SOCIEDAD › ENTRETELONES DEL OPERATIVO EN EL QUE MURIO EL ESPIA
Las escuchas en las que el agente Pedro “El Lauchón” Viale aparece protegiendo a narcos. La investigación del juez Cullota. Por qué el jefe bonaerense de Narcotráfico no avisó del allanamiento.
› Por Raúl Kollmann
El juez federal de Tres de Febrero, Juan Manuel Cullota, ordenó el allanamiento y la detención del agente de la ex SIDE Pedro Tomás Viale, El Lauchón, porque aparecía en una escucha telefónica a un narco diciéndole: “Si te paran, pasámelos al teléfono”. Además, estaba vinculado supuestamente con el lavado de dinero de esa banda a través de la compra de terrenos usando el nombre de personas indigentes. En el allanamiento, El Lauchón sacó su pistola Glock y según la Policía Bonaerense disparó diez veces: nueve pegaron en chalecos antibalas y un proyectil hirió a un efectivo del grupo Halcón, Ricardo Núñez, en un pie. La respuesta de los Bonaerenses fue letal: de acuerdo con el peritaje que hizo el Poder Judicial, el hombre de la SIDE recibió siete disparos, todos de frente, y el mortal fue el que penetró por la axila. Lorena Martins, quien a través de Página/12 señaló al agente de la ex SIDE, ahora Secretaría de Inteligencia (SI) hace casi dos años, advirtió que seguía en el negocio de la prostitución, al punto de que ofrecía participaciones en un prostíbulo de la Triple Frontera. Viale decía que la mitad del establecimiento era propiedad de la SI y le ofrecían a Raúl Martins, a quien su hija Lorena denunció, la otra mitad.
El viernes, el ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, echó de su puesto al jefe de Narcotráfico, comisario general Marcelo Peña. El comunicado oficial señala que el allanamiento en el que resultó muerto Viale fue mal dirigido y no se preservó la vida del imputado ni de los integrantes del Grupo Halcón. En la Bonaerense sostienen que los 18 allanamientos ordenados por Cullota se hicieron de noche –algo habitual– y que en tres de ellos actuó el Grupo Halcón porque había informes de que podría haber resistencia armada. Un dato que llama la atención es que no estuvieron presentes ni el juez de la causa ni alguno de sus secretarios.
Según dicen en el gobierno provincial, Peña quiso hacer méritos y se lanzó a hacer el allanamiento sin informar a sus jefes ni al ministro. Este hubiera podido llamar a la SIDE para que El Lauchón se presentara directamente en el juzgado. Según parece, tanto Cullota como Peña sabían que El Lauchón revistaba en la Secretaría de Inteligencia desde hace 40 años, pero aun así ordenaron el allanamiento en la propiedad de La Reja. Lo que pocos creen es que la Bonaerense haya sido usada para dirimir una interna dentro de la SIDE, más bien se inclinan por la hipótesis del jefe de Narcotráfico que se quiso ganar honores, un juez que fue pasivo –lo notificó al fiscal Jorge Sica después de ocurridos los hechos– y un procedimiento mal hecho.
Lo que también llama la atención es el desarrollo de la pesquisa. El juez Cullota ordenó la intervención de la línea de celular de dos narcos. Uno de ellos hablaba de Viale o El Lauchón, diciendo que éste les daba protección. Esas escuchas las hizo la propia SI durante más de seis meses y Viale trabajaba en esa Secretaría. En ningún momento se intervino el propio teléfono de El Lauchón, que es parte de una flota que está a nombre del hombre fuerte de la SI, Jaime Stiu-sso. No está claro si en la Secretaría no se dieron cuenta o si le soltaron la mano al Lauchón como producto de una interna. Es decir que en la propia investigación podría haber rastros de divisiones en la SI, no en el allanamiento mismo.
Lorena Martins, a través de su abogado, Adrián Albor, denunció que El Lauchón trató de silenciarla a tiros después de que ella señalara a su padre como el dueño de siete prostíbulos en la Capital Federal. Lorena conocía al Lauchón desde la infancia, ya que su padre, Raúl Martins, era un importante agente de la ex SIDE hasta que se retiró para manejar prostíbulos. Hoy vive en México, donde regentea el principal prostíbulo de Cancún, y está prófugo de la Justicia argentina.
“El Lauchón decía que investigaba casos de narcotráfico –contó Lorena al programa Mónica y César de Radio del Plata–, pero también estaba con mi padre en el negocio de los prostíbulos. Hace tres años aproximadamente ofreció una participación en un prostíbulo de la Triple Frontera que, según él, tenía cuatro pisos, lavandería y casino. Viale le ofrecía a mi papá comprar la mitad, porque la otra mitad permanecería en manos de la SI. Nadie sabe si aquello era o no una fanfarronada. Era habitual en él.
Exhibía un arma todo el tiempo, incluso produciendo escándalos en el boliche swinger que mi padre tiene en la calle Anchorena”, relató Lorena.
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