SOCIEDAD › LA FEDERAL TENDRA UN CUERPO ESPECIALIZADO EN MEDIACION PARA LOS BARRIOS MAS CONFLICTIVOS
El Ministerio de Seguridad creó la Policía de Prevención Vecinal, que se ocupará de resolver situaciones conflictivas, principalmente en las villas de la Ciudad. Será un cuerpo de 300 agentes que trabajarán con efectores sociales, educativos y de salud.
Un nuevo cuerpo de la Policía Federal, con una fuerte impronta de diálogo y mediación, comenzará a funcionar el año próximo en barrios con situaciones de conflictividad social de la ciudad de Buenos Aires. El anuncio fue hecho ayer por la ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré. Esta nueva división policial articulará con efectores sociales, educativos y sanitarios en la búsqueda de reducir situaciones de violencia. Lo distintivo de los futuros miembros de la Policía de Prevención Vecinal será “su capacidad de comunicarse”, resaltó Gustavo Palmieri, subsecretario de Gestión y Bienestar del Personal Policial.
En esa línea, se busca “terminar con la tradición policial de excesos” en los barrios populares.
Unos 300 agentes del nuevo cuerpo de elite estarán en funcionamiento en febrero de 2012, según estiman desde el ministerio. Los efectivos tendrán una dependencia en cada barrio –aún no determinados– donde se desempeñen. La modalidad de trabajo estará centrada en el recorrido de la calle de a pie, y en grupos de tres, indicó Palmieri. Aunque se dispondrán móviles para situaciones particulares, desde Seguridad destacan que la característica de los efectivos será el trato cara a cara, el diálogo, y sobre todo “la escucha de los vecinos”.
Situaciones como cobrar dinero por jugar al fútbol en una cancha pública, el no ingreso de ambulancias a las barriadas por miedo a robos, la negativa a tender cables eléctricos por temor a ataques a los técnicos deberán ser abordadas por este cuerpo. “Urbanizar esos lugares significa incorporarlos a la trama urbana, y eso se traduce en más presencia del Estado para dar seguridad”, completó Palmieri. La cartera que dirige Garré resumió a través de un comunicado que la nueva unidad “estará orientada a elevar la calidad de vida de los ciudadanos”.
Otros casos a tratar –enumeró el funcionario– serán la “ostentación de armas, el consumo y venta de droga, enfrentamiento por problemas de vivienda y violencia intrafamiliar”, cuestiones que abordadas a tiempo pueden evitar que en casos extremos se llegue a un crimen. La clave para alcanzar un buen tratamiento de estas temáticas será lograr un cuerpo de agentes “tolerantes, que puedan dejar de lado sus prejuicios y que tengan bien en claro sus límites respecto del uso de la fuerza”. “La tradición en esos barrios es de policías que históricamente se han excedido”, hizo hincapié Palmieri. “Si un efectivo toma cada insulto como una resistencia a la autoridad va a estar deteniendo gente todo el día y eso no sirve –explicó–. Lo mismo en casos en los que alguien porte un arma, y el agente, en vez de convencerlo mediante el diálogo de que desista de esa actitud, intente resolverla con disparos. Tenemos que cambiar esa lógica.”
La articulación con otros efectores de políticas públicas, tales como salud y educación, con referentes vecinales, y con actores de la política local será central. Asimismo deberán funcionar como eje del trabajo policial las discusiones en las mesas de seguridad barrial.
Por otra parte, los agentes tendrán que coordinar con actores judiciales. Por ejemplo, qué ocurre cuando hay un caso en que por orden del Poder Judicial una persona debe mantener cierta distancia de un familiar. “Muchas veces en estos barrios nadie garantiza que esto se cumpla. Ahora estos policías estarán a disposición de estas cuestiones que en otros sectores se resuelven con recursos particulares.”
La formación del nuevo cuerpo estará centrada en técnicas de comunicación, tanto institucionales como individuales. La selección del personal, actualmente en pleno proceso, para el nuevo espacio dentro de la Policía Federal está entonces determinada por este aspecto. Al respecto, Palmieri remarcó que “si el policía no tiene capacidad de comunicación, no puedo formarlo en nuevas técnicas de mediación”, por lo que oficiales y suboficiales que aspiren a los nuevos puestos deberán indefectiblemente aplicar en ese ítem. Además de miembros activos de la fuerza, podrán sumarse a la Policía de Prevención Vecinal agentes recién egresados de la academia. Para el personal seleccionado, aseguró el subsecretario, se aspira a otorgarle una “dedicación exclusiva para que sólo se aboquen a eso”.
En términos operativos, los miembros del futuro cuerpo contarán con equipamiento normal, es decir portarán armas, pero –destacó el funcionario– que lo distintivo con otras unidades de la fuerza federal será “la capacidad de comunicarse, de trabajar con sus compañeros y de articular con otros actores” estatales y sociales, que tendrán sus miembros.
Con algunos aspectos tomados de la Policía de Pacificación de Río de Janeiro y la Policía Metropolitana de Londres, la Policía de Prevención Vecinal apunta a tener su propia impronta, en una ciudad con cualidades bien distintas de las metrópolis inglesa y brasileña. “Tendremos nuestro propio ejemplo de este tipo de policía”, subrayó sobre la medida Palmieri. La ciudad elegida para el proyecto responde a que Buenos Aires es la jurisdicción donde la Policía Federal tiene competencia primaria, y en la que actúa concretamente en los barrios. El futuro cuerpo deberá entonces articular con la Policía Metropolitana para efectivizar su accionar.
Por ahora, no hay intención de ampliar la experiencia a otros lugares del país. Palmieri recordó que una fuerza provincial en Chubut marcó un antecedente en este tipo de cuerpos, pero que “nunca en Argentina se articuló, tal como está planeado, la cuestión policial con la social”.
Informe: Leonardo Rossi.
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