Mié 11.07.2012

SOCIEDAD  › PIDEN QUE SE RECONOZCAN EN LA PROVINCIA LOS “BACHILLERATOS POPULARES”

Para entrar al sistema formal

Son establecimientos creados tras la crisis de 2001 en fábricas recuperadas y organizaciones sociales. Estudian allí personas que no habían podido terminar el secundario. Ahora reclaman ser reconocidos como escuelas públicas oficiales.

Docentes y estudiantes de 22 “bachilleratos populares” de Buenos Aires reclaman que la provincia los reconozca como escuelas públicas. Referentes de esas experiencias, surgidas a partir de 2001 en fábricas recuperadas y organizaciones territoriales con el fin de garantizar la educación donde no llegan las instituciones del sistema formal, sostuvieron que ya hay convenios para oficializar seis establecimientos, pero la firma final está demorada en la Dirección General de Escuelas. La subdirectora de Educación, Claudia Bracchi, aseguró, por su parte, que no se había concretado ningún acuerdo y argumentó que la política de la gestión para la finalización de estudios se centra hoy en un programa específico, al que se pueden sumar este tipo de escuelas.

Los bachilleratos populares surgieron hace más de una década para intervenir frente a la exclusión social y educativa de los jóvenes y adultos ante un Estado ausente. “Formamos estas escuelas en base a un derecho negado y no pueden negar que, si venimos funcionando hace varios años, es por necesidad de los territorios, porque hay lugares donde las instituciones educativas no llegan”, señaló a este diario Celina Carrizo, docente del bachillerato Bartolina Sisa de La Plata (Frente Popular Darío Santillán) e integrante de la Coordinadora de Bachilleratos en Lucha, que nuclea cuarenta experiencias, 22 de ellas del territorio bonaerense.

Durante la gestión del ex director general de Escuelas Mario Oporto, cinco bachilleratos populares fueron reconocidos a través de un “convenio de cooperación técnica” que convierte la escuela en un Centro Educativo de Nivel Secundario (CENS) para adultos, que prevé el salario para los docentes y la libertad de otorgar títulos. “Oporto había iniciado el trámite de oficialización del resto de los bachilleratos y desde la nueva gestión, de Silvina Gvirtz, nos habían ratificado que su voluntad era que se continúe con los acuerdos de oficialización de la anterior gestión”, relató Carrizo.

“En febrero de este año fue la nueva gestión la que nos llamó (a cinco bachilleratos) para que firmáramos el convenio de CENS. En diciembre del año pasado ya había firmado otro bachillerato y, entonces, los seis esperamos. Esperamos hasta que, con el transcurso del tiempo, notamos que no había una voluntad política de firmarlo.” Lo problemático de la situación, señala la docente, es que ya hay 80 egresados sin su título y este año se recibirán 300 más.

El jueves pasado, alumnos y educadores protestaron frente a las puertas de la Dirección General de Cultura y Educación; la subdirectora Bracchi, que recibió a los referentes ese día, afirmó a Página/12 que “esos seis convenios no fueron firmados por ambas partes y, por lo tanto, no tienen validez”. Por otro lado, puntualizó que “la obligatoriedad de la educación desde la sala de cuatro hasta la secundaria es un tema prioritario de nuestra agenda y, en ese sentido, estamos desarrollando el Programa FinEs, por el que ya se recibieron más de 20 mil alumnos”.

En cuanto al reclamo de los educadores, Bracchi resaltó que “reconocer un bachillerato implica oficializar los títulos, pero también la designación de un presupuesto, y nosotros ofrecimos que se canalizaran a través del FinEs”. Los bachilleratos rechazaron esa propuesta, que resulta “regresiva a los acuerdos que se venían gestando”, según Marcelo González, docente del bachillerato Lago del Bosque de Merlo (FOL). “El FinEs ofrece una educación precarizada de dos días de cursada por semana y materias cuatrimestrales. Nosotros queremos otra opción para nuestros estudiantes, que son personas de 18 a 40 años, a veces más, que dejaron la secundaria porque tuvieron un hijo, porque trabajaban o porque vivían lejos de una institución educativa. Los bachilleratos apuestan a la democratización plena de la educación, sin directivos, con asambleas de docentes y alumnos, y con el objetivo de que los estudiantes se empoderen de herramientas de comprensión de la realidad y del convencimiento de que ellos sí pueden.”

La subdirectora Bracchi remarcó que “los bachilleratos populares dieron respuesta en determinados momentos y lugares por la ausencia del Estado, un Estado que hoy se ha hecho presente en los lugares que antes no estaba, en el caso de la finalización de estudios con el Programa FinEs y, para no superponer oferta, el sistema educativo tiene que integrar todas las propuestas”. El viernes la funcionaria mantendrá una nueva reunión con los referentes.

Informe: Rocío Magnani.

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