Vie 22.02.2002

SOCIEDAD  › UN HOMBRE SE HIZO SECUESTRAR JUNTO A SU HERMANA

Una remake de Fargo en Pilar

En un plan que pareció inspirado en la película de los Coen, un hombre contrató a dos secuestradores. Se lo llevaron a él y a su hermana. Su cuñado pagó el rescate. Al final, confesó.

“Sí, fui yo”, confesó ayer Pablo Javier Costa. Había planeado y realizado con éxito un secuestro a lo Fargo –la película de los hermanos Joel y Ethan Coen–: contrató a dos hombres que debían asaltar la casa de su hermana ubicada en un barrio privado de Pilar y raptarlos a la mujer y a él mismo para luego pedir rescate a su cuñado, un empresario del sector alimenticio. El falso secuestro funcionó a la perfección, pero lo armonioso de los hechos y algunos deslices cometidos por los secuestradores y por el mismo Costa llevaron a la policía a detenerlo acusado de ser el autor ideológico de la indebida retención.
El secuestro tuvo lugar a las 10.30 de la mañana del martes 12 de este mes en el country Golfer’s de Pilar, ubicado en el kilómetro 4 de la ruta 28. Hasta allí habían ido en un Fiat Duna, Pablo Costa, de 27 años, y su hijo, de 8, a visitar a Miriam, de 30, hermana de Pablo. Después se supo que en el baúl iban, además, los dos secuestradores contratados por Costa.
Apenas cinco minutos después de llegados padre e hijo, cuando los hermanos Costa estaban por ponerse a tomar mate en la cocina de la casa, dos hombres armados con un pistolón calibre 12 irrumpieron en el lugar y los amenazaron. Luego, maniataron a Miriam, a Pablo, al chico –a quien incluso golpearon–, a una empleada doméstica y al jardinero, y encerraron a los últimos tres en el placard de una de las habitaciones de la casa.
Con la situación controlada, los asaltantes buscaron y encontraron la caja fuerte que había en la casa, pero al hallarla vacía llamaron al celular del esposo de Miriam, el empresario Urbano Arotce, de 51 años, con quien iniciaron negociaciones por el precio de rescate de los secuestrados. Pasado el mediodía, temiendo que Arotce hubiese llamado a la policía, cargaron en el auto de Costa una buena cantidad de objetos de valor y obligaron a los hermanos a abordarlo, para luego abandonar el country. Una vez afuera, con Costa al volante conduciendo sin destino fijo y su hermana en el asiento del acompañante, los secuestradores continuaron las tratativas con el empresario hasta que finalmente llegaron a un acuerdo: 17 mil pesos a cambio de la liberación de ambos.
Así fue que a través de otro llamado telefónico, el marido de Miriam fue citado para las 6 de la tarde en la esquina de Guayaquil y Estados Unidos, en la localidad de Pablo Nogués. Ya en el lugar del encuentro, Arotce observó el arribo del Fiat Duna y de un Renault 12. En el primero se encontraban su cuñado, su esposa y uno de los delincuentes, y en el segundo, el otro asaltante junto con un chofer. Fue el secuestrador que acompañaba a los Costa quien descendió del automóvil, tomó el dinero que Arotce le entregó en una bolsa negra y liberó a la mujer, manteniendo a Pablo Costa en “cautiverio” para garantizar la huida. Finalmente Costa fue hallado “sano y salvo” a las 10 de la noche en las inmediaciones del lugar.
Sin embargo, el episodio no terminó ahí, ya que para los investigadores existían puntos oscuros en la secuencia de los actos. Por un lado, el que refiere a la forma en que ingresaron los secuestradores al country, que cuenta con rigurosas medidas de seguridad; por otro, el conocimiento que éstos demostraron sobre los movimientos de Miriam Costa y su marido y sobre los detalles de la vivienda. Además, les pareció sospechoso que Costa hubiera estacionado su auto en el garage de la casa de su hermana, cuando habitualmente lo hacía sobre la calle de ingreso.
“Todos esos factores dirigieron nuestras sospechas hacia una posible conexión entre Costa y los secuestradores, que fueron confirmadas por sus declaraciones”, aseguró a Página 12 el comisario inspector Aníbal Degastaldi, titular de la Delegación de Investigaciones (DDI) de San Isidro, quien confirmó que los secuestradores habían entrado al barrio privado escondidos en el baúl del auto de Costa.
“Además de Costa, hemos detenido a Iván Cruz Casafuz –de 27 años–, el hombre que cobró la recompensa, mientras que el otro secuestrador permanece prófugo. Y los objetos de valor y el dinero han sido recuperados casi en su totalidad”, agregó Degastaldi. La causa quedó a cargo del juezfederal de Campana, Federico Faggionato Márquez, y del fiscal Marcos Casani.

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