Murió ayer una de las mujeres afectadas por un virus en Carmen de Areco. Era una enfermera que trabajaba en el servicio de terapia intensiva del hospital de esa localidad. Otra paciente se halla “en estado delicado”, en terapia intensiva en La Plata, mientras que otros nueve fueron dados de alta. Todos estaban vinculados –como trabajadores, pacientes o familiares de pacientes– con aquel servicio del hospital de Carmen de Areco. La mujer que falleció ayer había viajado a Estados Unidos: allí pudo haberse infectado con una variedad de gripe A prevalente en el Hemisferio Norte y, al volver, podría haber sido el “caso índice” a partir del cual se infectaron los demás. De todos modos, el virus de la gripe A sólo fue aislado en cuatro de los pacientes, y continúan los estudios para detectar otros gérmenes. Un especialista aclaró a este diario que “cuando un paciente muere luego de enfermar de gripe, no es por ese virus, sino por complicaciones: muchas veces, gérmenes comunes que se hacen mortales por causas como diabetes, edad avanzada o tabaquismo”. En todo caso, desde que –hace más de diez días– los pacientes fueron detectados y se tomaron medidas para evitar la propagación del virus, no se registraron nuevos casos.

La paciente fallecida se llamaba Andrea Gordillo y tenía 39 años. Desde el 28 de enero, se hallaba internada en terapia intensiva del Hospital Rossi de La Plata. Según fuentes vinculadas al área de salud, la mujer “tenía antecedentes tabáquicos”. El Ministerio de Salud bonaerense puntualizó que “la otra enfermera (del servicio de terapia intensiva del hospital de Carmen de Areco) internada en el Rossi permanece delicada en la terapia intensiva, con asistencia respiratoria mecánica. Los demás pacientes de Carmen de Areco que precisaron internación por haber contraído un virus respiratorio fueron dados de alta”.

Luis Crovetto, director de Atención Primaria del Ministerio de Salud bonaerense, advirtió a este diario que “hasta que no termine la investigación epidemiológica e infectológica, no emitiremos juicio sobre qué germen causó la infección”. Muestras de los pacientes infectados se investigan en el Instituto Malbrán –dependiente del Ministerio de Salud de la Nación–, y “los resultados serán interpretados por el comité de epidemiólogos e infectólogos que convocamos”. En cuanto a la hipótesis de que la paciente fallecida se haya infectado en Estados Unidos, a donde había viajado poco antes, “es un dato muy importante, pero la comisión no se ha expedido todavía”, señaló Crovetto.

Jaime Lazovsky –subsecretario de Relaciones Sanitarias e Investigación del Ministerio de Salud de la Nación– aclaró a este diario que “el virus de la gripe A se detectó sólo en cuatro de los pacientes”. De hecho, los primeros análisis daban negativo y el virus sólo pudo detectarse mediante una técnica muy especial y sensible llamada “PCR convencional de gripe A genérica”. Hubo reuniones de expertos para tratar de explicar el hecho de que el virus no se haya detectado con las técnicas más comunes, pero todavía no hay ninguna conclusión. Por lo demás, la técnica utilizada sólo establece que el virus es de influenza A, pero no de qué variedad es, lo cual permitiría establecer si se trata de una variedad prevalente esta temporada en Estados Unidos. Entretanto, “se investiga la posibilidad de anticuerpos correspondientes a otros virus, bacterias u hongos –agregó Lazovsky–: la semana pasada se hicieron mediciones pero deberán repetirse dos y cuatro semanas después”.

Alcides Troncoso –profesor de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la UBA en la unidad académica del hospital Muñiz–, consultado por Página/12, precisó que “en todos los casos de muertes llamadas por gripe, en realidad el fallecimiento es por complicación con infecciones bacterianas. Por eso, la mortalidad por la gripe A(H1N1) fue muy alta en la pandemia de 1918, cuando no había antibióticos ni respiradores mecánicos. Después hubo pandemias causadas por otras variantes del virus: el A(H2N2) o el A(H3N2). La pandemia de 2009 fue nuevamente por virus A(H1N1) pero con mortalidad mucho menor que en 1918”.

El infectólogo observó que, “generalmente, los pacientes que mueren en relación con el virus de la gripe tenían algún factor de riesgo preexistente: enfermedad cardíaca, diabetes, sobrepeso, condición de fumador, embarazo, edad superior a 50 años. La gravedad del caso suele depender del ‘terreno’, del estado previo, y desde luego de que la persona se haya vacunado o no contra la gripe. Lo más común es que esos pacientes se hayan sobreinfectado con algún germen común, muchas veces una bacteria; el estado previo hace que aun los antibióticos adecuados para esa bacteria no alcancen”.

Troncoso agregó que “en cuanto a los casos de Carmen de Areco, suponiendo que se hubieran originado en una persona que viajó a Estados Unidos, vale señalar que es frecuente que ello ocurra. Y, por la información disponible, todos los pacientes habrían estado en contacto con una sola persona infectada: no hay epidemia, ni siquiera ‘microepidemia’, la cual requiere múltiples focos de infección. De todos modos, lo mejor es no enfermar de gripe, ya que uno no sabe de qué lado de la estadística va a estar: infección leve o complicación grave. La gripe se contagia fácilmente por vía respiratoria o por llevarse la mano a la cara luego de haber tocado objetos contaminados por el virus: es preferible que los grupos de riesgo se vacunen, y no olvidar precauciones como lavarse las manos frecuentemente: las manos limpias salvan la vida”.