Un año y cuatro meses después del crimen de Miguel Lecuna, el marido de la conductora televisiva Georgina Barbarossa, comienza este jueves el juicio oral y público contra los cinco acusados por ese hecho, detenidos desde hace un año. Pese a que durante la investigación se manejó la hipótesis de un posible ajuste de cuentas, se determinó finalmente que se trató de un “homicidio en ocasión de robo”. Fue el primer asesinato cometido contra el pasajero de un taxi, con la complicidad de su conductor, lo que dio lugar a que se atribuya el hecho a una supuesta “mafia de los taxis”. En diálogo con Página/12, el abogado de Barbarossa, Marcos Salt, aseguró que en la causa “hay pruebas suficientes para condenar a los culpables”.
Dos meses después del asesinato de Lecuna, el juez de instrucción porteño, Enrique Velázquez, procesó a Ernesto Gabriel Gómez, Oscar Segundo Barros, Walter Jorge y Juan Carlos Schmitt por el delito de “homicidio en ocasión de robo”, al considerarlos como posibles autores directos del intento de robo que terminó en la muerte de Lecuna. Le trabó además un embargo por 350 mil pesos a cada uno de los acusados, que ahora enfrentan una posible condena a una pena de entre 8 y 25 años de cárcel. El quinto detenido es Antonio Arregui, procesado por Velázquez como “partícipe necesario de robo calificado”, por estar sospechado de haberles alquilado el taxi en el que Lecuna recibió las cinco puñaladas, delito que prevé una pena de entre 5 y 15 años de prisión.
El juicio se iniciará el jueves a las 9 y continuará los días 14, 19, 20, 21 y 24 de este mes. Unos 70 testigos prestarán declaración ante los camaristas Silvia Mora, Alejandro Martín Becerra y Hugo Boano, integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal 2.
La instancia oral llega más de un año después de que Miguel “El Vasco” Lecuna fuera asesinado de cinco puñaladas cuando viajaba en un taxi, el 2 de noviembre de 2001. En plena tarde de ese día, cerca de las 17.45, el marido y padre de los hijos mellizos de Georgina Barbarossa tomó un taxi Renault 19 en la zona del Abasto para ir hasta su casa de Palermo Viejo. Minutos después, Lecuna fue arrojado desde el auto en movimiento en la esquina de Sánchez de Bustamante y Gorriti, en el barrio de Palermo. Le habían dado cinco puñaladas y no le habían robado nada, ni los 600 pesos que llevaba en la billetera ni el valioso Rolex que tenía en la muñeca.
Según pudo reconstruir la Justicia, a mitad del trayecto, el taxi en el que iba El Vasco fue interceptado por una Trafic que lo venía siguiendo. Dos hombres bajaron de la camioneta y subieron a la parte trasera del Renault 19, uno por cada puerta. Dentro del auto, todo sucedió muy rápido: hubo un breve forcejeo y Lecuna fue arrojado ya herido al asfalto a sólo 20 metros de allí. Murió al llegar al Hospital Rivadavia gravemente herido por las cuchilladas, una de ellas en el cuello.
La investigación estuvo plagada de testigos falsos, de pistas y presuntos acusados que luego fueron descartados. Hasta el 18 de diciembre, cuando los ahora cinco imputados y supuestos integrantes de una misma banda dedicada a robos de pasajeros de taxis fueron detenidos en diferentes puntos del conurbano.