Por Carlos Rodríguez

@El fin de semana largo, lejos de Mar del Plata, las sierras de Córdoba o el LlaoLlao, cientos de vecinos que dicen vivir “en los confines de Lanús”, en el límite con el partido de Avellaneda, estuvieron realizando movilizaciones con “desvíos sin cortar la calle” y otras acciones tendientes a elevar su reclamo de preservar para el uso público un terreno de diez por setenta metros en el cual, hasta hace poco, había una plaza modesta, con juegos infantiles y la tradicional cancha de bochas. “Hace una semana, sin avisar, una empresa que dice haber comprado el predio destruyó nuestra placita, en Oliden entre Chile y Guatemala, y ahora nos ofrecen un terreno de apenas diez por diez, que no nos sirve para nada”, se queja ante Página/12 Nahir Pintos, una de las vecinas del barrio. La directora de Habilitación Municipal, Lara Villalba, consultada por este diario, confirmó que el terreno “lamentablemente siempre fue privado, nunca fue público y, por lo tanto, no depende de nosotros. Lo que estamos haciendo, porque nos preocupa lo que les pasa a los vecinos, es tratar de convencer a la empresa que ceda una porción del predio para reinstalar allí la plaza”.

Lo que buscan los vecinos, más allá de cuestiones legales que recién ahora están conociendo, es que se busque una solución porque “esta plaza estuvo abierta al barrio durante más de veinticinco años y es lamentable que perdamos uno de los pocos espacios verdes que están quedando no sólo en la zona sino también en todo Lanús”, repiten una y otra vez, Sergio Flotta, Fernando Torres, Abel Fiol, Nahir Pintos y Daniel Dandán, quienes hablan en representación de los vecinos movilizados en esta zona de la localidad de Valentín Alsina, partido de Lanús.

Los vecinos más antiguos dicen que en la manzana donde está la plaza, en años donde la actividad industrial era floreciente, tenía sus talleres la fábrica de la firma Cristalería Papini Hermanos, cuyos obreros, cuentan los memoriosos, participaron de la concentración en la Plaza de Mayo, en octubre de 1945, para pedir la libertad de Juan Domingo Perón. Señalan que el predio fue vendido a otro empresa en una operación inmobiliaria de la firma Danly S.A., y que presuntamente se están construyendo (ya avanza en un sector de la manzana) depósitos que en el futuro serían utilizados por “la firma Cannon Puntana S.A. y otras empresas importantes”.

Según afirman los vecinos, “esto se convirtió en una plaza durante la gestión de Manuel Quindimil como intendente y desde entonces el municipio se ocupó de hacer todos los años algún tipo de mantenimiento, de manera que nosotros siempre tuvimos la certeza de que esto era algo público que íbamos a tener para siempre y de un momento a otro, nos enteramos de la peor manera posible que nos quedábamos sin plaza”. Lo de “peor manera posible” es porque los dueños de la firma que compró el terreno “vinieron una mañana con las topadoras, destrozaron los juegos, la cancha de bochas y nos dejaron sin plaza, sin avisar, sin conversar con nosotros, sin escucharnos en ningún momento”.

Este fin de semana largo, para hacer escuchar sus demandas y para informar a otros vecinos, lo que se hizo fue “desviar el tránsito por la calle Rivadavia, para que los automovilistas tuvieran que pasar en forma obligatoria por la calle Oliden, para así no-sotros les mostrábamos lo que fue nuestra plaza y la lucha que hemos iniciado para que vuelva a ser lo que fue, porque es algo vital para todos nosotros”. La zona, como todo Valentín Alsina, está compuesta por barrios tranquilos, de clase media, acostumbrados a aprovechar los espacios verdes, que no abundan.

Entre los vecinos hasta se filtra el “Negro”, un perro tipo Collie que es algo así como “la mascota y el sereno de la plaza de Oliden” porque vive en la calle por propia decisión. “Come en todas las casas, pero nunca se queda en ninguna”. En la plaza, desde que dejó de serlo, el muro de ladrillo histórico fue reemplazado por chapas plateadas detrás de las que se están levantando los primeros depósitos “que por su altura hasta nos van a quitar el sol”, se lamenta una de las vecinas.

La funcionaria Lara Villalba confirmó que el predio “que siempre fue privado, ahora cambió de dueños”. Dice que lo compró una “sociedad anónima integrada por varias empresas, algunas de ellas de logística que van a construir depósitos”. Sostuvo que las autoridades municipales “estamos preocupados y compartimos la inquietud de los vecinos, pero lo cierto es que el predio nunca fue público. Lo que estamos analizando con los nuevos dueños, que compraron hace dos años, es la posibilidad de que nos cedan una parte del terreno, en la otra esquina de Oliden, para poder levantar allí, de nuevo, la plaza y darles una respuesta positiva a los vecinos; hay buenas perspectivas para que eso ocurra”.