SOCIEDAD › LO DIJO EL ABOGADO DE LA FAMILIA DE UNA VíCTIMA, QUE ESTUVO DURANTE LA DECLARACIóN
El remisero, hasta ahora principal testigo del cuádruple crimen de La Plata, declaró ayer por segunda vez. El abogado del imputado pide que se investiguen otras hipótesis. La semana próxima habrá una rueda de reconocimiento.
En un imprevisto cambio de planes, ayer el fiscal Alvaro Garganta llamó a declarar al principal testigo del cuádruple asesinato en La Plata, el remisero Marcelo Tagliaferro, y pospuso para el próximo miércoles la rueda de reconocimiento prevista para hoy. Según Fernando Burlando, abogado de la familia de Marisol Pereyra, una de las víctimas, el remisero “está en condiciones de reconocer” al único sospechoso hasta ahora, Osvaldo Martínez. Por su parte, el defensor del acusado, Julio Beley, pidió que se trabajen otras hipótesis, como una pelea familiar por una sucesión o un ex novio de Bárbara Santos (pareja de Martínez), entre otros. Mientras se aguardan los resultados de los peritajes científicos, fuentes de la investigación esbozaron ayer el orden en que habrían sido cometidos los crímenes, en el transcurso de 6 o 7 minutos: primero a Santos, luego a su madre, su hija y al final Pereyra.
“Declaré solamente lo que vi y lo que sé, nada más”, repitió ayer el remisero a la salida de la fiscalía platense. Fue hasta allí acompañado por Burlando, quien aclaró: “Es el testigo de la sociedad, no mío”. El lunes y martes pasado, Tagliaferro habló sobre el caso con algunos medios y dijo haber reconocido al sospechoso por las fotos aparecidas en los diarios. Beley, el defensor de Martínez, le planteó al fiscal que una eventual rueda de reconocimiento podría estar viciada de nulidad por este hecho y porque, según él, el testigo decía más cosas a la prensa que a la Justicia.
Garganta, titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones (UFI) 11 de La Plata, decidió entonces llamar a Tagliaferro para que declare y acordó con Beley realizar el reconocimiento el miércoles. Ayer, ante el fiscal, el testigo volvió a describir a quién vio en la medianoche del sábado en la casa de la calle 28, entre 41 y 42, en el barrio La Loma, a donde llevó a Pereyra, amiga de las otras víctimas. En general, hay coincidencia con los rasgos de Martínez, a quien vio por uno de los espejos del auto.
Las versiones sobre una cita que tendría el remisero con Pereyra y que involucrarían también a Bárbara fueron negadas ayer por Burlando. “No había relación más allá de la de remisero-cliente”, dijo. La declaración de Tagliaferro duró tres horas y, según el abogado de la familia Pereyra, fue similar a la anterior. “Es grave tratar de desalentar a los testigos”, señaló el abogado, refiriéndose a la postura de la defensa, que desacreditó los dichos de Tagliaferro y hasta sugirió que podrían denunciarlo por “falso testimonio”.
“Sus dichos (los del remisero) los tomo en principio con una pequeña reserva, él es la última persona que ve con vida a una de las víctimas, está sindicado él solo en el lugar del hecho, por ahora él está diciendo que Martínez estuvo, pero el último que estuvo realmente, sindicado y probado, es él”, sostuvo ayer Baley. Luego indicó que su defendido “no armó una coartada”, sino que simplemente dijo que al momento de los hechos estaba en su casa durmiendo y atribuyó la acusación del fiscal a la cercanía de su cliente con tres de las cuatro víctimas. Además, planteó que el allanamiento en casa de Martínez fue hecho sin orden judicial.
Por otra parte, este abogado indicó que en la declaración de su defendido surgieron otras hipótesis en las que no se está trabajando. Una de ellas apuntaría a un ex novio de Santos, apodado El Jedi, quien se habría causado heridas a sí mismo en la piel durante una discusión de pareja. Además, cuando se le consultó a Martínez si había algún familiar de su novia con problemas mentales, éste respondió que un primo de ella sufría esquizofrenia y en la familia le tenían miedo. Este primo, según él, se había casado y se rumoreaba que su esposa no le daba la medicación. Además –siempre según el relato de su abogado–, Martínez señaló que la madre de Bárbara mantenía una discusión con uno de sus cuñados por una sucesión y que el padre de la hija de su novia había sido enjuiciado para que le pase el dinero por alimentos de Micaela, la niña de 11 años que también fue asesinada. En esa declaración, el único detenido contó que nunca estuvo en contra de que su novia consiguiera otro empleo, uno de los posibles motivos de discusión. Es que, según trascendió, Martínez habría tenido un ataque de celos porque Bárbara asistió a una fiesta con sus nuevos compañeros de trabajo.
Mientras se aguardan para la semana que viene los resultados de ADN, peritajes forenses y análisis sobre otros cuchillos que quedaron en la casa, ayer Burlando detalló la posible secuencia de los asesinatos y algunos datos de las autopsias. El atacante primero habría golpeado y degollado a Santos mientras se duchaba, luego habría golpeado con un palo de amasar y acuchillado a la madre de ésta, Susana De Bártole, en la cocina. La niña fue acuchillada en el cuarto de su abuela. Y según este esbozo, cuando llegó Pereyra al lugar, fue arrojada ferozmente sobre una mesa de cerámica, golpeada en el rostro y después degollada. Burlando dijo a la prensa que “de casualidad” el remisero no fue la quinta víctima. “Evidentemente, cuando Marisol (Pereyra) llegó a la casa ya se habían cometido los homicidios, porque ella tenía rastros de sangre en sus zapatos...”, comentó el abogado. Hoy se haría el peritaje psiquiátrico sobre Martínez, a quien su abogado atribuyó “una tristeza interior que no puede exteriorizar porque todavía no le cayó lo que está pasando”.
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