Rafael Levy, el único condenado ayer, sólo irá preso si la sentencia es confirmada por la Cámara Nacional de Casación Penal, pero se le impusieron como condiciones la prohibición de salida del país, la fijación de un domicilio y comparecer semanalmente a la secretaría del tribunal. El futuro procesal del resto de los imputados que fueron absueltos –el ex comisario Gabriel Sevald y los ex funcionarios Juan Carlos López, Enrique Carelli y Vicente Rizzo– depende de las apelaciones y las decisiones de los tribunales superiores. La mayoría de los querellantes ya adelantó que apelarán, no así la fiscalía, que espera conocer los fundamentos del fallo, el próximo 3 de agosto.

Por la mañana, antes del receso que antecedió a la lectura de la sentencia, Levy aceptó decir unas últimas palabras. “Hace bastante tiempo que espero este momento. Siempre estuve a disposición de la Justicia; desde el primer día que ocurrió el hecho me he presentado y aclarado mi situación. No fui ningún ‘oculto’ ni ‘huidizo’, como dijo una de las querellas”, comentó Levy. El ex comisario Sevald se limitó a agradecer el “trato recibido” al tribunal, la tarea de su abogado defensor y sostuvo su “inocencia”. El resto de los imputados optó por el silencio.

El veredicto absolvió a los ex funcionarios, que a diferencia de los que estuvieron involucrados en la causa conocida como Cromañón I, tenían cargos más altos. Los fiscales habían pedido penas de 5 años para ellos. Otro punto importante de la sentencia fue el rechazo de la demanda civil entablada por Alberto Urcullu, único padre de una víctima, María Sol, que logró participar del juicio penal para exigir un resarcimiento monetario.

En la única pena en la que coincidieron jueces y fiscales fue la de Levy: 4 años y seis meses de cárcel. Para los ex funcionarios la fiscalía solicitó cinco años, y cinco años y seis meses e inhabilitación de por vida para el policía. Por su parte, los querellantes requirieron condenas de entre 18 y 26 años de prisión para Levy –el máximo monto fue solicitado por el abogado y familiar José Iglesias–; de 11 a 18 para Sevald y de tres a cinco para los ex funcionarios porteños.