SOCIEDAD › RECLAMO DE POLíTICAS CONTRA LA VIOLENCIA DE GéNERO EN UNA NUEVA MARCHA EN OLAVARRíA
Es la segunda movilización en esa ciudad por el asesinato de una mujer a manos de su pareja. El caso se convirtió en emblemático. Un hijo de la víctima pidió medidas contra la violencia machista. De la marcha participó la ex esposa del acusado, a la que también había maltratado.
› Por Mariana Carbajal
Por segunda vez en menos de un mes, los vecinos de Olavarría se movilizaron contra la violencia de género y los femicidios. Una multitudinaria marcha recorrió anoche las calles del centro de Olavarría, desde la plaza principal pasando por el Juzgado de Familia, para reclamar medidas eficientes de prevención y protección a las mujeres que denuncian y que los casos no queden impunes. En la última década hubo 13 femicidios.
La convocatoria fue impulsada a partir del brutal homicidio de Graciela Tirador, una vecina muy conocida del lugar, por cuyo crimen está detenido como único sospechoso su ex novio, Pablo Barbato. La mujer, de 63 años, madre de tres hijos universitarios, había denunciado al agresor por amenazas agravadas, pero no recibió la protección que necesitaba de parte de la Justicia. Nueve meses después terminó muerta. Su hijo, Mariano Melotto, fue el principal orador. Frente a la municipalidad pidió “prevención, justicia y conciencia social” frente al flagelo de la violencia machista. Reclamó que se tomen las políticas públicas necesarias para dar respuestas efectivas a las mujeres que denuncian a parejas violentas. “Los responsables no pueden mirar para otro lado”, dijo Mariano, de 34 años, antropólogo, que viajó desde La Plata, donde vive, para participar de la movilización. Exigió además que al sospechoso del crimen se le dicte la prisión preventiva y llegue al juicio tras las rejas.
En la marcha estuvieron las otras dos hijas de Tirador, Carla, comunicadora social, de 35 años, y María, que estudió escenografía, de 32. También se sumó la primera esposa de Barbato, María Lacore, que vive en Azul, y una de las dos hijas que tuvo con él. Lacore se contactó con las hijas de Tirador en los últimos días y les contó las torturas a las que el hombre la sometía cuando convivieron, más de treinta años atrás. Por ejemplo, les dijo que la ahorcaba de manera que no le quedaran marcas y le decía que nadie le iba a creer que la maltrataba. Lacore les expresó su solidaridad y se ofreció a declarar como testigo en la causa. Barbato tuvo una segunda esposa con la que tuvo tres hijas más.
En la marcha estuvieron más de mil quinientas personas, según calcularon los organizadores. Marcharon funcionarios del gobierno local que encabeza el intendente José Eseverrri y la presidenta del Concejo Deliberante, Carolina Szelagowski. Adhirió la Red de Monitoreo de Políticas Públicas para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujeres, que agrupa a más de una veintena de organizaciones que trabajan en el tema de todo el territorio de la provincia de Buenos Aires. En representación de la Red marchó Bárbara Baldino, amiga de las hijas de Tirador, a quien conocía desde la adolescencia. “Me duele tener que regresar a Olavarría por esto. Yo estudié y vivo en La Plata. Pero de alguna forma me reconforta la movilización social y la solidaridad de la gente frente a este femicidio”, dijo Baldino, psicóloga, a este diario.
“En enero se recibieron 14 denuncias diarias por violencia de género en Olavarría, en la Comisaría de la Mujer y el Juzgado de Familia. Olavarría y el país entero necesitan un fuerte respaldo político para que haya prevención y las mujeres no terminen asesinadas”, pidió ante Página/12 María Melotto, mientras marchaba. Según evaluó, anoche hubo más gente que en la primera marcha convocada el 21 de enero, ocho días después del femicidio de su madre. Tirador fue asesinada a golpes de bate de béisbol y con un caño galvanizado en su propia casa. Barbato es el único detenido en la causa.
Los manifestantes se reunieron a partir de las 19.30 frente a la municipalidad y la plaza principal. Allí habló Mariano. Después marcharon hacia el Juzgado de Familia, donde cantaron el Himno Nacional y pidieron justicia. La concentración culminó nuevamente en la plaza principal. Se prendieron velas por Tirador y las otras 12 mujeres víctimas de la violencia de género en la última década en Olavarría.
Tirador estaba separada hace más de treinta años del padre de sus hijos y conoció a Barbato por Facebook a mediados de 2011. Llegaron a convivir unos ocho meses, en la casa de ella. El no trabajaba; estaba jubilado por invalidez por una enfermedad pulmonar. En cambio, Tirador se desempeñaba en el Registro Automotor Nº 1 de Olavarría, era independiente económicamente y muy querida en la ciudad.
“Necesitamos tu participación para que no muera otra mujer más en manos de un violento y para que se haga justicia por aquellas a quienes salvajemente les arrancaron sus vidas”, destacaba la convocatoria a la marcha. En las calles céntricas de Olavarría quedó anoche escrito el pedido de justicia frente a los femicidios y, una y otra vez, “No a la violencia de género”.
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