SOCIEDAD › APADRINADO POR ZAFFARONI, EL NADADOR ARGENTINO MATíAS OLA HARá SEIS CRUCES CONTINENTALES
Matías Ola presentó un proyecto al Cenard que fue aceptado: Unir el Mundo (así se llama la organización) a nado en aguas abiertas. El proyecto es apadrinado por Zaffaroni.
Matías Ola es un joven nadador federado oriundo de Tucumán que tendrá por delante un gran desafío: cruzar los cinco continentes a nado sin protección contra las aguas heladas, con la posibilidad de entrar en el Libro Guinness de los Records. Con la fuerza del proyecto Unir el Mundo, el nadador buscará incentivar y apoyar el cambio a favor del deporte de alto rendimiento en su provincia natal y en el resto del país para que muchos jóvenes –incluyendo a aquellos con capacidades diferentes– puedan acceder a entrenamientos de calidad mediante el reacondicionamiento y la creación de espacios adecuados para desarrollar el deporte al mejor nivel. Uno de los padrinos de este proyecto será el ministro de la Corte Eugenio Zaffaroni, quien también buscará fomentar la natación para la tercera edad.
“El proyecto tiene un aspecto solidario que apunta al desarrollo de una sociedad más justa y accesible para todos, independientemente del credo, religión, partido político, condición social o capacidad física”, señaló Ola a Página/12. “Uno de los objetivos primordiales, en cuanto a lo deportivo, apunta a federalizar las posibilidades de acceso al deporte y también a la restauración de un complejo deportivo que en la actualidad se encuentra en condiciones de abandono en la ciudad de Tucumán, con la idea de inaugurar allí el primer centro de alto rendimiento deportivo del interior del país”, agregó el joven nadador de 27 años.
“Con la ayuda de Zaffaroni, quiero llevar el proyecto lo antes posible al Senado de la Nación, para poder involucrar a la Secretaría de Deportes, a los gobiernos provinciales, a la Cancillería argentina y también a la Secretaría de Turismo, para llevar la marca argentina al mundo y un mensaje de unión entre las naciones y además lograr posesionar a la Argentina como destino turístico internacional. Por supuesto, con ese incentivo captar sponsors privados para solventar todo tipo de gastos dentro del proyecto”, explicó el nadador tucumano.
Tal como si su apellido lo hubiese marcado para desempeñarse en alguna actividad vinculada a la natación, Ola iniciará a fines de julio una hazaña nunca alcanzada en la historia de la natación, que constará de seis cruces continentales y durará un año y medio. El primero lo realizará junto a una organización rusa, donde intentará unir el estrecho de Bering a brazadas, desde Chukotka hasta Wales, Alaska, en un tramo de 86 kilómetros y por postas, en el que será el único argentino en competencia entre 40 profesionales en aguas abiertas de todo el mundo, que nadarán sin traje de protección contra el frío.
“El cruce completo del estrecho de Bering –que estaba previsto realizarlo el próximo año y que en las últimas semanas se adelantó para fines de este mes– significará para mí una fuerza muy grande para lo que seguirá, un cambio a favor. En Bering la temperatura del agua puede llegar a estar entre los 5 u 8 grados”, sostuvo Ola. “Serán tres días de nado a plena luz del sol. Cada participante nadará entre 20 y 30 minutos, luego ingresará otro nadador, el que salió se recuperará y cuando le toque volverá a zambullirse”, agregó.
A fines de agosto será el turno de la hazaña que llevará a cabo junto a su equipo de trabajo de Unir el Mundo. Buscará enlazar la isla Gran Diómenes en Rusia, con Alaska. En noviembre unirá Oceanía con Asia, desde Papúa, Nueva Guinea, a las costas de Indonesia. En ese mismo mes, conectará Asia con Africa, desde Jordania hasta las playas de Egipto. En tanto, la unión de Africa con Europa desde las costas de Marruecos a Tarifa, España, está prevista para junio de 2013. En diciembre del próximo año culminará su travesía nadando en el fin del mundo, en la Isla de los Estados, Tierra del Fuego.
“Si bien éstas serán travesías mucho más cortas que las del estrecho de Bering, entre 20 y 34 kilómetros, también tendrán su desafío. En cada una de ellas iré con mi equipo de asistencia: médicos, entrenadores, técnicos, cámaras, quienes van a monitorear cada cruce y serán partícipes de este gran sueño que tengo de unir los continentes haciendo lo que más me apasiona: nadar.”
Unir el Mundo nació en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), cuando en agosto 2011 Ola presentó un proyecto con la decisión de experimentar el mundo de las aguas abiertas y frías, ya que sólo competía en pileta. “En ese momento, mi entrenador Alberto Santiago me dijo que ‘un buen nadador no utiliza traje de neoprene’ y me entusiasmó la consigna”, expresó Ola.
“Le comenté la idea a la médica y licenciada en Psicología Patricia Whigtman –jefa del Departamento de Psicología del Deporte en el Cenard– y ella junto a los médicos Néstor Lentini y Enrique Prada me contactaron con la experta en aguas abiertas María Inés Mato para que sea mi entrenadora personal, porque ella es referente en aguas abiertas y frías, y realizó similares travesías –junto a ese equipo de profesionales– en el estrecho de Gibraltar, el Canal de la Mancha y en el mar Báltico, a pesar de sufrir discapacidad en una de sus piernas”, comentó el nadador. “Con la incorporación de Mato al equipo de trabajo, mi rutina de entrenamientos me llevó a experimentar en aguas abiertas y frías de Mar del Plata, Bariloche, del Ventisquero Negro del Cerro Tronador, y hasta llegar a nadar a unos 400 metros de la pared sur del Glaciar Perito Moreno, con temperaturas menores a los 7 grados”, añadió.
En cuanto al aspecto científico del proyecto, Whigtman lleva adelante una investigación sobre el empoderamiento de la mente para lograr este tipo de objetivos. “La posición de uno ante determinada situación es fundamental para preservar sus propias metas. Esto genera estados emocionales de autocontrol para optimizar las necesidades vitales sobre la vivencia”, dijo Wightman a este diario. “Con Matías utilizo, de manera cuidadosa, testeos de salud mental, capacidad de concentración, resilencia, control del estrés y manejo del cansancio y del dolor ante el frío”, agregó.
El equipo de profesionales del Cenard estudiará, además, una proteína que desarrolla el cuerpo ante las bajas temperaturas. “Lentini medirá, a través de un chip que se encuentra dentro de una cápsula que ingiero dos horas antes de entrar a las aguas heladas, la temperatura interna de mi cuerpo, que es aquello que me permite nadar en aguas heladas”, indicó Ola.
Informe: Sabrina Améndola
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