Sebastián Pantano, de 26 años, acusado de asesinar de un balazo al estudiante Ezequiel Agrest, durante un robo cometido el 8 de julio del año pasado en una casa del barrio de Caballito, reconoció ayer, durante el juicio oral, que no tuvo la intención de matarlo. Pantano, hijo de un ex sargento de la Federal, pidió “perdón” a la familia de la víctima ante el Tribunal Oral en lo Criminal 28, que pasó a un cuarto intermedio hasta mañana a las 9.30, cuando comenzarán los alegatos.

Pantano afirmó ante los jueces Carlos Rengel Mirat, Carlos Chediek y Luis Márquez que no quiso matar a Ezequiel y que los disparos fueron efectuados “sin querer”. Para el abogado de la familia de la víctima, Daniel Borojovich, “el delincuente le pegó un culatazo a Ezequiel y lo remató de dos tiros, uno de los cuales impactó en el piso, mientras que el otro le ingresó por la axila, traspasó el pulmón, el corazón y quedó alojado en la vejiga del joven”.

Tanto el fiscal Mario Montoya como Borojovich requirieron que Pantano fuera juzgado por “homicidio criminis causa”, que se comete para ocultar otro delito, y prevé una pena de prisión perpetua.

Inicialmente Pantano se había negado a declarar, pero luego pidió la palabra para decir que lo había hecho “sin querer” matarlo. El homicidio fue cometido en el pasaje Bertrés, casi Pedro Goyena, de Caballito, donde vive Lucía, una compañera de estudio de Agrest. Ambos fueron sorprendidos por el acusado, que ingresó a robar cuando bajaban cosas de un auto y las entraban en la vivienda. El asaltante, quien actuó solo, los amenazó con una pistola calibre .45 que nunca fue encontrada y los hizo ingresar en la casa; entonces la joven le entregó dinero en efectivo. No obstante, el delincuente no quedó conforme con el botín obtenido y maniató a Lucía y a su hermano Andrés y cuando se disponía a hacerlo con Agrest, éste se resistió, por lo que primero lo golpeó con la culata del arma y luego le disparó.

Los investigadores atraparon a Pantano porque había dejado una mochila en la que encontraron su currículum personal. La madre de la víctima, Diana Cohen Agrest, aseguró que el acusado había ido la tarde del crimen a vigilar “el pasaje Bertrés porque en la esquina de la casa hay una empresa que él pensaba asaltar. Es usual entre la gente que va a cometer un asalto o algún tipo de delito tener un currículum de manera tal que si la policía lo detiene él puede presentarlo como justificación de por qué estaba en una determinada zona”. La madre dijo que Pantano vio la puerta abierta y vio a Ezequiel entrando en la casa de su compañera, entonces aprovechó el momento y los encañonó con una “pistola de guerra”.