El responsable del cuádruple asesinato ocurrido en Las Heras, Mendoza, la noche del jueves, podría ser Ezequiel, un niño de 11 años que está entre los fallecidos. Ayer un amigo suyo de 14, que estaba en la modesta vivienda al momento del hecho e inculpó a un tercero, reconoció que mató a Ezequiel en defensa propia, luego de que éste acuchillara a su madre y los padres de ésta. “Entre esas cinco personas que estaban en la casa está el autor de los crímenes”, confirmó el ministro de Seguridad de Mendoza, Carlos Aranda, dejando entrever otra de las hipótesis: una sociedad entre ambos amigos, disuelta tras los crímenes. El adolescente fue derivado a la Dirección de la Niñez, por disposición de Gustavo Farmache, titular de la Fiscalía Penal de Menores. Según comentó Juan Carlos Caleri, jefe de la policía mendocina, Ezequiel “tenía distintos problemas de orden psiquiátrico y recibía atención y medicamentos”.

El crimen ocurrió a las 21.30 en una casa de San Pedro 1953, del barrio 8 de Mayo, a diez kilómetros de la capital provincial. La versión policial indica que la familia Miguel había vuelto de misa y Ezequiel y su amigo jugaban. La madre adoptiva del niño, Mónica Miguel, una docente de 49 años, fue la que más puñaladas recibió, alrededor de veinte según los primeros peritajes; Alí, el abuelo de 80, recibió diez y su esposa Sara García, de 83, siete. Los dos primeros fallecieron el acto, García más tarde, en el hospital Luis Lagomaggiore, y Ezequiel, cuando era trasladado también con heridas cortantes al hospital Infantil Humberto Notti.

En un primer momento, el adolescente declaró que alguien entró a la casa y dijo “los voy a matar a todos” y él se escondió debajo de la cama para luego huir a la vivienda de un vecino, sorteando un patio trasero. Sin embargo, tras un allanamiento a la casa de este joven, su abuela contó que le lavó la ropa y las zapatillas cuando regresó a su casa porque estaban manchadas con sangre. El joven declaró ayer por la tarde ante la fiscal de Delitos Complejos, Claudia Ríos, y relató que Ezequiel tomó un cuchillo de cocina, asesinó a sus familiares e intentó matarlo a él.

“Tiene una lesión en una de sus manos, un corte no muy profundo que puede ser un corte de defensa”, comentó ayer Caleri al mencionar el estado del adolescente, quien fue alojado, en un principio, en la Unidad Fiscal Nº6 de Las Heras. Por su parte, la fiscal Ríos se limitó a informar que “ha declarado una persona menor que ha estado en el lugar del hecho y afirmó que no existió un sujeto que ingresara por los techos, expresó cómo se produjeron los hechos, por lo que ahora toma intervención la Fiscalía Penal de Menores”. Ayer, trascendió que su madre vive en Córdoba y su padre está de vacaciones, por lo que su abuela está a cargo de él.

Tras tomar testimonios a vecinos y allegados a la familia, los investigadores corroboraron que Ezequiel estaba bajo tratamiento psiquiátrico. Su padrino, Rubén Molina, aseguró que el niño padecía esquizofrenia, estaba bajo tratamiento y tomaba medicación. “Sus abuelos tenían miedo de que Ezequiel matara a Mónica mientras dormía”, contó la esposa de Molina, Mónica Carabajal.

La policía confirmó anoche que ninguna de las víctimas dormía al momento del ataque, que fue cometido con mucha saña. El padrino de Ezequiel aseguró que el niño había golpeado a sus abuelos y amenazado a su madre con asesinarla, en mayo pasado. Esta línea era la principal dentro de la investigación, aunque no la única, ya que también hay sospechas sobre el amigo del niño. Por otra parte, hacía 20 días que Ezequiel no iba a la escuela, al parecer, por haber agredido a dos compañeritos.

“No hubo una sexta persona en la casa, con lo cual el autor material del hecho surge de esas cinco personas, lo que se está tratando de determinar es quién y con qué grado de participación”, dijo el ministro de Seguridad provincial, quien consideró esclarecido el hecho “desde el punto de vista policial”. En este sentido, Aranda agregó que aún falta un trecho investigativo: “No tenemos los peritajes para cotejar las posibles huellas en las armas blancas para ver a quién pertenecen, tampoco tenemos el informe del perito forense para que nos determine quién fue el primer atacado, quién falleció en primera instancia”.

Por la tarde de ayer, el fiscal Farmeche ordenó que el joven, quien siempre estuvo acompañado por su abuela, quede bajo la tutela provisoria del Organo de Protección de Derechos que depende de la Dirección de Niñez. Allí deberán estudiar la psiquis y el entorno de quien, por ahora, es el único sobreviviente del cuádriple homicidio que estremece al humilde barrio de Las Heras, donde ayer los vecinos insistían en lo “tranquila” y “católica” que era la familia en cuestión.

“A mí me suena rarísimo, los conozco hace 31 años. La masacre no encaja con el tipo de familia que eran los Miguel. Son una familia que bendecía la mesa todos los días”, señaló ayer Alejandra Cuvertino, compañera de trabajo de Mónica Miguel. Anoche, en la Fiscalía a cargo continuaban haciendo diligencias y se trabajan tres hipótesis. La primera se afirma sobre la declaración del adolescente e indica que fue Ezequiel el autor de los crímenes. La segunda apunta a una pelea entre ambos chicos por un pendrive, que derivó en la masacre; la última apunta directamente al joven de 14 años, aunque aún no hay pruebas suficientes en esa dirección.