Jue 27.10.2011

SOCIEDAD  › TERMINó LA ETAPA DEL CALIBRAMIENTO DEL SATéLITE ARGENTINO LANZADO EN JUNIO

El Aquarius está listo para trabajar

En una conferencia conjunta entre científicos de la Conae y la NASA, los responsables del proyecto SAC-D explicaron que concluyó la verificación de los instrumentos del satélite. Y que ya está preparado para comenzar a funcionar de forma rutinaria.

La diapositiva de un mapa teñido de azul, verde y rojo acapara las miradas del centenar de investigadores. Es una de las primeras imágenes satelitales que describe el nivel de salinidad oceánica del planeta y pertenece a una toma del satélite argentino SAC-D Aquarius, lanzado el 10 de junio último desde una base militar de California, Estados Unidos. Ayer, autoridades de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y de la National Aeronautics and Space Administration (NASA) festejaron que el observatorio espacial concluyó, antes de lo previsto, su etapa de calibramiento y verificación de instrumentos para comenzar a funcionar de forma rutinaria. Entre otras funciones, la información del satélite servirá para evitar inundaciones, optimizar la pesca y controlar incendios.

“El objetivo del satélite es servir al mundo y especialmente a América latina”, resumió el director ejecutivo y técnico de la Conae, Conrado Varotto, en la apertura de la conferencia. Para ello, describió, el equipo trabaja en la recopilación de datos sobre el movimiento de los océanos y la circulación hídrica, que son un indicador primordial para entender el cambio climático global. El satélite, cuarto observatorio espacial desarrollado por ese instituto, fue creado en cooperación con la NASA y con contribuciones de las agencias espaciales de Italia, Francia, Canadá y Brasil.

La investigadora principal de la Misión SAC-D Aquarius, Sandra Torrusio, explicó que el satélite se compone de ocho instrumentos de alta complejidad, con la capacidad de ser combinados entre sí para el estudio de la superficie terrestre, la atmósfera y el espacio exterior cercano. A nivel local hay quince proyectos en funcionamiento. Entre ellos, la bióloga destacó los que se desarrollan con el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) y el Instituto de Biología Marina y Pesquera Almirante Storni (Ibmpas).

En ese sentido, explicó que “el conocimiento de la salinidad del mar mediante el dispositivo Aquarius y el de la temperatura sirve para caracterizar el hábitat de peces y otros mamíferos, ya sean de valor económico o no”. De ese modo podrán determinar las áreas “potencialmente más ricas” de la pesca. Además, la Cámara de Alta Sensibilidad (HSC) desarrollada por la Conae permite “monitorear tormentas eléctricas y detectar embarcaciones, lo que significa que sabremos si algún barco ingresa en una zona no permitida”, advirtió Torrusio, en diálogo con Página/12.

Por otra parte, “la cámara térmica permitirá evaluar si se producen alteraciones severas en los niveles térmicos del mar para determinar si hay que proteger alguna zona en particular y también hacer un seguimiento sobre incendios o erupciones volcánicas, como la del Puyehue”, contó la investigadora. Otra de las funciones que alcanzará el SAC-D Aquarius es generar un mapeo de datos sobre la humedad del suelo, a escala de grandes extensiones, con lo que se contribuirá al “alerta sobre zonas que tienen más factibilidad de inundarse”.

El satélite “está entrando esta semana a la fase nominal”, explicó a este diario el jefe de proyecto de la Misión SAC-D Aquarius, Daniel Caruso. Eso quiere decir que concluyó “la etapa de verificación del correcto funcionamiento” de los ocho instrumentos de investigación que conforman la carga útil del satélite, cinco de ellos de origen argentino. Según relató, “desde el 20 de julio se trabaja en corroborar la calidad de cada instrumento una vez en órbita para que concordara con datos verificables en Tierra y que los datos arriben de forma correcta a los puntos receptores”. Toda la información que se produce desde el satélite pasa por la Estación Terrestre del Centro Espacial de la Conae en Falda del Carmen, en Córdoba, donde además se monitorean y controlan los ocho equipos. El principal de los equipos es el Aquarius, aportado por la NASA y que da nombre al satélite.

Ese dispositivo permite hacer modelos climáticos globales del contenido de sal de mares y océanos, lo que hasta el lanzamiento del SAC-D se hacía sólo mediante mediciones puntuales y parciales como boyas. Yi Chao, científico del proyecto por la NASA, describió que en el área cercana a las costas de Brasil, “en el Océano Atlántico, se ve que el agua contiene un grado alto de salinidad”, mientras que “en el área argentina presentan aguas más dulces, principalmente en la desembocadura del Río de la Plata”. Entonces, “¿hizo el Aquarius grandes descubrimientos?”, ironizó en el encuentro el administrador de NASA, Charles Boden: “La respuesta es que todavía no, pero lo importante es que, a sólo cuatro meses de su puesta en órbita, los datos ya están disponibles para los científicos y la comunidad”.

Informe: Rocío Magnani.

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