. De todas maneras, la circulación de personas por el predio es permanente porque es “un lugar turístico muy importante”, señaló Báez. De hecho, el hallazgo de los cuerpos lo hizo “un turista de Buenos Aires que se salió del sendero” para orinar. Vio uno de los cuerpos y salió espantado para dar aviso a la policía. No se descarta que las víctimas se hayan extraviado por haberse internado más allá de los caminos que están señalizados. Es muy frecuente que ocurran esos episodios. Muchos años atrás, incluso, se recuerda el caso de un estudiante que se perdió y murió de frío porque por las noches la temperatura desciende en forma abrupta.

Lo que se piensa es que, tal vez, aparecieron los autores del hecho –se descuenta que fueron al menos dos– y se ofrecieron a oficiar de guías, para luego violar a una de ellas y asesinarlas a las dos a balazos, utilizando un arma calibre 22.

La Justicia espera la aparición de nuevos testigos, porque se afirma que cerca de cien personas recorren el paseo día a día. En el lugar hay restaurantes, puestos de artesanías permanentes, varios sitios donde se alquilan caballos y muchas casas que están desocupadas durante la mayor parte de la semana. Entre la gente común, además de esa sensación de tristeza –y hasta de culpa inmerecida– que se advierte, hay un marcado escepticismo acerca del esclarecimiento del doble crimen.