A poco más de un año después de haber ocurrido el crimen de Jano Fernández, a golpes con un bate de béisbol y patadas, los tres jóvenes detenidos y acusados de haber cometido el homicidio fueron sentenciados por el Tribunal Oral 13 porteño. Leonel Bufanio, de 24, fue condenado a 24 años de prisión; Hernán Mendieta, de 25, recibió 21 años, y Néstor Horisberger, también de 25, fue condenado a ocho años. Fue llamativa la declaración de Bufanio –señalado como quien golpeó varias veces en la cabeza a la víctima con el bate– cuando antes de escuchar la sentencia dijo a los jueces que “fue un accidente que le puede pasar a cualquiera”. Al término de la lectura se desató la tensión y hubo enfrentamientos verbales entre los familiares de los condenados y de la víctima.

Jano Fernández fue asesinado el 6 de marzo de 2011, a las 6 de la mañana, en Sánchez de Loria y Don Bosco, a la vuelta de la disco Fantástico, donde había ido a festejar con unos amigos su cumpleaños número 20. En aquella oportunidad, Jano salió del boliche y se distanció de sus amigos porque había discutido con alguno de ellos, y en la esquina de Don Bosco comenzó a cruzar insultos con un trío que pasaba en un Fiat, hasta que el auto se detuvo. De él descendieron, según registra un video de seguridad presentado como prueba, Bufanio con un bate de béisbol en la mano y Mendieta, que se agacha para recoger una piedra de la calle, y ambos se dirigen hacia Jano, fuera de cámara, mientras Horisberger sale del asiento trasero, pero no toma participación. En la calle, Bufanio le asesta varios golpes con el bate en la cabeza, mientras Mendieta lo ataca con la piedra, y lo golpea en el cuerpo. La autopsia concluyó que Jano tenía múltiples fracturas en casi todo el cráneo y que a nivel de la boca del estómago había un moretón que fue producido por un golpe de puño o una patada, mientras que las heridas son compatibles con la acción de un bate de béisbol y que “son idóneas para producir la muerte”.

Los tres condenados eran compañeros de trabajo en el Carrefour de Costa Salguero y fueron apresados al día siguiente de cometido el crimen. Durante el juicio declaró como testigo un empleado del supermercado, quien aseguró que una semana antes del hecho Bufanio le había comentado: “Con este bate voy a matar a alguien”. El testigo recordó que había tenido la charla en una plaza y durante su testimonio reconoció el bate que le exhibió el tribunal como el mismo que le había mostrado Bufanio. Y otro empleado del supermercado dijo que Bufanio le había confesado el crimen. “Maté a un guacho”, le dijo al día siguiente y poco antes de que lo detuvieran.

Durante los alegatos, el fiscal, Julio César Castro, pidió que condenen a Bufanio a 26 años de prisión como “coautor material de homicidio simple en concurso con el delito de robo”, este último de una causa anterior por la que también fue juzgado en esta oportunidad. Para Castro quedó suficientemente acreditado a lo largo del debate que Bufanio golpeó a Jano en la cabeza con el bate de béisbol varias veces y que Mendieta, para quien pidió la pena de 25 años como coautor del homicidio, le arrojó una piedra y le propinó golpes y patadas en el torso. Para Horisberger pidió ocho años por su “participación secundaria” del homicidio, ya que consideró que agredió verbalmente a Jano en los momentos previos, no impidió el ataque y huyó en el auto de Bufanio junto a sus dos amigos.

La representante de la familia querellante, María Marta Lucano, pidió perpetua para los tres acusados como coautores de “homicidio calificado por ser cometido por dos o más personas y por ser cometido con ensañamiento y alevosía”. A diferencia del fiscal, Lucano adjudicó a Horisberger un rol activo en el ataque, ya que en su opinión “se quedó cuidando el auto” y que “no cabe otra posibilidad de que le haya alcanzado el bate a Bufanio”.

La defensa de Bufanio –Natalia Montesano y María Cecilia Martínez– había sostenido que no pudo determinarse quién mató a Jano, que el crimen había ocurrido durante un entredicho, y pidieron que su defendido sea condenado por “homicidio por agresión”, que prevé penas que van de dos a seis años de prisión. El abogado de Mendieta, el defensor oficial Gustavo Iglesias, reclamó que si su defendido era considerado responsable fuera condenado a ocho años de prisión por el mínimo del “homicidio simple”. Y el abogado Matías Amaya pidió la absolución para Horisberger o, en caso contrario, se le aplique el mínimo de la pena.

Ayer por la mañana, a las 9.30, frente a la sede del Tribunal 13, en Lavalle 1171, un grupo de amigos de la familia de la víctima golpeaba bombos y platillos y reclamaba justicia. Un poco después, los acusados tuvieron la oportunidad de hacer su propio alegato. Horisberger prefirió mantenerse en silencio. Mendieta se limitó a manifestar que lamentaba lo ocurrido. Quien sorprendió a todos fue Bufanio que, en su descargo, dijo que “yo no soy ese personaje monstruoso que me hicieron, fue el alcohol, fue un accidente que le puede pasar a cualquiera”, y agregó que nunca bajó de su auto “con la intención de matar a ese chico”, y pidió perdón a su hija recién nacida porque “va a crecer sola”.

Pasado el mediodía, los jueces Enrique Gamboa, Diego Leif Guardia y Adolfo Calvete volvieron a la sala para entregar la sentencia. A Bufanio le correspondieron 24 años; a Mendieta, 21, y a Horisberger, 8. Los padres de Jano se sintieron conformes con la sentencia. Al finalizar la lectura del veredicto, luego de que los jueces se retiraran de la sala, y mientras los condenados eran esposados y llevados por penitenciarios hacia la Alcaidía, los familiares y amigos de Jano les gritaban “¡Asesinos hijos de puta!”, mientras los familiares de los condenados respondían con amenazas e insultos.