El juez de Garantías de San Isidro, Ricardo Costa, podría firmar hoy antes del mediodía su decisión sobre si acepta o rechaza el pedido de detención de Daniel Sfeir, marido de la maestra Silvia Prigent, asesinada el 29 de diciembre pasado. En su decisión, el juez evaluará si las pruebas presentadas por el fiscal Cosme Iribarren son suficientes para conceder la detención de Sfeir. Las principales pruebas son videos captados por cámaras de seguridad, cruces de llamadas y la posición de los celulares a la hora en que se cometió el crimen.

Cuando Iribarren presentó el pedido de detención de Sfeir, lo hizo en base a una suma de testimonios, evaluación de llamadas telefónicas y señales de celular. Según revelaron a Página/12 fuentes de la investigación, en la causa existen tres sospechosos que los investigadores ya tienen con nombre y apellido. Pero sólo uno de ellos tiene pedido de detención por el fiscal, el marido de la víctima.

Las pruebas que presentó el fiscal y que estaban siendo evaluadas por Costa son: una secuencia de video en la que se ve avanzar en su auto a Sfeir a las 21, horario en que se cometió el crimen y que no coincide con el relato del marido, quien aseguró que a esa hora dormía en su casa con su hijo.

La segunda prueba de importancia presentada por Iribarren es la activación del celular de Sfeir en la zona donde apareció el cuerpo de Prigent, a la hora en que se supone que fue cometido el crimen, que como ya se dijo no coincide con la coartada del marido. En el mismo lugar, y a la misma hora, se activó también el teléfono de Mary, la mujer considerada amante del marido. Según los investigadores, la relación que mantenía el marido con Mary es un hecho público y reconocido por muchos vecinos.

Los investigadores tienen dos hipótesis: la primera es que la tercera persona, un amigo muy cercano a Sfeir o el propio Sfeir, la engañaron haciéndole creer que irían a cobrar la venta de dos caballos a un hombre cuyo campo se encuentra exactamente al lado del campo donde apareció muerta la docente. Por ese motivo, suponen, Prigent estaba vestida con jeans y zapatillas, ropas que no solía vestir. La otra línea supone que la docente fue a encarar directamente a la amante y en esa situación fue baleada.

También están convencidos de que Silvia Prigent o bien entró caminando por sus propios medios hasta el lugar donde la mataron, o bien fue asesinada en otro lugar y su cuerpo, cargado y arrojado allí. Deducen estas dos posibilidades porque en el lugar no se encontraron marcas de que haya ingresado ningún vehículo.