SOCIEDAD › RESULTADOS DE UNA ENCUESTA SOBRE SEñALES DE ALERTA
La mayoría de las personas consideran al accidente cerebrovascular (ACV) como una enfermedad grave, pero menos del 35 por ciento de la población puede mencionar espontáneamente una señal de alerta de esa patología. Así lo revela la primera encuesta sobre “Conocimiento de causas y señales de alerta del ACV entre la población porteña” realizada por la Asociación Argentina de Ataque Cerebral (AAAC), que será presentada hoy en el Ministerio de Salud de la Nación.
El ACV es la pérdida de funciones cerebrales como consecuencia de la interrupción del flujo sanguíneo en el cerebro, que origina una serie de síntomas variables en función del área afectada. El reconocimiento de las señales de alerta es fundamental para que el paciente adopte una conducta y se reduzca el daño cerebral, que es mayor a medida que pasa el tiempo.
El sondeo, que incluyó la opinión de 603 personas de distintas edades y niveles socioeconómicos, precisó que el 34,1 por ciento de la población no pudo decir espontáneamente una señal de alerta del ACV, a pesar de que el 95,8 por ciento lo considera grave.
Pedro Lylyk, presidente de la AAAC, agregó que esos números son mayores en la población mayor de 56 años, “donde si bien la mitad de ellos (49,7 por ciento) consideró a la hipertensión una causa de ACV, el 39,9 no pudo mencionar las señales de alerta”. Manifestó que “es necesario que la población adquiera ciertos conocimientos, como las señales de alerta, para actuar rápidamente ante un ataque cerebral y poder disminuir el daño”.
Para recordar las señales de alerta del ACV, los especialistas de la AAAC recomiendan memorizar la regla nemotécnica “de las 5 C”. La señal del “cuerpo”, que se manifiesta en el sentir la mitad del cuerpo débil, dormido o paralizado, sobre todo la cara, el brazo y las piernas. La “confusión” súbita, con la aparición de problemas para hablar o entender. La “ceguera”, con la pérdida repentina de la visión en un ojo o ver doble. Y la señal de la “caminata”, una alteración repentina para caminar o falta de equilibrio. La quinta señal es la de la “cabeza”, que se expresa con un dolor de cabeza severo, repentino e inesperado y en forma persistente.
Lylyk señaló que “ante la aparición de una o varias señales de alerta, se debe acudir de inmediato a la guardia o llamar al servicio de emergencias”. “El tiempo es fundamental para disminuir los grados de discapacidad que pueden resultar de un ataque cerebral y cuanto más rápido se llega, mejor responde el tratamiento”, explicó.
Por otro lado, un 26,5 por ciento mencionó a la cefalea como una señal de alerta; un 15,7 por ciento, las dificultades en el habla; el 14,4, parálisis, y el 12,1, mareos y/o vértigo. Además, el 9,9 por ciento de los encuestados catalogó los desmayos como señal de ACV, un 9,5 lo relacionó con los problemas motrices y el 7,6 por ciento con el adormecimiento de miembros.
Comer más verduras y frutas, evitar la sal y las grasas saturadas, hacer actividad física, controlar la presión arterial y la glucemia y no fumar son los principales factores que ayudan a evitar el ACV.
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