Los números de la temporada, al menos en lo que va de enero, abonan interpretaciones diversas. Las lecturas van desde el optimismo por cómo sigue ampliándose el espectro de destinos turísticos posibles hasta los porcentajes de ocupación hotelera, que en algunos lugares mantiene los niveles del año pasado y en otros registra una merma. El ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer, pronosticó que, al cabo del verano, la actividad turística tendrá un crecimiento “cercano al diez por ciento” en relación al de 2012. Mientras que la Cámara Argentina de Turismo estimó en 851 millones de pesos lo generado por el recorrido del Rally Dakar en el norte del país, el secretario de Turismo de la provincia de Buenos Aires evaluó que, aun cuando “la primera quincena de enero en Mar del Plata estuvo floja en comparación con las expectativas”, hay por estos días “la misma cantidad de turistas que en 2012”. En tanto, los registros de ocupación hotelera promedian el 75 por ciento entre costa atlántica, NEA, Cuyo, Centro, Patagonia y provincia de Buenos Aires. Con el recambio de quincena, las expectativas oficiales y de empresarios turísticos indican que la actividad podría repuntar cerca del diez por ciento.

“No sé dónde hay poca gente. Recorrí mucho estos días por el Dakar, estuve viendo la información del sur y de otros lugares. Calafate tiene 70 por ciento de ocupación, Iguazú está completo, Entre Ríos tiene un movimiento espectacular, hay mucha gente haciendo turismo por todo el país. Creo que hay gente en todos los destinos”, aseguró el presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Oscar Ghezzi, en conversación con este diario.

Para Ghezzi, es precisamente esa capacidad de dispersión en el territorio y la tendencia cada vez más creciente a fragmentar las vacaciones en escapadas de tres, cuatro días, aprovechando el fomento de los feriados turísticos, lo que puede abonar la hipótesis de que el movimiento es menor. “Hay gente en los destinos tradicionales y también en los nuevos. En Argentina, desde hace algunos años, hay una realidad importante: antes, la gente pensaba que en la temporada estival tenía que ir a la costa atlántica y a las sierras. Nada más. Eso ha cambiado. Año a año, la cantidad de gente que hace turismo ha aumentado y va exigiendo distintos destinos.”

Eso sucede porque “hay hotelería, restaurantes, infraestructura para dar servicios y pueden hacerlo durante todos los meses”, en lugar de limitarse a la temporada de verano, porque “hay turismo todo el año”, dijo Ghezzi.

“Esa forma de romper la estacionalidad redunda en una mejoría del destino turístico”, coincidió Fabricio Di Giambattista, presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo. “Nadie va a hacer una inversión hotelera o de transporte, por ejemplo, para trabajar solamente dos meses. En los últimos tres años, con los feriados turísticos, eso está transformándose mucho. Lentamente, se modifican con esto las economías regionales”, agregó.

Por su parte, el titular de la Asociación Hotelera Gastronómica y Afines de Mar del Plata, Eduardo Palena, informó que, en lo que va de la temporada “en ningún momento los hoteles se quedaron sin disponibilidad de plazas” y durante el primer fin de semana de la segunda quincena de enero, habitualmente la de mayor arribo de turistas, “la ocupación fue del 85 por ciento, siendo el pico del verano”. Palena también señaló que “la primera semana de esta segunda quincena de enero fue levemente inferior a igual segmento del año anterior”. De aquí a marzo, evaluó el empresario, “tendría que ir mejorando pero tiene que ver con el clima. Pasa porque el turista redujo sus días de vacaciones entre 3 y 5 días y reparten más sus escapadas de vacaciones en los fines semanas largos del año”.

A la vez, arriesgó que quizás la decepción de los empresarios del sector haya tenido que ver con el crecimiento excesivo de expectativas que, luego, se vieron defraudadas: por “el tema del llamado ‘cepo’ al dólar, a través de los medios se generó una expectativa para el verano y los hoteleros se lo creyeron”, dijo Palena.

Para el secretario de Turismo bonaerense, Ignacio Crotto, “la primera quincena de enero en Mar del Plata estuvo floja en comparación con las expectativas”, aunque “hay la misma cantidad de turistas que en 2012”. Crotto recordó que en los primeros días del mes los alquileres bajaron casi un cincuenta por ciento.

Los registros del Ente Municipal de Turismo (Emtur) marplatense refieren que entre el primer día de diciembre y el 12 de enero 1.324.000 turistas visitaron la ciudad; de ellos, 526.000 lo hicieron este mes. Pablo Fernández, presidente del Emtur, aseguró que se trata de “números similares e incluso mayores a los del año pasado, lo cual es algo muy positivo, teniendo en cuenta que el año anterior teníamos un acontecimiento tan importante como el Dakar, que trajo mucha gente a Mar del Plata”.

“En lo que respecta a la actividad turística, no hay una sola realidad”, evaluó Di Giambattista, en diálogo con Página/12. “En los últimos años, el turismo ha registrado un crecimiento a nivel global. En nuestra asociación, por ejemplo, nucleamos turismo estudiantil, nacional, receptivo, emisivo –que puede ser hacia el exterior o entre regiones–, rural, toda una gama en la que es difícil decir ‘está todo mal’ o ‘está todo bien’”. En el mercado turístico argentino, como en el resto del mundo, “podemos decir que la actividad está en crecimiento y transformación”.

Aunque la Asociación no cuenta con estadísticas, Di Giambattista cree que las restricciones para acceder a monedas extranjeras no necesariamente influyeron sobre decisiones de compra de paquetes turísticos, fueran dentro de Argentina como para destinos en el exterior. “Siempre hubo gente que prefiere pagar en cuotas y siempre hubo otra gente que prefiere pagar al contado; esto no repercutió negativamente en la actividad porque la modalidad de venta de paquetes y servicios financiada en cuotas ya estaba instalada. Sí existen dudas de algún pasajero sobre cómo operar en el exterior, cómo conseguir divisas para viajar, esas cosas sí”, dijo Di Giambattista.