Con la meta de que, en nueve años, el consumo diario de sal en Argentina sea de cinco gramos diarios por persona, y no de 12, ayer se firmó un acuerdo entre el Gobierno y la industria para que se elaboren alimentos con menos sodio. En adelante, y progresivamente, los productos cárnicos y sus derivados, los farináceos, los lácteos, las sopas, los aderezos y las conservadas que se produzcan en Argentina tendrán entre 5 y 18 por ciento menos de sodio. Las proyecciones indican que, alcanzada la reducción que recomienda la Organización Mundial de la Salud, cada año se evitarán 6000 muertes y 60 mil enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares (ACV).

El acuerdo fue firmado ayer entre el ministro de Salud, Juan Manzur, y su par de Agricultura, Julián Domínguez, por parte del Gobierno, y unas treinta empresas. La decisión de acordar el descenso en la cantidad de sal presente en los productos alimenticios elaborados industrialmente, señaló el ministro Manzur, “es la medida de mayor impacto sanitario producida en las últimas décadas en Argentina”, que se convierte en “el primer país de América que la aplica y uno de los pocos en el mundo”.

Los especialistas señalan que la ingesta de sodio es uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente en la población hipertensa. Por ello, el ministro advirtió que “es una enfermedad que no se combate con una vacuna, sino con la adopción de hábitos de vida saludables”. La incidencia del acuerdo puede ir más allá de las fronteras, evaluó el ministro de Agricultura, Domínguez. El país, dijo, “tiene un desafío hacia adelante, como sumar calidad de vida a los alimentos y posicionarse en el mundo con una nueva conciencia agroalimentaria”. Actualmente, con la producción alimentaria argentina “se alimentan 450 millones de habitantes en el planeta”.

“Es obvio que el cambio de gusto de un producto puede significar su desaparición del mercado, por eso se trabajará gradualmente en los hábitos de consumo, modificando poco a poco los productos para no generar rechazo”, advirtió el presidente de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja, en representación de las treinta empresas que firmaron el compromiso.

“La gente se va a ver beneficiada sin darse cuenta”, estimó el presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, Daniel Piskorz. Así, “se va a reducir significativamente en diez o veinte años la incidencia de eventos cardiovasculares, tales como la muerte por infartos de miocardio, ataques cerebrales y otras”.

La Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, que el Ministerio de Salud realizó en 2009, señaló que la población tiene hábitos poco saludables: se consumen pocas frutas y verduras –sólo el 4,8 por ciento ingiere cinco porciones diarias–, el 25,4 por ciento de la población agrega siempre sal a las comidas y la tasa de inactividad física pasó del 46,2 por ciento en 2005 al 54,9 por ciento en 2009.