En el Aeropuerto de Ezeiza, dos perros antinarcóticos descubrieron un cargamento de más de media tonelada de cocaína, valuada en unos 20 millones de euros. El cargamento, que tenía por destino Nigeria, se hallaba escondido en una máquina de drenaje para una empresa petrolera inexistente.

Los 536 kilos de cocaína de máxima pureza estaban repartidos en 490 panes que llevaban envoltorios de diferentes colores y habían sido disimulados dentro del cilindro y la base de una máquina usada en el rubro petrolero. Por ello, las autoridades bautizaron la operación como “Petróleo Blanco”, que fue evaluado como el mayor secuestro de drogas en la historia del aeropuerto más importante del país.

Los funcionarios de la Aduana no brindaron detalles sobre la red de narcotraficantes que estuvo detrás del operativo, aunque se cree que se trata de una banda formada por extranjeros y argentinos que prestaron la logística en el país. El silencio se explicó por la vigencia del secreto de sumario impuesto por el juez en lo penal económico, Daniel Caputo.

El viceministro de Seguridad, Sergio Berni, admitió que ayer aún no se había dilucidado si el cargamento fue acondicionado dentro de la máquina en el país. Lo descubierto, arriesgó, “seguramente tiene relación con otras dos causas de repercusión a nivel nacional”. El juez Caputo es el mismo que lleva adelante la investigación sobre el “narcoavión” por el cual los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá están arrestados en España.