Tras cuatro años prófugo, fue detenido ayer, en una quinta de Tortuguitas, Fructuoso Alvarez González, el español condenado por matar a cinco personas al quemar en 1994 la casa de la familia Bagnato en Flores. El hombre había sido sentenciado a cadena perpetua en 1995 y en 2004 fue extraditado a España, donde por un error judicial fue liberado cuatro años más tarde. Se supo que había vuelto a la Argentina y desde entonces era buscado. Según el relato de la Dirección General de Seguridad Aeroportuaria Compleja, que tuvo a su cargo la búsqueda del homicida, cuando los policías entraron en el lugar encontraron a Alvarez González escondido en “un techo falso”, preparado para pasar inadvertido en uno de los tres inmuebles construidos en la quinta de Tortuguitas. Después de detenerlo, lo trasladaron a la Unidad 28 del Servicio Penitenciario Federal, donde aguardará hasta el lunes, día en que deberá declarar ante el Juzgado Nacional de Ejecución Penal N° 3. Este departamento judicial estará encargado de investigar de qué manera el hombre continuará los años de condena que le restan.

El crimen por el que fue condenado, conocido como “la masacre de Flores”, ocurrió en la madrugada del 17 de febrero de 1994, en la calle Baldomero Fernández Moreno 1906 de ese barrio porteño. El fuego que inició el condenado en ese domicilio se llevó la vida de José Bagnato (42), su esposa Alicia Plaza (40), sus hijos Fernando (14) y Alejandro (9), y a Nicolás Borda (11), que se había quedado a dormir la noche anterior en la casa. El único sobreviviente del incendio fue el hijo mayor del matrimonio, Matías Bagnato, de 16 años en aquel momento. El joven se había despertado cuando la casa estaba en llamas y logró escapar por una ventana del primer piso. A la hora del juicio y cuando tuvo que declarar, Alvarez González, español y propietario entonces de agencias de autos, aseguró que había provocado el incendio porque Bagnato se había negado a devolverle 200 mil pesos que le debía.

La Justicia lo condenó a cadena perpetua, que desde 2004 comenzó a cumplir en España. A fines de 2008, y por lo que la Justicia argentina consideró un error de cómputo, quedó en libertad y regresó al país con documentación falsa. Hace un año y medio, el sobreviviente Matías Bagnato, según denunció, comenzó a sufrir amenazas telefónicas del propio Alvarez González, por lo que dio aviso a la Justicia, que intervino sus teléfonos y dispuso una custodia policial. La investigación a cargo de Delitos Complejos, comenzó en julio y se realizaron tareas investigativas sobre 47 domicilios en la ciudad y el conurbano, peritajes en doce vehículos, intervenciones en once líneas telefónicas y 300 horas de seguimientos.

El subsecretario de Delitos Complejos, Miguel Robles, precisó que las pesquisas determinaron que Alvarez González estaba oculto en una casa quinta de Tortuguitas, presuntamente perteneciente a un familiar.