Sáb 26.01.2013

SOCIEDAD  › TRASLADAN A UN PLAYON LOS HISTORICOS VAGONES DE LA LINEA A

Patrimonio a la intemperie

Según informó la empresa, serán llevados allí 84 de los 104 vagones de madera. Algunos serán acondicionados para un servicio turístico y otros serán donados “a entidades de bien público”.

› Por Eduardo Videla

Los históricos vagones de madera La Burgeoise, que circularon en la línea A de subte hasta el 11 de este mes, comenzaron a ser depositados esta semana en un obrador de la empresa Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), en Parque de los Patricios, donde permanecen a la intemperie. Voceros de la empresa confirmaron que en total serán trasladados a ese predio 84 vagones de los 104 que componen el parque de trenes de origen belga que prestaron servicio durante 99 años. Los otros veinte serán recuperados para circular en recorridos turísticos. Una cantidad no determinada, resolvió Sbase, serán donados a entidades de bien público del país o extranjeras.

Como reacción a lo que consideran la pérdida de patrimonio de la ciudad, unas cuarenta organizaciones entregaron ayer una carta dirigida a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la que piden “promover las acciones conducentes a la inclusión del conjunto patrimonial compuesto por las estaciones históricas de la línea A y la flota completa de La Burgeoise en la Lista Tentativa del Comité de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco”, tal como ocurrió con el metro de Budapest.

Sbase informó que después de realizar un inventario de los centenarios coches pasados a retiro, se resolvió su traslado “a un lugar provisorio”, un playón sobre la calle Lavardén, en Parque de los Patricios. Voceros de la empresa admitieron que los coches estarán allí, durante un tiempo “a la intemperie”, aunque aseguran que en un futuro serán cubiertos con lonas para protegerlos de las inclemencias meteorológicas.

Los vagones son trasladados de a uno, en camiones contratados a la empresa Román, que circulan por distintas calles de la ciudad. Ese no es más que un destino transitorio, ya que los coches serán llevados luego a un predio ubicado sobre la avenida Mariano Acosta, en Flores, que aún no está acondicionado. Toda la operatoria revela la improvisación y falta de preparación previa con que se encaró el cierre de la línea a para el cambio de los antiguos coches por nuevos vagones de origen chino.

En relación con el relevamiento realizado sobre ese parque rodante, el titular de Sbase, Juan Pablo Piccardo, afirmó: “El resultado general es muy preocupante, ya que se constató la existencia de coches en un estado irrecuperable y que el estado general de la flota no supera la calificación de regular”. No dio más precisiones.

La empresa anunció ayer que en el marco del “Plan de Reconstrucción y Restauración Patrimonial”, se “hará la adaptación electrónica necesaria para los coches que formen el Subte Turístico, y la reparación y montaje del resto de los coches”, y luego, en una fase posterior, “se restaurará y se pondrá en marcha una formación para el festejo de los cien años del subte en su ámbito original, la línea A”.

Al mismo tiempo, la empresa adelantó que “está realizando gestiones para donar parte de los materiales de los coches a entidades de bien público, tanto nacionales como internacionales, que estén consustanciadas con la preservación del patrimonio ferroviario”.

El temor de los usuarios y las entidades preocupadas por la preservación del patrimonio urbano es que los coches sean desguazados o bien que se deterioren en el abandono y el olvido, a la intemperie. La diputada María Rachid presentó una ampliación en el amparo que tramita en la Justicia porteña, denunciando “el desmantelamiento de motores, compresores y dínamos” en algunos de los viejos coches. En esa causa, la jueza Elena Liberatori ordenó la protección de la totalidad de los vagones belgas, y designó un perito de la Facultad de Ingeniería, un consultor de parte y un escribano, para que releven las condiciones en las que se encuentra la flota. La medida judicial está en suspenso porque el gobierno porteño la apeló.

En otra causa, la Justicia porteña mantuvo la suspensión de la línea A del subte, pero aceptó que la Cámara en lo Contencioso Administrativo y Tributario revise la decisión de paralizar durante dos meses el servicio para la readaptación a los nuevos coches. La decisión fue adoptada por la jueza Patricia López Vergara, quien rechazó emitir una “revocatoria” contra el fallo que dictó el 9 de enero pasado su colega Lidia Lago, quien había rechazado un pedido de medida cautelar presentado por la legisladora kirchnerista María José Lubertino contra la decisión de interrumpir el servicio.

“Razones de ética judicial aconsejan que esta magistrada no revise lo decidido por un par de igual grado”, sostuvo López Vergara, quien reemplaza durante esta etapa de la feria judicial a Lago. Pero además, el fallo descarta analizar nuevas cuestiones introducidas por Lubertino: “Desvirtuaría la naturaleza de este tipo de proceso la consideración de los conflictos referidos a la evaluación técnica de la suspensión o no, total o parcial del servicio de subterráneos de la línea A; la continuidad laboral de los concesionarios de locales subterráneos y/o la compensación económica sobre los alquileres durante la suspensión del servicio”.

Tampoco aceptó evaluar en esta etapa la determinación del valor histórico patrimonial de los vagones de la línea A y en su caso las medidas de protección idóneas a adoptar; y la evaluación y determinación de cambios de horario de trabajo de los trabajadores del subte. Sin embargo, la magistrada concedió “con efecto no suspensivo” la apelación presentada por Lubertino contra el aval a la interrupción del servicio.

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