Jue 10.04.2003

SOCIEDAD

Los abogados de Carrascosa buscan estrategias para evitarle la cárcel

El representante de Carrascosa presentó un pedido de eximición de prisión y señaló que el acusado está dispuesto a dar un resultado de su ADN. Pero el juez ordenaría su detención.

Por Horacio Cecchi y Raúl Kollmann

Tras el pedido de detención de Carlos Carrascosa, la defensa del marido de María Marta apuntó a sus reflejos rápidos: por la mañana, el abogado Marcelo Nardi presentó un pedido de eximición de prisión extraordinaria ante el juez de Garantías Diego Barroetaveña, el mismo que hasta última hora de ayer analizaba si aceptar o denegar la detención del viudo. Nardi deslizó además un dato: Carrascosa está dispuesto a proporcionar el resultado de un análisis sobre su ADN (realizado en la Fundación Favaloro) para desvirtuar la posibilidad de que las manchas de sangre recogidas en el chalet contengan su misma cadena cromosomática. Fuentes judiciales adelantaron a este diario que “lo más probable es que el juez ordene la detención”. El fiscal Diego Molina Pico se basa en una serie de indicios y nuevos testimonios que contradicen la coartada de Carrascosa: señalan haberlo visto en el bar del country cuando él sostuvo haber permanecido en la casa de su cuñado. Si bien su presencia en el bar no es un dato acusatorio contundente, es evidente que el dato fue salteado en la puntillosa declaración del viudo. Pero, haya estado o no en el bar, Carrascosa aún no encontró la forma de convencer a nadie con su teoría del accidente, después de haber hallado un escenario de completo desorden y muy lejano a la idea de un resbalón en la bañera.
El giro en el caso fue sorpresivo incluso para la defensa de Carrascosa. Ayer, durante la mañana, como primera medida el abogado Marcelo Nardi presentó en los Tribunales de San Isidro el pedido de eximición de prisión extraordinaria. Nardi apeló al artículo 170 del Código Procesal bonaerense. Una experimentada fuente judicial señaló a Página/12 que el 170 menciona excepciones como la edad del imputado o que “su libertad no afecta a los fines del proceso”. Pero la misma fuente se mostró dudosa en cuanto a lo acertado del planteo: “Hubiera sido más efectivo un pedido de hábeas corpus, porque tiene una medida suspensiva efectiva. El juez debe profundizar sobre los fundamentos del pedido de detención. En cambio, en la eximición de prisión se analiza si la condena constituye una amenaza penal para el imputado”.
“Nunca eludió a la Justicia”, sostuvo Nardi. “Pero una cosa es no eludir a la Justicia por una imputación de encubrimiento, que es excarcelable, y otra la de ser acusado de homicidio agravado por el vínculo, que enfrenta una perpetua”. Según la fuente, difícilmente se acepte la eximición de prisión.
Al mismo tiempo, Nardi agregó que su defendido ya encargó un análisis de su ADN genético (en la Fundación Favaloro) para aportarlo al expediente. La idea es contrastarlo con el ADN que debería surgir de las manchas hemáticas levantadas en la escena del crimen, y de esa forma demostrar su inocencia. Pero la misma fuente judicial consideró que “el ADN no es una prueba de descargo sino de cargo. Si el ADN de la mancha no coincide con el de Carrascosa no indica que él no participó sino que esa rastro de sangre no le pertenece”.
Fuera de las polémicas de índole técnico, el pedido de detención presentado por el fiscal Molina Pico está fundamentado en una cantidad de indicios que confluyen sobre la figura de Carrascosa de modo muy sospechoso. Indicios como el lavado de la sangre, el ocultamiento del “pituto”, el certificado de defunción trucho y la negociación para que no interviniera la Bonaerense no cierran el más mínimo sentido común. Pero lo inexplicable hasta ahora es la teoría del resbalón en la bañera, cuyos derechos de autoría pertenecen al viudo, el primero en lanzarla a la palestra. Las pruebas contundentes de que María Marta se defendió en una encarnizada pelea (evidentes hematomas en sus brazos, piernas y en la frente) indican que al menos el primer piso del chalet presentaba un completo desorden. Ante semejante cuadro, la teoría de que María Marta se resbaló en la bañera y se golpeó con el grifo asesino resulta absurda e increíble para los investigadores. Fuera de esa evidencia que constituye uno de los elementos más sólidos para acusar al viudo, el fiscal agregó coincidencias de testimonios recientes, dos de ellos de identidad oculta por el momento y el tercero de Susan Prillick, de Missing Children. Según trascendidos, uno de esos testigos sería un vigilador. Los testimonios indican que la masajista Beatriz Michelini, al no encontrar a María Marta en su casa se dirigió al bar del country, donde se topó con Carrascosa. Según la versión del viudo, a esa hora él se encontraba en la casa de Guillermo Bártoli viendo un partido de fútbol. Todavía habrá que demostrar que el viudo estuvo en el chalet en el momento del crimen y si tuvo tiempo de hacerlo. Pero, en última instancia, se suma un indicio más a la larga lógica de desaciertos que concentran todas las sospechas sobre su figura.

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