Los investigadores del crimen de Gastón Bustamante (11), cometido en noviembre pasado en Miramar, esperan para la semana próxima los resultados de los análisis de cuatro cabellos que estaban en el cuerpo del niño. Los análisis son aguardados con interés ya que no se encontró ADN del sospechoso Julián Ramón, cuñado del niño que permanece imputado y con prisión domiciliaria.

El informe del estudio de ADN mitocondrial realizado en base a esos cabellos con bulbo es una pieza clave para la investigación, ya que permitirá obtener un perfil genético completo del sospechoso. No se lograron encontrar rastros de ADN en los estudios hechos sobre la media con la que estrangularon a Gastón, en una almohada con la que le taparon la cara al niño y en el mango de un martillo con el que lo habrían golpeado en la cabeza.

De acuerdo con los peritajes, en la media se halló sólo el ADN del niño, en la almohada el de su madre y su hermana, que eran las que habitualmente utilizaban ese elemento, y en el mango del martillo no se encontró ningún tipo de rastro. Para reconstruir el perfil del chico, ya se comenzó a practicar la autopsia psicológica de Gastón en base a entrevistas realizadas con los maestros del niño.

El imputado Ramón, novio de la hermana del niño asesinado, ya se sometió a los peritajes psicológicos, a los que primero se había negado, y hasta febrero continuarán los análisis psiquiátricos sobre su persona. El fiscal Rodolfo Moure imputó al hombre como autor del crimen en base a dos elementos: la indagatoria del acusado y su huella dactilar encontrada en un televisor de 14 pulgadas en la casa donde asesinaron a Gastón en la mañana del 21 de noviembre pasado.