Oscar Seggiaro murió el miércoles en una clínica de Santiago del Estero. En la madrugada del domingo había sido ferozmente golpeado con armas, trompadas y patadas por tres hombres encapuchados que habían ingresado en su casa en busca de dinero. Resultaron ser un ex policía y famoso cuatrero de la provincia, detenido el martes en un control de ruta, y dos miembros de la misma fuerza en actividad que se entregaron tras permanecer dos días prófugos. El lunes ya había sido detenido un cuarto policía acusado de haberles facilitado el auto con el que asaltaron al ganadero de 65 años.
A pesar de la indignación y movilización de la comunidad, la noticia trascendió recién con la muerte de Seggiaro. “Es que no es novedad que acá hay policías cuatreros y delincuentes, lo que pasa es que ahora se murió este hombre y por eso se conoce”, aseguró a Página/12 un periodista local. De hecho, uno de los cuatro detenidos es Luis Antonio More, un ex agente de policía de 32 años que había sido exonerado de la fuerza precisamente por utilizar una camioneta policial para el robo de ganado mayor.
Hasta cuando fue detenido, en un control de calle, el famoso cuatrero estaba trabajando: llevaba cerca de 300 kilos de vacunos faenados en su camioneta. En tanto, el agente acusado de prestar el Peugeot 405 gris, Daniel Francisco Mattar, fue detenido en su lugar de trabajo, en el departamento de Informaciones de la Policía. Allí también trabajaban Jorge Pablo Gómez y Héctor Bautista Albarracín, los otros dos acusados por el asesinato de Seggiaro que el lunes no se presentaron en la oficina y decidieron entregarse luego de la detención de More.
Ambos eran sospechosos desde el mismo domingo cuando viajaban junto al ex policía en el Peugeot 405 sin patente y fueron detenidos por un control de ruta. Entonces Albarracín y Gómez “chapearon” y siguieron camino con la excusa de que volvían de un procedimiento en busca de drogas, que enseguida se supo que nunca existió.
En realidad, los tres acusados de “robo calificado seguido de muerte” volvían del campo de Oscar Seggiaro, ubicado en la localidad de Donadeu, a unos 400 kilómetros de la capital. Estaba con su hermano Elio cuando ingresaron los tres hombres encapuchados y armados con pistolas reglamentarias que llegaron en busca del dinero de una supuesta venta de hacienda reciente. Sin embargo, antes de escapar sin llevarse nada, golpearon hasta el cansancio a los hermanos ganaderos. La mayor violencia la descargaron contra Oscar, quien instantáneamente perdió un ojo a causa de un culatazo que le hizo estallar el globo ocular, quedó con el bazo destrozado y murió en la mañana de ayer tras cuatro días de agonía.
“Ante lo sucedido, me duele tener que decir que son hombres de la fuerza policial quienes están involucrados en este hecho”, reconoció el jefe de la fuerza, Miguel Angel Talavera.