“No estábamos preparados” para esta lluvia, tras las inundaciones de 2002, 2005 y 2008, advirtieron.
Imagen: Telam.

Una combinación de situaciones entre las que se destacan “un desmedido crecimiento urbano”, “la subejecución de obras hidráulicas” y “la ejecución de obras de pavimento y reducción de superficies absorbentes” desembocaron en la inundación en La Plata del pasado 2 de abril, de acuerdo con un informe elaborado por el Centro de Ingenieros de la provincia de Buenos Aires (Cipba). En tanto, el Colegio de Arquitectos bonaerense (Capba) consideró necesario “hacer una revisión del Código de Ordenamiento Urbano y la elaboración de un plan para la ciudad”, luego del trágico temporal.

A través de un informe, el organismo que nuclea a los ingenieros enumeró entre las causales de la inundación “una precipitación de características históricas, producida en el inicio del otoño, donde una importante cantidad de hojarasca obstruye sumideros y canalizaciones menores”. A ello sumó “la ocasión particular de registrarse en el último día de una prolongada sucesión de días feriados en los que no se realiza la habitual recolección de residuos”.

“Todo esto generó el desmadre de los arroyos El Gato, Zoológico y Maldonado en sus cuencas medias y sus áreas tributarias inmediatas superiores que se corresponden con zonas altamente urbanizadas”, destacó el organismo. No obstante, evaluó que “no estábamos preparados” para este diluvio, tras las inundaciones registradas en la capital bonaerense en los años 2002, 2005 y 2008.

Para el organismo, la situación la situación se agrava por “la falta de abordaje de la problemática de los desagües hidráulicos desde un punto de vista interdisciplinario”; “el importante crecimiento urbano y el aumento de la escorrentía en las cuencas hidráulicas medias por ausencia de planes de ordenamiento urbano”; y “la ausencia de diagnósticos de infraestructura, condiciones ambientales, estructura vial, hidráulica y crecimiento demográfico”. Entre otros factores, mencionaron “la instalación autorizada o no de asentamientos residenciales en zona de cauce de arroyo”; “la implantación de nuevas construcciones públicas en los humedales de la cuenca baja del arroyo El Gato”; “la subejecución de obras hidráulicas”; y “la falta absoluta de mantenimiento y/o limpieza de los canales de desagüe al río Santiago o De la Plata”.

Para los ingenieros, otras causales de la tragedia fueron “la ejecución de obras de pavimento y reducción de superficies absorbentes sin su correspondiente obra hidráulica” y “el incumplimiento en el plan de obras hidráulicas planificadas por la Facultad de Ingeniería de la UNLP”.

Por su parte, los arquitectos reiteraron “la necesidad de producir un plan de desarrollo urbano y territorial, construido en forma consensuada con la comunidad, definiendo objetivos y estrategias a seguir, identificando programas, proyectos y cursos de acción, a partir de un diagnóstico de la ciudad”.

“El crecimiento urbano sin planificación ha avanzado sobre áreas periurbanas y suelo rural, expresando la mayor fragmentación social respecto del uso del suelo, generando periferias ricas en oportunidades, producto de desarrollos inmobiliarios (urb5anizaciones cerradas), y periferias pobres en oportunidades, producto de la expulsión de la ciudad (asentamientos), carentes de las obras hidráulicas necesarias”, advirtieron.