La Organización Mundial de la Salud recomienda no viajar a China ni a Toronto (Canadá) para evitar la trasmisión de la neumonía atípica. Hasta ahora, todos los enfermos proceden de esos lugares o estuvieron en contacto con personas que habían viajado desde esos destinos. La cantidad de casos en el mundo se eleva a 4461, con 251 fallecimientos. En varias fronteras y aeropuertos del Extremo Oriente se instalaron medidores de temperatura corporal para detectar posibles infectados. La neumonía atípica es una enfermedad de alta contagiosidad, aunque el riesgo de mortalidad es bajo y suele limitarse a personas de edad avanzada o con otras enfermedades. En la Argentina, uno de los especialistas de referencia en el tema manifestó su inquietud “por la falta de elementos de bioseguridad y de entrenamiento entre el personal de salud”.
“La OMS recomienda que todas las personas que hayan hecho planes para viajar a Beijing, a la provincia china de Shanxi y a Toronto (Canadá) consideren retrasarlos, excepto los que sean esenciales”, dice el comunicado oficial de la entidad, que ya había desaconsejado viajar a Hong Kong y a la provincia china de Cantón.
En China se han notificado 2305 casos, con 106 fallecimientos. De ellos, 693 se produjeron en Beijing, con 35 muertes. En Hong Kong se anotan 1458 casos; 936 siguen hospitalizados y 110 de éstos están en unidades de atención intensiva. El 23 por ciento de los pacientes pertenecen al personal de salud, que es el sector en mayor riesgo. Canadá es el país no asiático más afectado, con 324 casos, y es el único fuera de Asia donde se registraron fallecimientos, 15 hasta ahora.
En todo el mundo se detectaron hasta ahora 4461 casos, con 251 fallecimientos, en 26 países, siempre en personas que habían viajado o habían estado en contacto con otras procedentes de la región epidémica.
En Singapur, donde hay 186 enfermos y 16 muertos, quienes incumplan el aislamiento domiciliario impuesto a los que hayan estado en contacto con enfermos deberán portar una pulsera electrónica de localización continua.
Tanto en Singapur como en Hong Kong, las autoridades decidieron registrar la temperatura corporal de todos los que entren o salgan del país. También Japón instaló, en el aeropuerto internacional de Tokio, un termógrafo a rayos infrarrojos para detectar a los pasajeros afiebrados.
El síndrome respiratorio agudo grave presenta fiebre superior a los 38 grados, tos seca y/o dificultades respiratorias, tratándose de personas que hayan viajado a las áreas epidémicas o hayan estado en contacto con personas procedentes de ellas en los últimos diez días.
Eduardo Giugno –director de la carrera de especialista en neumonología de la UBA y jefe de clínica médica del Hospital Cetrángolo– destacó que la neumonía atípica “es de alta contagiosidad pero su mortalidad es baja: no supera el 5 por ciento y concierne en especial a las personas de edad avanzada o que a la vez sufran otras enfermedades”. Pero, observó el especialista, “en nuestros hospitales no están dadas todas las condiciones de bioseguridad para el caso de que se presente esta enfermedad: porque entre el personal de salud argentino suele no haber suficiente conciencia al respecto y, también, por la cantidad de recursos necesarios: un barbijo de calidad cuesta casi 10 pesos; en las salas de internación de los hospitales generales no suele haber filtros de aire. Las medidas de bioseguridad deben empezar por el personal de salud, que viene siendo el principal afectado y propagador de esta enfermedad”.