Jue 20.03.2003

SOCIEDAD

Condena al hombre que propuso matar a los negros desde chicos

La frase fue dicha durante una discusión en un supermercado. Un juez consideró que es delito incitar al odio racial. Y lo condenó a diez meses de prisión y a hacer trabajo comunitario.

Para el acusado, el juicio era una tontería: sólo había protagonizado un episodio en un hipermercado donde dio por terminado un entredicho al grito de “a los negros hay que matarlos de chiquitos”. Para el juez, fue un caso de amenazas agravadas e incitación al odio racial. Y condenó a Facundo Mazzini Uriburu, de 33 años y bisnieto del dictador José Félix Uriburu, a diez meses de prisión en suspenso y dos años de trabajos comunitarios. Cuando escuchó la sentencia, la mujer que fue objeto de la discriminación se quebró. “Gracias mamá por haber aguantado”, le dijeron casi al unísono sus dos hijas, llorando. Habían pasado tres años desde aquel momento. “Hoy me sentí contenida por la Justicia. No importa que Mazzini Uriburu no vaya a la cárcel, porque creo que igualmente este fallo sirve como ejemplo”, dijo a Página/12.
Una de las abogadas de la mujer, Carolina Fernández Blanco, explicó que “si bien la pena dista mucho de ser la que nosotros pedíamos, tres años de prisión, es importante resaltar que en el fallo se dice expresamente que se lo ha condenado por alentar el odio racial, reconociendo que las conductas de este tipo merecen una condena. Esto es muy importante para el futuro”.
Atrás quedó la jornada del martes, cuando el abogado del imputado, José María Soaje Pinto, había dicho frente a la mujer discriminada que el problema del racismo no existía en la Argentina “simplemente porque hace cien años que no hay negros”. Soaje Pinto fue defensor de neonazis y carapintadas.
Previamente, antes de los abrazos y la sentencia, todavía había quedado tiempo para que el imputado pudiera decir sus últimas palabras frente al tribunal. De prolijo traje, como en la jornada anterior, Facundo Mazzini Uriburu –autodefinido como un hombre común al que su doble apellido “no le va ni le viene”– volvió a recurrir al argumento de que “fui a un colegio de judíos” para alejar las acusaciones de discriminación que pesaban sobre él. Y en seguida se concentró en desmerecer lo relatado la tarde anterior por las testigos y la propia denunciante. “Toda la causa es una mentira. Mis palabras no iban dirigidas a ella, pero si pese a esto ella se sintió molesta, le pido perdón”, dijo Mazzini Uriburu, intentando ganarse la compasión del juez.
Sin embargo, pocos minutos después, la sentencia dio por tierra con sus especulaciones y los argumentos de la defensa. El juez Jorge Ballestero consideró probado que el 8 de marzo de 2000, en el supermercado Coto, Mazzini Uriburu alentó al odio racial y amenazó a Elisa de Souza y a su pequeño nieto, Nicolás, por lo que lo condenó a 10 meses de prisión en suspenso y a cinco horas semanales de trabajos comunitarios no remunerados por un período de dos años, a realizarse en un lugar a determinar. “Dado todo lo que se dijo en este juicio no estaría mal que cumpliera estas tareas en el Inadi”, dijo Avila, defensor de Elisa. El Inadi es el Instituto Nacional contra el Racismo, la Discriminación y la Xenofobia, el organismo al que Soaje Pinto había calificado la jornada anterior como “una cueva de izquierdistas resentidos”.
Con distintas palabras pero la misma intención, la propia Elisa habló del fallo y de lo que había vivido en estas dos jornadas que duró el juicio: “Espero que esto sirva para que las personas que tengan los mismos sentimientos que este hombre se den cuenta que van a ser perseguidos por la Justicia. El racismo se tiene que acabar”.
La mujer dijo que aún no sabe si iniciará algún tipo de acción contra el abogado defensor del imputado por sus declaraciones del día anterior: “Recién terminé con esto y no puedo pensar en nada más”, aseguró. De todas formas, un grupo de mujeres que se hallaba en el lugar en representación de agrupaciones como Africa Vive, la Asociación Caboverdiana y la Red de Mujeres Migrantes no descartaron esta posibilidad. “Decir que no hay negros en la Argentina es una barbaridad y un acto de racismo en sí mismo”, argumentó una de las dirigentes. Por su parte, el vicepresidente del Inadi, Esteban Llamosas, aseguró a Página/12 que el organismo inició de oficio una actuación por discriminación contra el abogado. “Las palabras referidas a que en la Argentina no hay negros y que por ello no hay racismo tienen para nosotros un alto contenido discriminatorio, violatorios de los pactos internacionales a los que la Argentina adhirió y de la propia ley antidiscriminatoria de nuestro país”, expresó el funcionario.

Informe: Damián Paikin.

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