Al menos 13 reclusos murieron y otro quedó herido como consecuencia de una supuesta pelea entre bandas en el penal de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, según informaron fuentes penitenciarias. Uno de los cadáveres apareció decapitado y su cabeza fue lanzada frente a la dirección del penal y varios de los otros presentaban heridas cortopunzantes, afirmó la coordinadora de fiscales de la Zona Norte, Marleny Banegas. Hasta cierto momento la situación aparecía como confusa porque al humo provocado por la quema de colchones y otros elementos, se sumaban tiroteos aislados. Los bomberos se negaban a entrar porque había presos armados y no lo consideraban seguro. La relatividad de lo seguro quedó marcada el 14 de febrero pasado, cuando un incendio consumió a 361 personas presas en el penal de Comayagua, también en Honduras. La supuesta pelea entre bandas fue descripta por las fuentes oficiales como un “motín”, calificación de uso habitual por los penitenciarios para describir cualquier tipo de conflicto, incluyendo reclamos por deficiencias y malos tratos.